Compatibilidad sexual

22 Jun 2013
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Gentileza de http://sexualidad.salud180.com/

Antiguamente se pensaba que la compatibilidad sexual en la pareja respondía a cierta adecuación milagrosa o mágica entre sus genitales, que se revelaría -o no- en la paradigmática noche de bodas (en tiempos donde eran muchas las mujeres que llegaban vírgenes al matrimonio). Esta idea ha sido obviamente descartada con el tiempo, en la corroboración de que lo compatible nada tiene que ver con lo anatómico.

Es una afinidad que no es ajena a lo que ocurre en las demás dimensiones vitales de una pareja: las personas con coincidentes valores, intereses y maneras de disfrutar la vida en general, tienden a una mayor satisfacción sexual que quienes se sienten muy diferentes entre sí en casi todo.

Y al parecer, una buena química entre dos personas no está tan dada por lo mucho que a cada uno le genere ese otro en particular, como por lo que ambos piensan y sienten del sexo en general.

Pero esto supone, como es evidente, que cada uno se conozca muy bien a sí mismo: gustos, preferencias, intereses, fantasías, deseos, ritmos, tiempos, maneras...

Un factor clave para la sinergia sexual es la calidad de comunicación entre los miembros de la pareja. Las habilidades para dialogar constructivamente -sobre este y otros aspectos- están muy ligadas a las probabilidades de sentirse plenos en lo sexual a largo plazo. Además, comunicarse bien acerca del sexo funciona como una especie de afrodisíaco.

Es curioso: por mucho que se admita lo positivo de tener una actitud fluida y honesta, siguen siendo numerosas las personas que se resisten a estos diálogos, por diferentes razones (incluida la desidia). De hecho, es posible que buena parte de las incompatibilidades sexuales sean, en realidad, fallas de orden comunicacional.

Un caso frecuente es el de aquellas mujeres que se sienten inseguras y acomplejadas en la cama por haber engordado (o por los cambios físicos que vienen con los años). La autoestima baja las lleva a evitar el sexo y en consecuencia a parecer poco interesadas en él. Por su parte -y sin conocer lo que les está pasando a sus compañeras- los varones tienden a interpretar esta reticencia como un "ya no me desea". De allí que ellos también empiecen a retraerse o a insistir pero de manera demandante y resentida. No es raro que esta dinámica, después un tiempo, los lleve a concluir que son sexualmente incompatibles.

El confort sexual

Otra zona importante de la compatibilidad sexual refiere a la comodidad de los miembros de la pareja en relación al sexo. Por lo general, las personas se sienten cada vez mejor a medida que crecen. De allí que, con frecuencia, varones y mujeres de 40 y 50 años se declaren más satisfechos que los de 20: la experiencia los ha ayudado a despojarse de trabas, temores, pudores, tabúes. Pero algunos, aunque pase el tiempo y las parejas, les sigue resultando difícil sentirse relajados y a gusto.

Los niveles de confort sexual obedecen a una mezcla de factores: personalidad, experiencias, preceptos morales y religiosos, primeros aprendizajes. Es lógico que el camino hacia un alto nivel de confort sexual se complique más para quienes vienen de hogares donde se evitaba hablar de sexo o se transmitían ideas negativas sobre la sexualidad y el placer.

La discrepancia en este punto, dentro de una relación, es peligrosa: aleja a las personas y las hace proclives al resentimiento. La parte sexualmente cómoda de la pareja se siente frustrada, decepcionada, abandonada. Y la parte incómoda, presionada, culposa, poco apta. Aquí también es mejor el pronóstico si los niveles de confort no son tan disímiles (salvo que los incómodos se sientan interesados y con deseos de trabajar para modificar esto).

La experimentación


Con el confort se relaciona la disposición de la pareja para experimentar eróticamente. Es decir, para ser creativos e introducir novedad a su vida sexual.

Las parejas que no permiten que la rutina se instale a tiempo completo, y que se atreven a cosas nuevas (tanto como a alimentar el amor en otros sentidos), suelen tener más y mejor sexo. Es decir, tienden a sentirse cada vez más gratamente compatibles.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.