La producción puede convivir con el paisaje

¿Pueden convivir armónicamente la producción de materia prima con los bosques nativos? La sustentabilidad es un capital que se está imponiendo en el mundo de los negocios. Muchas de las certificaciones para comercializar en el planeta están relacionadas con las políticas de preservación del medio ambiente. Y, gran parte de las compañías, están accionando para mostrar que aquel primer dilema es posible de cumplir a través de los paisajes productivos protegidos, es decir, un modelo de gestión de territorio a escala de paisaje. San Miguel, empresa líder en producción y exportación de cítricos del Hemisferio Sur, está en esa línea y, junto con la Fundación ProYungas, presentaron el Programa Paisaje Productivo Protegido que tiene por objetivo proteger los bosques nativos y la biodiversidad en las propiedades de la compañía con alto valor ecosistémico. Como corolario del trabajo conjunto que realizan ambas instituciones hace tres años, la producción de fruta de San Miguel fue certificada como ProductoYungas, un sello que ratifica el origen de los productos, garantizando su preservación. “Somos conscientes de que cuidar nuestra tierra es cuidar el futuro. Estudiamos los bosques nativos en nuestras fincas de Tucumán, haciendo un uso responsable del suelo y produciendo de un modo sustentable”, resume Martín Carignani, Country Manager de San Miguel en Argentina.

Las Yungas son regiones de selva y bosque andino que se extienden desde el sur de Perú hasta el norte argentino. Se trata de uno de los mayores pulmones del planeta, que contribuyen a absorber los gases de efecto invernadero. Además ayudan a encauzar los circuitos hídricos de la provincia y son una de las áreas de nuestro país donde existe mayor biodiversidad de flora y de fauna. En Tucumán, San Miguel cuenta con 14.000 hectáreas propias, distribuidas en tres fincas inmersas en las Yungas.

En el marco del programa se realizó un relevamiento para caracterizar el contexto ambiental y determinar pautas de manejo para la conservación y áreas con potencial productivo identificadas. Luego se avanzó en el diseño e implementación de un Plan de Conservación de la Biodiversidad, a través del cual ProYungas instala cámaras para el monitoreo de las especies silvestres en las áreas de bosque de San Miguel y analizar la interacción de los sistemas productivos con los ambientes naturales. “Con San Miguel compartimos una misma visión: la producción en armonía con la preservación de la naturaleza. Trabajamos en conjunto para conocer y poner en valor este contexto ambiental”, explica Alejandro Brown, director ejecutivo de Fundación ProYungas.

Para compartir el fruto de los trabajos realizados, se creó un visor de paisajes sustentables. Se trata de un mapa interactivo online, con tecnología Google que está disponible para la comunidad educativa y público en general en http://paisajesustentable.sanmiguelglobal.com. Además, se creó una reserva natural privada, Caspinchango, para la conservación de la biodiversidad. Los resultados de los trabajos realizados fueron sorprendentes: de las 14.000 hectáreas relevadas, 5.500 son de cultivos y 8500 son Yungas protegidas por San Miguel. Se identificaron 200 especies de aves y 97 de mamíferos y se detectaron seis especies en peligro de extinción. “Estamos orgullosos del camino que estamos recorriendo. Promovemos el equilibrio de los recursos hídricos en el ecosistema, y aseguramos la sustentabilidad futura de la producción de la compañía. Estamos comprometidos a custodiar aquello que es germen de vida”, concluye Federico Böttcher, Gerente de Comunicaciones Externas y RSE de San Miguel.