El clima mantiene en vilo a quienes sembraron maíz y soja

El clima mantiene en vilo a quienes sembraron maíz y soja

Entre lluvias y sequías, la cosecha de maíz se recortará más de un millón de toneladas. La producción de soja será la de menor volumen de los últimos tres años, aunque su precio se recuperó durante la última semana.

EL CLIMA, LA CLAVE. Algunos cultivos de soja necesitan sequías, mientras otros requieren precipitaciones. Ministerio AAySP EL CLIMA, LA CLAVE. Algunos cultivos de soja necesitan sequías, mientras otros requieren precipitaciones. Ministerio AAySP
16 Enero 2017

Por Emilce Terré- Economista

BUENOS AIRES.- El complejo granario en nuestro país se vio sacudido esta temporada por los acumulados de precipitaciones que dejaron campos bajo el agua en el centro de la zona productiva (fundamentalmente norte de Buenos Aires, sudeste de Córdoba y centro de Santa Fe) mientras la sequía resquebraja la tierra más al sur (sur de Buenos Aires y La Palma).

El futuro está en manos de un factor tan omnipresente como impredecible: el clima.

Hoy, ya podemos descontar entre 200.000 y 300.000 hectáreas de maíz que no podrán recuperarse, lo que recortará la producción potencial a 35,5 millones de toneladas; algo más de 1 millón por debajo de lo que se preveía el mes pasado.

En el caso de la soja, el panorama aún luce muy incierto para hacer proyecciones.

Por un lado, si las condiciones atmosféricas fuesen ideales en lo sucesivo, lloviendo donde se necesita y dejando secar los campos donde hay excesos, las altas temperaturas del verano y las fuertes exigencias hídricas del cultivo en este momento podrían colaborar con la recuperación de los lotes encharcados. Además, si bien será a costa de rindes, algunos campos podrán terminar de sembrar (o resembrar) donde se precisa más humedad.

Por otro lado, debe hacerse notar que las zonas no afectadas por inundaciones, incluídos los lotes más altos, han sido en realidad beneficiados por un buen régimen de lluvias que impulsa el rinde potencial del cultivo.

De cualquier modo, que algún recorte de superficie deberá, por fuerza, hacerse esta campaña ya está descontado. Se estima hoy que se trata de alrededor de medio millón de hectáreas que están en riesgo, lo cual daría lugar a un notable recorte de la producción.

Si tomamos una estimación de 19,4 millones de hectáreas sembradas, a un rinde tendencial promedio, podríamos estar hablando de una cosecha sojera de entre 53 y 54 millones de toneladas, el menor volumen en 3 años y un 12% por debajo del máximo obtenido en 2014/15.

Como contracara de la realidad productiva, o técnicamente como consecuencia de ella, el precio de la soja se recuperó en el mercado durante la última semana.

Ayudó también el reporte mensual de estimaciones de oferta y demanda del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, por sus siglas en inglés) que ajustó en baja la estimación de producción para Estados Unidos, dando lugar a una caída de los stocks proyectados para finales de la campaña disparando los precios a la subida.

Así, el principal foco de atención en lo inmediato será, por lejos, el clima.

Según muestra la Oficina de Riesgo Agropecuario del gobierno, casi la mitad de la provincia de Buenos Aires sobre el suroeste tiene una probabilidad de déficit hídrico en la etapa crítica de desarrollo de la soja de primera que supera el 50%, con zonas por arriba del 80%.

Del lado opuesto, en el centro de Santa Fe, y parte del norte de Entre Ríos, si bien totaliza un área mucho más acotada, hay lotes con probabilidades superiores al 50% de sufrir excesos en el pleno período crítico.

Peor aún, los reportes meteorológicos oficiales confirmaron el peor escenario para el fin de semana que pasó: más lluvias en zonas de excesos y nada donde se resquebraja la tierra.

Entre otros puntos de interés, en lo inmediato, se destaca la evolución del dólar en Argentina por la fuerte incidencia que tiene sobre las cotizaciones agrícolas.

Efecto Trump

Al respecto, el viernes próximo asumirá Donald Trump como 45° Presidente de los Estados Unidos.

El empresario dió algunas definiciones durante su campaña que permiten intuir un cambio nada despreciable en el rumbo de la política monetaria estadounidense y potencialmente también en la relación con China.

Por las turbulencias que ello podría generar a la economía internacional en general, y en los commodities en particular, ambos aspectos deberán seguirse con máxima atención.

Finalmente, no debe descuidarse que junto con el ingreso de la cosecha gruesa los precios internacionales de estos granos tienden a debilitarte, y si bien se espera que la producción argentina resulte menor a lo que se esperaba en un principio, no sucede lo mismo con la brasileña.

Es por esto que la mayoría de los estimadores han levantado sus proyecciones de oferta paulista para la campaña 2016/17. (Télam)

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