Futuros ingenieros ganan un proyecto sobre reciclado de agua

Futuros ingenieros ganan un proyecto sobre reciclado de agua

La propuesta ganó la instancia latinoamericana. El objetivo era realizar un sistema de captación y reutilización del agua de lluvia y domiciliaria.

22 Octubre 2015
Una familia argentina gasta en promedio 600 litros de agua por día, según datos de AySA la empresa distribuidora de gran parte de Buenos Aires. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que lo mínimo requerido para alimentación, higiene y saneamiento son 55 litros diarios por persona. Y que podría extenderse hasta los 100.

Un grupo de estudiantes de diferentes ramas de la Ingeniería ganó el Rally de Innovación Latinoamericana 2015. El proyecto estuvo orientado hacia la “creación de un sistema de captación de aguas reutilizables para su purificación y redistribución”. Para ello diseñaron un sistema de captación de aguas domiciliarias y de lluvia con una planta potabilizadora barrial. De este modo, el barrio podría reciclar su agua y reutilizarla. Además, se complementa con una aplicación para smartphones que busca generar adhesión y conciencia entre los vecinos.

El equipo ganador en la categoría Impacto Social, bautizado Dakar, está integrado por Esteban Carracedo, Jorge Donaire Pereyra, Agustín Frosoni, María Florencia Gómez, María Lourdes Gómez, Benjamín González Lavergne, Martín Lamarca y Rodrigo Moreira. Algunos son estudiantes de la UNT y otros de la Unsta. Su proyecto pasó la etapa local, luego la nacional y, finalmente, la latinoamericana.

En tanto, el primer premio en la categoría Innovación lo obtuvo un proyecto salteño que tenía como objetivo el aprovechamiento de los alimentos luego de su fecha de vencimiento.

Contrarreloj


El equipo tenía un día, 24 horas exactas, para elegir un desafío y desarrollarlo. La premisa era que fueran innovadores y con impacto social. “Había 10 desafíos que los organizadores proponían; algunos estaban patrocinados por empresas. Nosotros elegimos el del agua porque nos parecía el más interesante”, cuentan los futuros ingenieros.

Para no perder tiempo se dividieron las tareas: unos investigaban, otros preparaban el video, otros hacían cálculos y entre todos definían la propuesta. “No nos teníamos mucha fe. Nos parecía casi imposible ganarles a chicos de otros países, pero ahora que lo hicimos queremos seguir”, dicen con una sonrisa triunfadora.

“Creo que lo que hizo que nos diferenciemos fue que nuestro proyecto, además de viable, tenía mucho impacto social y una apuesta a la concientización”, explicaron. Esto es lo que el jurado valoró, ya que la aplicación incluía cálculo de consumo diario, una alerta para cuando el consumo excedía un límite y un juego de preguntas y respuestas sobre el agua y su importancia, enfocado en los niños.

El video dura tres minutos y se lo puede ver en You Tube (youtube.com/watch?v=R0bxA5goc_k).

“Gran parte de los costos de una empresa que suministra agua es la red que necesita para transportar ese líquido hasta cada casa. Con este proyecto un barrio de 500 viviendas puede tener su planta y potabilizar el agua que usa”, cuentan.

Ellos calcularon que para unas 500 casas se necesitaría un predio de una hectárea para emplazar la planta. “Nosotros proponemos aprovechar las aguas grises de los domicilios, no así la de los inodoros, que necesita otro tratamiento”, dijeron.

El agua que se usa cuando se lavan los platos, se desagota el lavarropas, se lava el auto, se bañan o se desagotan piletas, iría a un tanque cisterna que luego llegaría a la planta barrial. “De esta manera, se podría reciclar el 70% del agua que hoy va directo a las cloacas”, contaron.

En la planta potabilizadora habría un primer filtro físico de aceites y grasas. Luego el agua llegaría al segundo filtro biológico o verde con plantas que tienen entre sus virtudes ser purificadoras de aguas. “Ese líquido, ya tratado, volvería a la red y de nuevo a cada hogar”, dijeron.

Más ideas

Muchas propuestas tienen una base ecológica
Además del proyecto del reciclado de aguas, se presentaron otros. Por ejemplo: recarga de baterías dentro de un campus universitario; Seguridad de ciclistas y corredores (sistema de alerta); Innovación para huertas urbanas; Recuperación de trampas centolleras; entre otros.

Más vida a los alimentos
El equipo salteño propuso la creación de una aplicación, “EcoMida”, que serviría para saber qué alimentos de nuestra alacena están a punto de vencer y qué se puede hacer con ellos. La app tendría un recetario y un mapa con sitios que reciben alimentos como donación. La idea es que todos los productos contengan un código QR impreso en el envase con el precio y la fecha de vencimiento. Al pasar el producto por la caja de un supermercado, un software generaría otro código QR con todos los vencimientos de la compra. Ese código se podría escanear con el teléfono y de esa manera se iría almacenando la información de los vencimientos. A medida que se acerca la fecha, la app avisa cuánto falta para el vencimiento.

Almácigos con residuos forestales
El equipo de Nicaragua presentó un proyecto para aprovechar las TN que se desperdician en la industria de la madera. Con el aserrín y otras sustancia ecológicas (almidón, harinas y agua) proponen la creación de moldes para albergar plantines. No solo usarían el material de descarte, sino que eliminarían el impacto de las bolsas de plástico que se usan para los plantines de cultivo.

El agua dulce en el mundo
Se trata de un recurso natural no renovable que, además, no abunda

El 97,5% del total existente en el planeta es agua salada, mientras que solo el 2,5% restante es agua dulce, según datos de Greenpeace. La ONG hace una comparación gráfica: si pusiéramos toda el agua del planeta en un balde, el agua dulce solo llenaría una cuchara de té. La escasez de agua, no por mala distribución, sino por sequía es un problema que ya afecta a muchos países.

Del porcentaje total de agua dulce casi el 79% se encuentra en forma de hielo permanente en los hielos polares y glaciares, por lo tanto no está disponible para su uso. Del agua dulce en estado líquido, el 20% se encuentra en acuíferos de difícil acceso por el nivel de profundidad en el que se hallan (algunos casos superan los 2.000 metros bajo el nivel del mar), explica Greenpeace. Sólo el 1% restante es agua dulce superficial de fácil acceso. Esto representa el 0,025% del agua del planeta. Una propuesta que recicle el agua es una necesidad que clama el planeta.

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