Las PyME gastan $17.400 al año para reparar PC

Las PyME gastan $17.400 al año para reparar PC

En la Argentina, cuatro de cada 10 PyME trabajan con un parque informático que supera los cinco años de antigüedad Según un informe de Intel, el uso de dispositivos modernos permite a las compañías mejorar su productividad y ahorrar energía

07 Mayo 2015
Usar computadoras con más de cinco años de antigüedad genera pérdidas económicas y de rendimiento a las empresas, según un estudio de la firma especializada Principled Technologies, que encargó el fabricante de insumos tecnológicos Intel. Sin embargo, aclara que cuatro de cada 10 pequeñas y medianas empresas (PyME) argentinas aún mantienen un parque informático envejecido.

A la hora de iniciar el año, las empresas planifican diferentes estrategias para alcanzar los resultados que proyectan para su negocio. Reemplazar la tecnología de las oficinas no suele estar entre las prioridades de los gerentes. No obstante, son muchos los beneficios que se obtienen al usar dispositivos más modernos, que acompañen los objetivos de la empresa, en comparación a los resultados que se pueden alcanzar con las viejas computadoras de escritorio.

El estudio de Principled Technologies advierte que, medido en tiempo, cada uno de los empleados de una PyME gana, en promedio 23 horas por año en su producción si utilizara equipos modernos. Pero no todos las empresas toman nota de esto. De hecho, otro relevamiento de Intel en PyME de Buenos Aires y del interior del país señala que el 40% de los equipos tiene más de tres años de antigüedad. “Una productividad superior, una mayor potencia con menor consumo de energía, una reducción de los costos por reparación y el beneficio que la tecnología táctil aporta a la performance de los empleados son elementos vitales para mejorar el resultado de las operaciones”, asegura Gonzalo de la Fuente, gerente de Ventas de Distribución para Intel Cono Sur.

Los empleados valoran la posibilidad de ahorrar minutos en tareas de la rutina diaria, para aprovecharlos en actividades productivas. De hecho, según el mismo estudio, al menos siete de cada 10 ejecutivos de empresas se quejan por la lentitud de sus equipos; cinco lamentan el bajo rendimiento de las máquinas y cuatro cuestionan las fallas en las aplicaciones.

Ahorrar en reparación

Contar con equipos de última generación impacta en la productividad, pero también genera un ahorro económico en las empresas. Las computadoras modernas, enfrentadas contra las máquinas fabricadas hace cinco años, reducen el consumo energético hasta un 60%. “Todavía existe el concepto erróneo de que estirando la vida de las viejas computadoras de escritorio se abaratan costos, ya que se ahorran los gastos de incorporar nueva tecnología. En esos cálculos quedan afuera los gastos indirectos que producen los equipos antiguos”, explica De la Fuente.

Las PyME argentinas gastan, en promedio, $ 17.400 anuales en computadoras y una semana laboral al año para repararlas. “Entre muchas otras ventajas, las máquinas de última tecnología garantizan un incremento exponencial en la productividad; además, reducen el gasto de energía y los costos de reparación”, agrega De La Fuente.

Según el estudio de Principled Technologies, al cambiar lo obsoleto por lo último que ofrece el mercado, los ejecutivos ganan confort y pueden llevar a cabo la misma cantidad de tareas en menos tiempo. Además, se benefician con la portabilidad de sus herramientas de trabajo y con la multiplicidad de conexiones vía USB, HDMI y Wireless, entre otras. Por último, el informe remarca un factor central para el trabajo: las nuevas computadoras permiten un mayor aprovechamiento del espacio físico, y transforman las oficinas en lugares más cómodos y agradables para trabajar.

El relevamiento de Intel en las PyME mostró las preferencias de los ejecutivos a la hora ejecutar sus rutinas diarias de trabajo dentro de la oficina. Según el informe, las herramientas más utilizadas son las de comunicaciones: ocho de cada 10 empleados utilizan el email como instrumento principal para mantenerse en contacto con compañeros y clientes, mientras que seis de cada 10 ven a la mensajería instantánea como parte esencial de su rutina. Por detrás están las redes sociales (dos de cada 10), Skype (dos de cada 10) y videoconferencias (sólo uno de cada 10).

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