Desaparecieron 10 millones de murciélagos de la colonia de Escaba

Desaparecieron 10 millones de murciélagos de la colonia de Escaba

La situación preocupa a los especialistas de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT. Los cambios introducidos en la represa provocaron el éxodo de los "cola de ratón", la especie que había formado uno de los grupos más grandes del continente. Según los expertos contratados por la compañía a cargo del embalse la cantidad de animales siempre fue mucho menor.

ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
El 22 de mayo pasado, el dique Escaba fue reconocido como Sicom: Sitio de Importancia para la conservación de murciélagos. Esta declaración de la Red Latinoamericana de Conservación de Murciélagos forma parte de las acciones que apuntan a recuperar la colonia, tan castigada durante los últimos años que los expertos de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT sostienen que perdió alrededor de 10 millones de individuos.

La cifra asombra, pero no es caprichosa. La gigantesca colonia -una de las más grandes del continente- se formó a partir de la construcción del dique, erigido en el sur tucumano allá por la década del 40. Los científicos tucumanos, encabezados por el doctor Rubén Barquez, establecieron la cantidad de 12 millones de murciélagos en el marco de una investigación realizada en 1992. Eran tiempos en los que administraba la represa la estatal Agua y Energía. Cuando pasó a manos privadas -Hidroeléctrica Tucumán SA- la situación cambió por completo.

Hagamos un alto en la historia para conocer a los protagonistas. Hay pocos bichos que generen menos simpatía que los murciélagos y eso les juega en contra. Pero que no derrochen belleza no implica que carezcan de fanáticos. Uno de ellos es la licenciada Adriana Miotti, quien defiende con pasión la causa de la colonia de Escaba. Ella explica que en la represa viven los murciélagos cola de ratón (es la especie Tadarida brasiliensis), uno de los más comunes en la capital de la provincia. Son los que suelen aparecer en casas y departamentos.

Los murciélagos se instalaron en dos vanos de la represa, ideales para que los animales se cuelguen porque cuentan con techos abovedados y amplios espacios interiores. De allí salen a buscar alimentos. Cuando estaba a pleno la colonia se calcula que los murciélagos comían siete toneladas de insectos por noche.

¿Qué sucedió en Escaba? La antigüedad de la construcción de la represa obliga a un monitoreo permanente. Ese trabajo está a cargo de técnicos internacionales, quienes dan el visto bueno para que siga funcionando. Hidroeléctrica Tucumán explicó que los murciélagos obstaculizaban esas tareas, por lo que planteó la reubicación de la colonia en otro sector de la mole de cemento. Barquez y su equipo rechazaron el planteo, por lo que la empresa acudió a tres especialistas de la Universidad de Salta (Mosa, Núñez y Regidor), quienes pusieron manos a la obra.

El Tadarida brasiliensis no se queda quieto. Cada año, cuando llega el invierno los murciélagos viajan alrededor de 1.500 kilómetros, en procura de calor. En el caso de la colonia de Escaba no se conoce con precisión cuál es el destino. Todo indica que se trata del cálido sur brasileño.

Cuando los murciélagos vuelven a la represa -entre septiembre/octubre y abril/mayo- lo hacen para procrear. De allí la separación original en dos sectores: en un vano se instalaban las hembras con sus crías, y en el otro los machos. La reubicación en un solo vano es una de las muchas razones que pueden explicar la drástica disminución de la cantidad de individuos.

Vale detallar la postura de la compañía. Sostiene que la colonia no es natural, sino artificial (por el hecho de ubicarse en una estructura hecha por el hombre) y que la estimación de 12 millones es errónea. Los especialistas contratados advirtieron en un trabajo académico que no superaban los dos millones.

¿Cómo hicieron para reubicar la colonia? Ahuyentaron los murciélagos de los vanos utilizando reflectores y un repelente llamado naftaleno. A medida que los cola de ratón cambiaban de lugar, iban sellando los ingresos anteriores.

Miotti afirma que el resultado de estas acciones derivó en la desaparición de los 10 millones de murciélagos a los que hace alusión el título del artículo. Hoy queda alrededor de un millón y medio de individuos. Esta apreciación es compartida por los expertos de la UNT. Estas son sus principales conclusiones:

- Para la inspección de la represa es suficiente con el equipo adecuado: protección para el cuerpo y máscaras que impiden que los gases amoníacos que se desprenden de los excrementos de los murciélagos afecten el organismo.

- Los aparatos que se usan para medir el estado de la represa se instalan en sitios en los que no hay murciélagos.

- Se pierde la posibilidad de usar el guano como fertilizante.

- Se pierde la acción de los murciélagos como controladores de plagas.

- Se reduce el potencial turístico de la zona. Justamente cuando se está desarrollando un proyecto (detallado en la infografía) que incluye a los murciélagos como un atractivo de gran potencial.

"No es que hayan muerto 10 millones de murciélagos -advierte Miotti-. Simplemente se fueron, y lo que queremos es que la colonia recupere su estado original".

En 1999, el entonces diputado nacional Florencio Aceñolaza (ex decano de Ciencias Naturales) motorizó un proyecto de resolución que declaró de interés ecológico la colonia de Escaba. Ese año, la Legislatura provincial determinó que los cola de ratón de la represa pasaban a la condición de especie protegida. Hoy las acciones se orientan al Senado nacional, donde José Cano propulsa una ley que apunta a amparar a los Tadarida brasiliensis. Miriam Boydo, comisionada comunal de Escaba, asegura que la empresa cesó con el hostigamiento a la colonia. Ya no ilumina el espacio y tampoco hace sonar sirenas para espantarlos. "Pero ya no se ve salir a los murciélagos como antes", comentó.

A 50 kilómetros de Concepción, bien al sur de Tucumán, se escribirán nuevos capítulos de la saga de los cola de ratón.

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