Cartas de lectores
23 Octubre 2011
QUERERSE MÁS PARA CRECER
Necesitamos querernos más para poder crecer y ser mayores responsables. Debemos construir la hermandad argentina donde se conserve las diferencias y se acepte el pensamiento del otro. Se trata de vivir unidos en la concordia y la tolerancia; pues el cambio de ideas permite el avance, la transformación, y el crecimiento en la construcción de la organización social. Debemos superar el padecimiento de fusiones del mil sangres que como alambres de púas las ideologías foráneas intentan separar lo que el idioma y el espíritu nos une como pueblo. Debemos mirarnos como lo que somos, la Argentina arraigada en la roca americana y no en la deformación de ideas que insisten en el cruce de razas que representan débiles capas sobre la roca viva donde abreva nuestra nacionalidad. Aprendamos a sentir y pensar por sí mismos y no por influencias o por imposiciones, para poder así ser libres y tener un sentimiento de pertenencia y un ideal de identidad acerca de la vida y su valor. Sabemos que si los hechos superficiales que no dejan huellas en el diario vivir, son los que interesan al hombre de todos los días, pues entonces debemos intentar poner luz para que en las acciones cotidianas, el hombre de todos los días descubra y piense que es manantial del arbolado camino donde aflora la argentinidad. Somos tierra de nuestros ancestros y del inmigrante que la hizo germinar y dio alimentos a toda la humanidad, ésta es entonces la historia -que nos identifica y nos obliga a las nuevas generaciones de argentinos- de hacer germinar el lento trabajo de la cultura donde se conserve las diferencias y se acepte el pensamiento del otro. Producir, construir, sembrar. Reafirmo, necesitamos querernos más para poder crecer y ser mayores responsables. Es que debemos saber que nuestro destino como nación no se expresa sólo en la geografía y en lo histórico, sino también en esa infinita diversidad del espíritu que nos identifica en la cultura. Debemos entonces construir desde la cultura, reconociendo que la savia enraizada en las profundidades se eleva y vuelve tradición en los frutos jugosos de la tierra.

Marcelo Funes
[email protected]



DOMA Y FOLCLORE
Hace unos días vi que mostraban por TV escenas de un espectáculo manifiestamente cruel. Me refiero a lo que se ha dado en llamar "doma y folclore", que consiste en montar un caballo ensillado al que, para que camine, le hacen llover golpes de talero o guasca por donde cayese, sin mezquinarle a la cabeza. Es de imaginar que el pobre animal, totalmente indefenso y atado, no ha de comprender para qué lo maltratan sin necesidad. Falta la tortura mayor: que entren en acción las espuelas amarradas a los talones. Efectivamente. Aunque el caballo permanezca quieto, tranquilo, no se salva de los espuelazos o espolazos de las dos piernas del montante, desde el cogote a la panza. Es que las espuelas en la parte trasera y más saliente cargan lo que llaman roseta o rodaja. Consiste en una chapa coronada de largas púas que se encargan de herir al flete mientras las "clavan" en el cuero y carne (del animal, se entiende). Por fortuna, ya no se usan espuelas patagonas, que consistían en dos maderas atadas a tientos con un clavo o un alambre en la punta para "avivar" al montado. Que a esto llamen doma, ¿cuál es el lugar del folclore? ¿Gritar, por cantar, unido al ruidaje del tarrerío de una supuesta "batería"? ¿Qué enseñanza dejan? Lo que dejo dicho no lo vi en "domadores", "amansadores" y chalanes, los que a base de paciencia y buen trato enseñan a caminar a los fletes, en los cerros del oeste de nuestra provincia y en el este de Catamarca. Sí recurrí al vocabulario y refranero criollo de Tito Saubidet (pág. 152-153)- Sainte-Claire, Bs. As. 1978- un autor que domina lo que es folclore y lo difunde, hasta con dibujos.

Octavio Cejas
Heredia 90
Concepción-Tucumán



BASURA EN EL RÍO LULES
Las autoridades de San Isidro de Lules dejaron de depositar la basura o parte de ella en la planta de Pacará Pintado. Lo hacen ahora en el lecho del río Lules. En sus márgenes existen diversos asentamientos poblacionales, con un sinnúmero de niños, ancianos y enfermos en peligro inminente, sin ningún control sanitario. Por eso es que no se entiende el fin perseguido por el municipio, pues por un lado hace una campaña sanitaria para erradicar el dengue y por el otro fomenta su proliferación. A mi juicio, debieran usar como parte activa de la solución, la importante cantidad de máquinas viales contratadas y gran parte de ellas arrumbadas en el depósito municipal. Recuerdo que el editorial de LA GACETA del 20/1 nos enseñaba: "Alguien diría que tirar basura en la ciudad es tirar la ciudad a la basura". Me permito recordárselo al intendente.

Víctor Hugo Rodríguez
Manuel Ballestero 264
San Isidro de Lules-Tucumán




LA CALLE 25 DE MAYO
Tengo la desventura de transitar por calle 25 de Mayo los viernes. La calle es "tomada" por estudiantes. No sólo me fastidia la mala educación de estos chicos, y la roña que dejan a su paso, sino que siento una gran preocupación, porque a estos adolescentes sus padres (que los transportan de a 10, saltando en cajas de camionetas); y el gobierno que pone a su merced un ómnibus destechados, y por si fuera poco, a la policía para que les abra camino, les "enseñan a romper todas las normas": cortar el tránsito, hacer ruido, ensuciar las calles, faltar el respeto a los demás. Estos chicos crecerán pensando que pueden hacer lo que quieran. Pobre mi país, ¿este es el futuro que le espera?

Matilde Cossio
[email protected]




EL QUERIDO "LITO"
En LA GACETA Literaria del 18/9 se publicó una nota sobre el doctor Samuel Schkolnik, nuestro querido "Lito", con motivo de haberse cumplido un año de su fallecimiento. Seguí sus escritos, siempre y exclusivamente por el diario. Estoy seguro de que no me perdí ni uno, y guardo con afecto muchísimos de ellos. Los que más me gustaban eran los que versaban sobre "objetos mundanos". Sólo él nos pudo convencer de que la maquinita de latón del manisero no es un artefacto inocente, que su afilado silbato "nos hace sentir la precariedad de nuestra condición", y que, si nos acercamos a ella, tendremos "la impresión de que algo no deseado está por suceder" (1/10/89). Sólo él pudo hacernos ver que una vulgar bicicleta tiene un corazón de "ave pedestre"; después de todo, es antecesora del avión. Que es una "feliz conjugación del triángulo y el círculo, capaz de moverse -como los cielos de Pitágoras- con armonía silenciosa". Tal manso aparato, cuando "duerme su liviano sueño en la penumbra de un zaguán", nos da una filosófica lección (20/5/90). El "Perfil" que acompaña la nota dice textualmente: "Publicó más de 300 ensayos, críticas, relatos y polémicas en este suplemento entre 1971 y 2010". ¿Ningún poema? Eso me llamó la atención. ¿Es que Lito se alejó tempranamente de la poesía? Digo eso por lo siguiente. Un atardecer de la primavera tucumana estábamos en un mano a mano en el café ABC. Con ese modito ceremonioso que tenía, sacó un papel doblado en cuatro y me anunció que me iba a leer un poema que acababa de hacer. Se titulaba "Las palabras son mujeres". Como me gustó mucho, le pedí que me lo prestara para copiarla. Me entregó el papel y me dijo que me la regalaba. Por suerte, puse la fecha en un rincón de la hoja: 4/10/64. Lito tenía 20 años. Me quedó para siempre esta duda: ¿la recordaría de memoria y la volvería a escribir cuando llegó a su casa, o simplemente se desprendió de ella? ¿Se habrá publicado? Aunque durante muchos años formamos parte de un grupito que jugaba al frontón en la cancha de la Eudef los sábados, jamás se me ocurrió preguntarle si seguía escribiendo poemas. Sea como sea, para mí esa hoja amarillenta y llena de recuerdos es un "incunable" que me hace evocar gratos momentos de juveniles conversaciones con este amigo poeta. Dicen que el Dante se enamoró tardíamente de la filosofía. Lito, el joven poeta, se enamoró tempranamente de ella. ¿Pero dejar la poesía? Seguro que no, ya que -como dice el filósofo argentino Vicente Fatone- filosofía y poesía no son dos formas de actividad espiritual claramente distinguibles.

José E. Santillán
Lizondo Borda 1.137
San Miguel de Tucumán




¿SERÁ CIERTO?
Mi nieto -incrédulo- siempre me pregunta: "¿Será cierto, querido abuelito, que hace no más de 30 años, nuestra sociedad era diferente? ¿Que el policía que protegía al barrio, fiscalizaba a cada adolescente, asumiendo el rol de segundo papá? ¿Será cierto, abu, que se jugaba básquet oficial por la mañana? ¿Que si olvidabas tu bicicleta estacionada sobre el cordón, ibas al día siguiente y la encontrabas en donde la habías dejado? ¿Será cierto que al anochecer, la familia -en la vereda- solía reunirse para disfrutar un refresco o para charlar, simplemente? ¿Y que después de cenar, mientras la abuela tostaba maníes o cocinaba pochoclos, la familia jugaba escoba o lotería, y recién después iba a dormir? ¿Será cierto, abuelo, que las bibliotecas estaban repletas con estudiantes esperando turno para copiar la lección y estudiarla, como correspondía? ¿Y que el cartero, con su bolsa -gordita por tantas cartas a repartir- era tu amigo confidente? Te pregunto, querido nono, porque a mí -cuando me lo cuentan- me parece que me están tomando el pelo y no es todavía el día del inocente. Si es verdad todo eso -aunque sin automóvil, televisión, internet ni celular, ¡cómo me gustaría vivir en un mundo como ese, querido abuelito?!"

José Luis Gallucci
12 de Octubre 766
San Miguel de Tucumán




PROBLEMAS DE CONDUCTA
Soy una mamá, trabajadora independiente. Tengo un niño de 12 años con problemas de conducta, que está siendo tratado con medicación recetada por excelentes profesionales -psiquiatra y psicólogo- pertenecientes al Sesmi. Grande fue mi sorpresa cuando la maestra de grado del área de Lengua se presentó en mi casa acompañada por una conserje para informarme, de manera verbal, que mi hijo, alumno de 5º grado, turno tarde, de la escuela Soberanía Nacional, por orden del gabinete psicopedagógico y de la supervisora de zona, no debía seguir concurriendo a la escuela. Al finalizar las clases le tomarían una prueba de diagnóstico. Yo me pregunto, ¿quién se hace cargo de la educación de mi hijo? Al no poder pagar una maestra particular, ¿adónde debo recurrir con mi problema? ¿Hay alguien que me pueda orientar? ¡La escuela está para incluir, no para excluir! Alumnos como mi niño también tienen derecho a la educación.

Norma de Zottola
Uruguay 4.079
San Miguel de Tucumán



Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente. El portador deberá concurrir con su documento de identidad. También podrán ser enviadas por e-mail a: [email protected],  consignando domicilio real y Nº de teléfono y de documento de identidad. LA GACETA se reserva el derecho de publicación.


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