Las quejas cívicas deben tener límites

Las quejas cívicas deben tener límites

Visiones contrapuestas de referentes políticos.

13 Julio 2008
Las visiones sobre las distintas formas de protesta no se agotan en la adhesión o el rechazo a un método particular. Algunos sectores plantean matices por los cuales se valida una acción directa o no, dependiendo del origen del reclamo o de la finalidad de la protesta. Otros sólo se adhieren a las formas que se enmarcan dentro de las leyes vigentes y rechazan los métodos que, a su entender, exceden los límites de la queja, y la invalidan.
El diputado nacional José Ignacio García Hamilton (UCR) votó en contra del proyecto oficial de las retenciones; sin embargo, se opuso a los escraches que sufrieron sus pares Alfredo Dato (PJ) y Gerónimo Vargas Aignasse (PJ), que avalaron esta iniciativa. "Las retenciones son un despojo que se intenta legalizar, pero las protestas deben desenvolverse dentro del marco del derecho. Nuestro orden jurídico permite huelgas, lock out, abstención de vender, manifestaciones y cacerolazos, entre otras. Pero no apruebo el escrache como medida de justicia popular", dijo. No obstante, aclaró que el que rechaza no es el escrache verbal, al que colocó dentro del ámbito de la libertad de expresión, sino al que incluye violencia física. "Porque se aplica una condena sin que haya habido un juicio imparcial y se afecta a terceros inocentes, como ser familiares y vecinos", explicó.
El referente del Movimiento Libres del Sur y secretario de Atención de Urgencias Sociales y Emergencias Climáticas de la provincia, Federico Masso, brindó a LA GACETA su visión. El funcionario dijo que los cacerolazos de 2001 marcaron un antes y un después en la sociedad. "Quienes se hicieron cargo del país en 2003 tuvieron que decidir si seguían con ese modelo o gobernaban para los que menos tenían", aseguró. Según Masso, algunas formas de queja surgieron en un sector social, pero luego fueron funcionales para otros. "El piquete fue un método usado por los más postergados para protestar en las épocas más crudas del neoliberalismo; hoy, hasta hubo profesionales que cortaron calles y el campo también tomó esa metodología para sus protestas", expresó.

Trato desigual
En ese sentido, el referente nacional del Partido y del Polo Obreros (PO), Néstor Pitrola, afirmó que no avala la forma en sí, sino que atienden al origen del reclamo. "Defendemos los métodos de lucha creados por los trabajadores para ser usados por estos, y no por aparatos del Estado. No reivindicamos que la Sociedad Rural desabastezca el país", dijo. Según Pitrola, desde el Estado no se actúa igual ante idénticos métodos. "La represión en plaza de Mayo a un acampe piquetero demuestra que en los métodos de lucha hay hijos y entenados: se permite un ?camping? de un sector pero cuando hay un piquete de otro sector el Gobierno manda la infantería", concluyó.

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