Trascendió queel metodista Bush se hará católico

Trascendió queel metodista Bush se hará católico

El papa rindió tributo al presidente de EEUU.

EXCEPCIONAL. El Papa aguardó al visitante frente a la torre medieval. REUTER EXCEPCIONAL. El Papa aguardó al visitante frente a la torre medieval. REUTER
14 Junio 2008
ROMA.- El papa Benedicto XVI tributó una cálida e inédita despedida al presidente estadounidense, George W. Bush, al recibirlo en los bucólicos y encantadores jardines del Vaticano, al lado de la torre medieval de San Juan. Coincidiendo con la audiencia especial, en Roma circuló el rumor de que el metodista Bush podía llegar a imitar a su amigo, el ex premier británico Tony Blair, y convertirse al catolicismo cuando finalice su mandato, en enero de 2009. El lacónico comentario del Vaticano al respecto fue “no sabemos nada”.
Por su admiración al Papa, en Estados Unidos apodan a Bush “el presidente católico”. Y la Casa Blanca comentó que el mandatario es “gran fan” del Sumo Pontífice.
Quebrando el riguroso protocolo de la Santa Sede, el Papa rindió un homenaje excepcional a Bush y a su esposa Laura, a quienes recibió de pie, sonriente y al aire libre, frente a la histórica torre. El Pontífice suele recibir a sus huéspedes en la biblioteca privada del palacio apostólico. Debido a esta circunstancia, el Vaticano se vio obligado a tomar medidas excepcionales y a prever hasta un grupo de francotiradores en la cúpula de San Pedro.

Devolución de atenciones
Con ese singular recibimiento, el Papa quiso agradecerle las atenciones que recibió durante el viaje pontificio a Estados Unidos. Seguramente, Benedicto XVI no olvidó aquel cordial “¡happy birthday!” con el que lo recibió Bush en la Casa Blanca el 16 de abril, cuando cumplió 81 años. “¡Qué honor, qué honor!”, fueron las palabras que Bush dirigió ayer al Papa alemán antes de saludarlo con un apretón de manos. La relación entre ambos contrasta con la que mantuvo el visitante con el papa Juan Pablo II, que se opuso con todas sus fuerzas a la invasión en Irak. Dentro del Vaticano, algunos prelados, que mantienen un férreo anonimato, criticaron el excepcional recibimiento dado al hombre que desoyó las exhortaciones de Juan Pablo II a favor de la paz.

Por los jardines
Después de una reunión privada de una media hora a puerta cerrada, en el estudio que Juan XXIII mandó construir al inicio de la década de 1960 dentro de la torre para sus retiros espirituales, Bush y Benedicto XVI pasearon a la sombra de árboles centenarios, seguidos a distancia por sus séquitos. Es la primera vez en la historia reciente que un Papa pasea amigablemente con un jefe de Estado por los jardines del Vaticano.
Sentados frente una sencilla mesa de jardín, escucharon un breve recital del coro de niños de la Capilla Sixtina, que se instaló dentro de la réplica de la gruta de Lourdes construida en los jardines pontificios. Al contrario de lo anunciado, los dos líderes no oraron frente a la gruta, con lo cual se evitó que el presidente rezara ante la imagen de la Virgen, cuyo culto no es reconocido por esa religión.
La visita al Tíber fue para el pronto ex presidente estadounidense un encuentro reparador con viejos amigos, dijo una fuente de Washington. Benedicto XVI es uno de ellos, y también el otra vez primer ministro Silvio Berlusconi, que apoyó activamente la campaña militar en Irak. “Gracias Silvio; somos buenos amigos y siempre me voy de Roma con un poco más de cultura y algo más gordo”, bromeó Bush el jueves, antes de la cena italiana que le impidió el acostarse temprano. Tras despedirse del papa, Bush culminó su gira en París, donde instó a la unidad “contra la amenaza nuclear iraní”. (DPA)

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