30 Septiembre 2007
Sin remilgos, Francisco García Posse, secretario del Colegio de Abogados, afirma que está cansado del “massomenómetro” (sic). “Muchos legisladores tienen proyectos por medio de los cuales proponen la creación de dos, tres o más juzgados en este o en aquel otro fuero. ¿Quién determina ese número arbitrario y con base a qué criterio? Podemos crear diez Fiscalías penales, pero en pocos años colapsarán si los factores involucrados no pensamos una política judicial seria”, manifiesta. Luego aclara -no sin preocupación- que se trata de un problema complejo y que responde a múltiples causas.
Por momentos parece enojarse. “Desde hace años no sabemos qué Poder Judicial queremos. ¿Es posible que el concepto de la oficina judicial (con un juez, un secretario, un prosecretario y diez empleados) sea el mismo que hace 30 años, y el mismo para Documentos y Locaciones que para Familia y Sucesiones, donde hay en juego intereses muy sensibles, como la situación de los menores o de la mismísima familia? Quizá hace falta un modelo para primera instancia y otro para la segunda, o que varíen en función de los fueros”, sugiere.
Muchas preguntas
Al letrado, le sobran los interrogantes: “¿por qué la Corte Suprema de Justicia no habilita el horario vespertino para trabajo interno en los despachos? ¿Por qué algunos juzgados funcionan mejor que otros? ¿Por qué los abogados chicaneamos menos en ellos?”.
García Posse anhela que abogados, jueces y políticos, cada uno en su ámbito, discutan cuál es el modelo de Justicia que se pretende. “Nosotros le advertimos a la Corte que la desconcentración de las sedes judiciales dificulta el ejercicio profesional. Ni la compra del edificio de la 24 de Septiembre al 600 (para Documentos y Locaciones, y la Cámara en lo Contencioso Administrativo), ni la del ex Comando (fiscalías y juzgados penales) ni la del ex Banco Provincia (Cobros y Apremios) respondieron a una decisión que haya partido de una verdadera política judicial, sino a parches: fueron ofertas que se compraron. Sería bueno que para el Bicentenario de la Independencia pensáramos en una Ciudad Judicial, idea que quedó diluida. Porque si se decide crear más juzgados, ¿dónde los ubicaremos?”.
Por momentos parece enojarse. “Desde hace años no sabemos qué Poder Judicial queremos. ¿Es posible que el concepto de la oficina judicial (con un juez, un secretario, un prosecretario y diez empleados) sea el mismo que hace 30 años, y el mismo para Documentos y Locaciones que para Familia y Sucesiones, donde hay en juego intereses muy sensibles, como la situación de los menores o de la mismísima familia? Quizá hace falta un modelo para primera instancia y otro para la segunda, o que varíen en función de los fueros”, sugiere.
Muchas preguntas
Al letrado, le sobran los interrogantes: “¿por qué la Corte Suprema de Justicia no habilita el horario vespertino para trabajo interno en los despachos? ¿Por qué algunos juzgados funcionan mejor que otros? ¿Por qué los abogados chicaneamos menos en ellos?”.
García Posse anhela que abogados, jueces y políticos, cada uno en su ámbito, discutan cuál es el modelo de Justicia que se pretende. “Nosotros le advertimos a la Corte que la desconcentración de las sedes judiciales dificulta el ejercicio profesional. Ni la compra del edificio de la 24 de Septiembre al 600 (para Documentos y Locaciones, y la Cámara en lo Contencioso Administrativo), ni la del ex Comando (fiscalías y juzgados penales) ni la del ex Banco Provincia (Cobros y Apremios) respondieron a una decisión que haya partido de una verdadera política judicial, sino a parches: fueron ofertas que se compraron. Sería bueno que para el Bicentenario de la Independencia pensáramos en una Ciudad Judicial, idea que quedó diluida. Porque si se decide crear más juzgados, ¿dónde los ubicaremos?”.
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