Mitos masculinos II

18 Jun 2016
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Mitos masculinos II

Las numerosas creencias erróneas en torno de la sexualidad que aún subsisten son un factor clave en la aparición de las disfunciones sexuales. Porque generan, entre otros desajustes, temor, culpa, sentimientos de inadecuación y ansiedad frente a la “próxima vez”.

Por otra parte, a pesar de lo mucho que se la denuncia y desenmascara en tantos ámbitos, una cultura machista instalada desde hace siglos -y por lo mismo, muy difícil de erradicar- favorece especialmente la vigencia de inexactitudes que tienen que ver con la sexualidad de los varones.

Quizás la más antigua y anacrónica de todas es aquella que postula: “los hombres no deben tener ciertos sentimientos o, al menos, no deben expresarlos”. Cualquiera diría que esta idea quedó en el pasado y que, por suerte, los padres de hoy educan de modo diferente a sus hijos. Sin embargo, esto no se corresponde con la realidad mientras aún existan tantos hombres con vergüenza de exponer su lado “sensible”: decir “te quiero”, mostrarse heridos, vulnerables, con miedo; reconocerse con necesidad de afecto, etc. El famoso “los hombres no lloran”, lamentablemente, no ha muerto.

“Sabelotodos”


Igual de arbitraria es la exigencia que se les impone de “saber todo sobre sexo”. Este supuesto, sumamente peligroso, se refleja en el hecho de que muchos padres limitan sus conversaciones sobre sexo con sus hijos varones a las meras e insistentes recomendaciones acerca del uso de preservativo.

En íntima relación con el mandato de la omnisciencia sexual para con los hombres, está el que los hace absolutos responsables del goce femenino: “el varón debe saber cómo darle placer a una mujer (incluso desde la primera relación)”; y, desde luego, “lo que cuenta es el rendimiento”. Es lógico suponer que estos imperativos resultan, como mínimo, inquietantes. Y qué decir de los que, encima, se enfrentan a su debut sexual en estas condiciones psicológicas.

El prejuicio de que es el hombre quien “debe tomar la iniciativa y dirigir toda la interacción sexual” languidece en algunos sectores, pero en otros todavía tiene su fuerza. En efecto, aquello de que “el hombre es activo y la mujer, pasiva” sigue vivito y coleando, en el sexo y en muchos otros ámbitos interpersonales. Se trata, ni más ni menos, de la simplificadora teoría que divide las mujeres entre “madres o amantes”, “buenas o malas”, y así…

Bernie Zylberger, un investigador estadounidense especialista en sexualidad masculina, realizó un estudio exhaustivo de estos y otros mitos. Curiosamente, una de las creencias falsas que identificó como más dominantes -casi una advertencia para quienes se sientan ajenos a estos viejos paradigmas- fue la que supone que “en esta era tan avanzada, estos mitos ya no tienen ninguna influencia entre nosotros”.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.