Fantasías femeninas

10 Oct 2015
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www.elconfidencial.com

Distintas investigaciones en torno a la sexualidad revelan un hecho que para algunas personas puede resultar perturbador: entre las fantasías más comunes en las mujeres heterosexuales figura la de “ser forzada a hacer el amor”.

¿Cómo se explica que a esta altura de la historia, del avance del feminismo, la lucha por la equidad de género y contra la violencia de género, la rape fantasy (fantasía de violación) siga siendo una de las más frecuentes, e incluso sea, para un alto porcentaje de mujeres, su principal fantasía erótica?

Se han aventurado numerosas hipótesis al respecto. Una de las primeras en ser formuladas postulaba la presencia de un deseo masoquista -supuestamente más común en mujeres que en varones- motivado por una mayor debilidad física y por una suerte de búsqueda inconciente de fuerza en el macho. Este argumento fue hace tiempo descartado como explicación generalizada. Al parecer, el masoquismo podría desempeñar un papel importante sólo en unos pocos casos. De hecho, se ha demostrado que estas fantasías no están relacionadas con haber vivido algo semejante en el pasado ni, mucho menos, con el deseo de ser violada, sufrir daños o malos tratos en la vida real.

La interpretación citada más a menudo apunta a los efectos de una cultura patriarcal de siglos, de la que aún no hemos podido liberarnos del todo. Que ha fomentado de mil maneras la represión sexual de las mujeres, enseñándoles a ser pasivas y recatadas, a no tomar iniciativas ni atreverse a experimentar. Así, la fantasía de sometimiento le permitiría a la mujer “vivir” la relación sexual con los condimentos que le gustarían, pero sin sentirse culpable ni responsable al respecto y, por lo tanto, sin ir en contra de los mandatos de “chica buena” que de un modo u otro le han sido inculcados. 

Por el contrario, otras posturas señalan que estos pensamientos transgresores indican una actitud más abierta, no encorsetada y variada de la sexualidad. En el sentido de que, a mayor diversidad de experiencias y compañeros sexuales, las mujeres tendrían también una mayor diversidad de fantasías, incluyendo la ser forzadas. 

También están los que especulan que este rasgo de la imaginación femenina estaría relacionado con el deseo de que un hombre –por lo general, uno muy atractivo- utilice la fuerza justa para anular la resistencia de la mujer, de una manera que la excite.

Por último, algunos investigadores proponen que esta fantasía puede representar en realidad la voluntad de ser deseada intensamente, es decir, de resultar sexualmente atractiva hasta el punto de hacer que el hombre pierda el control. Una hipótesis bastante convincente si consideramos que el “sentirse deseada” es uno de los factores que las mujeres declaran como más excitantes.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.