Campaña fina: acaso un punto de inflexión

Campaña fina: acaso un punto de inflexión

Debido a diversas condiciones, este año la producción de trigo podría crecer un 45%. También aumentaría la superficie sembrada, tanto en el país como en la provincia. Aun así, todavía estamos lejos de las 225.000 hectáreas trigueras que supo tener Tucumán en 2006. El Gobierno debe dar tranquilidad al productor, para que el espacio perdido con otros países se pueda recuperar.

A comienzo del mes de junio, algunos productores tucumanos continúan trillando los últimos lotes de soja y de poroto que quedan en pie, ya que fueron sembrados más tarde a raíz del comportamiento de las lluvias durante esta campaña gruesa.

Debido a ello, en general ya se ven lotes nacidos de cultivos invernales como trigo y garbanzo, y seguramente lotes de cultivos de servicio, que arrancaron en general bien, ya que se sembraron en tiempo y, sobre todo, en forma, ya que las lluvias que se dieron durante otoño permitieron dar algo de humedad para que sean sembrados.

Por supuesto que algunos lotes de invernales se seguirán sembrando en estos días, y no más allá de mediados de este mes, con trigos de ciclo corto. Se aprovecha la oportunidad que da el clima y el mercado actual para poder levantar la puntería en una campaña gruesa tan difícil como lo fue la que está terminando.

Como publicamos la semana pasada en LA GACETA Rural, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) había estimado una producción para la campaña fina 2023/24 de unas 18 millones de toneladas para el trigo, con un incremento interanual de un 45%, con una superficie sembrada que podría llegar a las 6,3 millones de hectáreas, una situación que sin dudas también se repetiría en nuestra región.

Hasta el momento los lotes que se sembraron y los que todavía se podrían sembrar recibieron un poco más de lluvia que en las últimas campañas, por lo que seguramente crecerán mejor.

Por suerte, se puede decir que este año las cosas empezaron mejor que los años anteriores, en lo referente a la campaña invernal. Pero se espera que sea tan bueno como los que tuvimos cuando las lluvias caían cuando el productor las necesitaba.

En los dos últimos años de siembra invernal poco y nada se pudo hacer en Tucumán, debido a que los suelos no tuvieron la humedad necesaria; y ahora se ve que muchos lotes pudieron ser sembrados.

En campañas pasadas la sequía fue determinante para que no se siembre o para que se siembren pocos cultivos invernales. Pero también se sumaron las políticas agropecuarias nacionales implementadas sobre el mercado de grano, que hicieron que los que sembraran se contaran con los dedos de la mano.

Cuando un suelo tiene la suficiente humedad, las perspectivas de siembra posterior de granos de verano no sufrirá por una faltante de agua, y la siembra de cultivos invernales pasa a ser una realidad que hoy se ven en los campos de la provincia con muchos lotes nacidos.

Se calcula que para esta campaña, los valores en superficie en la provincia con el cereal invernal superarían los de la campaña invernal pasada, que alcanzaron las 66.000 hectáreas -valores obtenidos por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), que se publican en esta edición.

Es importante destacar que estos cultivos tienen importancia económica para la zona; sobre todo este año, en que el productor busca tener revancha por lo que sucedió en esta gruesa. Y esto porque se trata de un cultivo que, si se le hacen los trabajos necesarios, puede fondear de plata para una nueva campaña de granos gruesos y dar utilidades interesantes.

Lo real es que, a pesar de que en la zona en general se procura hacer un trigo barato, por las condiciones actuales de crisis que venimos teniendo, esta campaña fina podría ser un punto de inflexión en producción. Esperemos que en la comercialización suceda lo mismo.

Todo el sector espera que la situación cambie y que se pueda sembrar trigo como se hacía hasta no hace muchos años, tanto en el país como en nuestra provincia.

Los datos que maneja la Eeaoc muestran que en 2006, en Tucumán se llegaron a sembrar unas 225.000 hectáreas cuando el cultivo de maíz no era todavía importante y al trigo se lo sembraba inmediatamente después de cosechada la soja.

Actualmente, los decibeles de la pelea campo-Gobierno bajaron mucho, y hace que si el clima ayuda se lleguen a buenos valores de siembra como estimó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Hoy hay buenos precios y, por ende, el interés del productor debería ser mayor. Pero seguramente lo pensará dos veces si aún no se decidió a sembrar. Muchos lotes, que fueron desocupados por soja en Tucumán ya fueron sembrados con trigo; y para el caso de aquellos en los que aún se debe sembrar en el país -una gran parte-, el productor espera que las cosas sigan su camino para tomar la decisión final de siembra.

Para los cultivos de invierno, este año las estimaciones de siembra son más firmes, ya que se están dando adecuadas condiciones climáticas.

Esperemos que todo el espacio perdido con países vecinos, como Uruguay y Paraguay, pueda ser recuperado por el productor triguero argentino, y que de una vez por todas el sector pueda trabajar con tranquilidad. Un pedido que se viene haciendo desde hace mucho tiempo a quienes nos gobiernan.

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