Sexualmente hablando: el punto U

Como es sabido, las zonas erógenas aluden a aquellas partes del cuerpo que, por su sensibilidad, provocan sensaciones de placer al ser estimuladas. Con frecuencia aparecen nuevos nombres y letras para denominarlas. Hace unos años empezó a circular el “punto U” que, al igual que el punto G, se refiere más a una zona que a un punto, la cual está ubicada entre el clítoris y la entrada de la vagina; más precisamente alrededor del orificio uretral o meato urinario de las mujeres (o personas con vulva).

Pensar la uretra -es decir, el conducto que une la vejiga con el exterior- como una zona erógena parece extraño. Sin embargo, no lo es en absoluto: cuando una mujer está sexualmente excitada, toda el área comprendida entre los labios menores adquiere una intensa sensibilidad. Además, la uretra está rodeada de tejido eréctil -la llamada esponja uretral- y, por lo tanto, con la excitación se congestiona y puede causar placer al ser presionada externamente (impactando de forma indirecta sobre los bulbos del clítoris y el punto G).

Asimismo, esta esponja contiene glándulas que producen fluidos similares a los de la próstata masculina, que juegan un papel importante en la lubricación y son los causantes de que algunas mujeres “eyaculen” -por la uretra- al ser estimuladas en esta zona.

¿Cómo estimular el punto U? Durante el coito vaginal, a través de aquellas posturas que permitan el roce con el pubis masculino: el clásico misionero o la mujer sentada arriba y echada hacia adelante, por ejemplo. También puede estimularse con los dedos, la lengua, el pene, un juguete sexual (de hecho, algunos en el mercado dicen estar diseñados para tal fin). Eso sí: como siempre, es importante tener en cuenta que no todas las mujeres lo encuentran placentero y que tampoco es aconsejable empeñarse en buscar resultados. La idea en todo caso es jugar, experimentar, conocerse, probar cosas nuevas.

En relación a este tema, resulta oportuno hacer referencia a las infecciones urinarias que muchas mujeres padecen (como, por ejemplo, las incómodas cistitis). Existe una serie de factores -el intercambio de fluidos, el sudor, su cercanía con la vagina- que explica por qué se producen (en algunas, con mucha frecuencia).

¿Una recomendación muy útil y sencilla? Orinar después de haber mantenido relaciones ayuda notablemente a disminuir la incidencia de este problema, ya que la micción ayuda a eliminar los gérmenes “barriéndolos” hacia afuera.

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