Sexualmente Hablando: ¿Agrandar el punto G?

Existe una gran cantidad de tratamientos que se presentan como solución a las disfunciones sexuales o como promesa de una mejora en el goce sexual. Un ejemplo es la técnica desarrollada por los cirujanos plásticos para ampliar o hinchar el punto G: esa famosa zona, muy sensible y rica en terminaciones nerviosas, ubicada en la pared anterior de la vagina.

El método está basado en la infiltración de ácido hialurónico -un producto muy utilizado en la industria química contra el envejecimiento- en el punto G, aumentando su tamaño y “proyectándolo” hacia la vagina. De esta forma se agranda la superficie de rozamiento durante el coito, se facilita su localización y se gana en sensibilidad. Lo cual promete ser efectivo para mujeres que tienen dificultades para alcanzar el orgasmo (sobre todo para las empeñadas en lograrlo mediante la penetración vaginal). Además, la hidratación que aporta esta sustancia produce un efecto rejuvenecedor en la vagina.

El “G-Shot” se publicita como un tratamiento indoloro –se utiliza una pequeña dosis de anestesia local- y mínimamente invasivo. Su aplicación dura unos 10 minutos y requiere apenas tiempo de recuperación. Los resultados llegan a perdurar hasta 12 meses luego de la aplicación, que puede volver a repetirse.

Un testimonio

Amy Anderson, empresaria británica de 30 años, relató su experiencia posterior a esta intervención en el periódico vespertino londinense “Evening Standard”: “Tuve sexo con mi novio 48 horas después y experimenté el mejor orgasmo de mi vida. Fue una sensación larga, profunda y mucho más intensa que las que había vivido anteriormente. Descubrí que era mucho más sensible durante el intercambio y me resultó mucho más fácil alcanzar el clímax. Además, me excité más en la etapa previa. Me di cuenta de lo que sienten los hombres cuando toman viagra. Me excité mientras realizaba mis tareas laborales o mientras manejaba hacia casa”.

Pero la intervención todavía genera polémica. En primer lugar porque alcanzar el clímax no es sólo cuestión de estímulos físicos: también se juegan factores psicológicos, vinculares, sociales. Por lo que sería engañoso presentar este tratamiento como garantía de orgasmos o de “mejores” orgasmos. Además, ¿hasta qué punto se trata de un método realmente efectivo y cuánto de sugestión hay en el asunto? Una consejera psicosexual retrucó a Anderson diciendo que estas técnicas tenían tantas posibilidades de ser exitosas “como los ejercicios pélvicos, los vibradores, las caminatas, una vuelta en la montaña rusa o una taza de café”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios