Bernd Wulffen: “Los judíos alemanes sembraron trigo y cosecharon doctores”

Bernd Wulffen: “Los judíos alemanes sembraron trigo y cosecharon doctores”

El diplomático germano, casado con una tucumana, narra en su último libro las peripecias de los inmigrantes que llegaron a la Argentina, a partir del 1933. Hitler, Perón y Fidel Castro.

Bernd Wulffen: “Los judíos alemanes sembraron trigo y cosecharon doctores”

Amable. Locuaz. Cálido. Entretenido. Alemán de pura cepa. Diplomático jubilado. Autor de varios libros. Bajo el influjo de Tláloc, el dios náhuatl de la lluvia, la tucumana Dora Ostengo lo flechó en México y desde entonces visita con alguna frecuencia a nuestra ciudad. Hace unos días presentó en el Centro Cultural Rougés, “Punto de fuga: Río de la Plata. La emigración judío alemana hacia Argentina”, su último trabajo escrito en 2019 y traducido luego al castellano. “He viajado mucho por Argentina. Llegué en noviembre del 70 y me quedé hasta el 73. Llego a México el mismo día en que cae Cámpora, el 12 de julio de 1973. Me enteré del tiroteo de Ezeiza, no sabía qué pasaba. Este país tiene algo. Mire, yo llego a Tucumán ahora, después de tres años y medio por la pandemia, me abrazan, me saludan, un calor humano que yo digo a los alemanes: ‘Ustedes pueden aprender mucho de los argentinos.’ Yo viajo mucho en colectivo. Hablo con la gente”, cuenta Bernd Wulffen, de 82 joviales años, cuya última misión como embajador fue en Cuba.

- ¿Cómo surge la idea de escribir este libro de los inmigrantes judíos?

- Yo vivía en Belgrano, muy cerca de nuestra embajada. Se presenta un señor medio pelado, me saluda en alemán, era un judío alemán emigrado de Francfort y trabajaba en el periódico Argentinisches Tageblatt. Otro alemán judío exportaba liebres de la Patagonia a Alemania, un animal en peligro de extinción en mi país. Tuve un gran amigo judío emigrado, una luz de intelectual que trabajaba en la sección cultural del Argentinisches Tageblatt, escribía artículos fabulosos. Así los fui conociendo y me contaron sus historias de su vida, de cómo llegaron acá. Después del 41 ya no salían más de Alemania, y después llegaron acá los nazis.

- ¿La llegada al país se produjo durante la época de Perón, tanto de los nazis, como de los inmigrantes judíos?

- Tenemos que hacer una línea divisoria, la línea divisoria es el 45, después del 45 empiezan a llegar nazis, ya no casi judíos porque Perón hablaba de la homogeneidad nacional. No quería gente que no congeniara con Argentina, sobre todo si no era católica o cristiana, ya no llegaron casi judíos. Yo estoy hablando de los años 33, la toma de poder de Hitler en Alemania, los nazis y de la famosa Década Infame. Después de la toma de poder, enseguida Hitler empieza a perseguir a los judíos, los culpaba de una conspiración internacional contra Alemania que habíamos perdido la Primera Guerra: “Culpa de los judíos, los vamos a castigar”. No los mató, pero les puso cualquier traba, boicoteó las tiendas, los abogados no podían ejercer su profesión, tampoco los médicos; el 10% de nuestros médicos alemanes eran judíos, gente muy capaz. Llegan a la Argentina, no sabían español, los médicos y abogados no podían ejercer, necesitaban una validación del título. ¿Qué hacían, de qué podían vivir? Se fueron al campo en Entre Ríos, Santa Fe... Moisés Ville es un asentamiento muy famoso de los gauchos judíos, a esos lugares iban, para ganar un poco de plata, para vivir a veces en chozas sin luz, sin agua corriente. Un tío dormía en la cocina y la mujer del profesor, ordeñaba vacas, pero habían salvado sus vidas. Sembraron trigo y cosecharon doctores. ¿Por qué? Porque los hijos de los judíos, que tenían una cultura muy buena, estudiaban medicina, abogacía, ingeniería, etcétera. Y yo he conocido algunos de ellos, no muchos pero algunos y entonces digo que Argentina es un país generoso. Es el país latinoamericano que más judíos alemanes ha acogido.

- ¿Perón les ponía trabas?

- No, pero no los quería. Perón no era antisemita, incluso él en su entorno tenía a judíos, como consejeros, asesores. Además en un principio él estaba muy unido a la iglesia, quería católicos. Había un señor Peralta, jefe de migraciones de Perón, del 46 al 48, creo que era antisemita hasta la médula de sus huesos y lo sacaron. Perón era un hombre sumamente astuto. ¿Qué hace con tal de hacer buenas migas con Estados Unidos? Fue el primer gobierno en reconocer a Israel. En el 48, Evita manda colchones a Israel, viene Golda Meier, la ministra, y está a los grandes abrazos con Evita. Perón es completamente ambiguo para mí, un personaje que tiene dos almas en su cuerpo o varias.

- ¿Por qué escribió este libro? ¿Había antes trabajos sobre el tema?

- Sí, los hay, bueno, escribí porque es mi experiencia. Yo he conocido a esa gente. A mí me gusta hablar bien de Argentina, país lindo, generoso, que ha acogido a mis compatriotas. A mí no me importa qué religión tienen, si es buena gente, bienvenida sea, ¿no? Yo escribí otro libro, “Huellas alemanas en Argentina, con motivo de 200 años de la Revolución de Mayo”.  

- ¿Ahí lo menciona a Ulrico Schmidl que escribe su libro “Viaje al Río de la Plata” en 1567?  

- Cuando Magallanes llega en 1520 al Río de la Plata, trae alemanes, especialistas en armas. Ulrico era soldado, pero un soldado al que le gustaba escribir y contar anécdotas. Mi libro tiene en la tapa el Obelisco envuelto con la bandera argentina y la alemana, ¿por qué pongo esto como tapa? Porque en 2007, se festejaron 150 años del tratado de amistad y de libre navegación con Prusia, firmado en Paraná, no en Buenos Aires, en 1857.

- Ha escrito también un libro sobre la transición entre Fidel Castro y su hermano Raúl, ¿cuál es su mirada de la isla?

- Escribí dos libros. Para nosotros, Cuba es un país hermoso. Tenemos mucho turismo alemán en Cuba, pero su gente sufre la pobreza en todos lados, pero es gente ingeniosa, gente que inventa. Yo digo siempre: “Dale al cubano una bicicleta tipo chatarra y dale una máquina para cortar césped, te hace en tres días una motocicleta”. Son buenos, pero déjenlos trabajar, denles plata. Les falta la libertad.

-  Cuba tiene un bloqueo económico de Estados Unidos, desde 1960.

- Sí, pero también tiene un bloqueo interno que es el comunismo. ¿Por qué Fidel Castro manda a Huber Matos, que era comandante de la Revolución, a 20 años de cárcel? Porque él quería un país democrático, con elecciones libres. Fidel nunca ha querido eso y Raúl, menos. Raúl era el hermanito que quería demostrar que era un hombre fuerte. Yo estuve diez veces conversando a solas con Fidel.

- ¿Cuál es la impresión que tuvo de Fidel?

- Muy carismático. Fidel podía hablar cuatro horas sin un papel. Un día me dicen en Relaciones Exteriores: “Por favor, señor, el Comandante necesita una visa de cortesía, va a viajar a Alemania, está invitado”. Llamo directamente a Berlín, no sabían nada. Estábamos cruzados con Estados Unidos por la cuestión de Irak. Nuestro canciller no quería participar en esa guerra. Esta visita no se podía hacer. ¿Qué había pasado? En el Festival de la Berlinale, en el 2003 iba el norteamericano Oliver Stone a presentar una película sobre Castro, “Comandante”. Lo invita el jefe de la Berlinale, pero no consultan o avisan al gobierno y Fidel quería aceptar. Hablo con el canciller cubano, le explico que el viaje no era posible. “Usted sabe que tenemos problemas con Estados Unidos y si viene Fidel en este momento, creo que rompen relaciones con nosotros”, le digo. “Hable con el comandante”, me contesta. Llamo a ceremonial. Era muy difícil conseguir una entrevista. Al tercer día me llaman y me dicen que Fidel me iba a recibir en un centro de convenciones en La Habana, a la medianoche. Llega Castro, de muy buen ánimo, se sienta a mi lado: “Embajador, cómo está, cómo está su familia”, me dice. “Bien, en Pascua van a venir mis hijos”. “Ay, qué lindo”, me responde. Me mira a los ojos y me dice: “No se preocupe, no voy a viajar a Alemania. Yo sé que Alemania no participa en la guerra de Irak, aprecio mucho esta actitud y no quiero poner en dificultades a su canciller. Después hablamos sobre Irak porque él conocía ese país.

- ¿Cómo evalúa el futuro de Cuba? ¿Cree que Estados Unidos dará fin a su bloqueo? ¿Habrá un giro hacia una democracia?

- Raúl Castro entonces ya presidente y Obama se encontraron en el funeral de Mandela en Sudáfrica se dieron la mano y parece que ahí acordaron restablecer relaciones diplomáticas y la visita de Obama a Cuba, creo que ha sido en ese momento en Sudáfrica. Yo rezaba, me decía que esto era un gran momento para Cuba, esperaba que siguieran este camino de relaciones normales porque Estados Unidos es país muy poderoso y Cuba un país muy necesitado de muchísimas cosas. Pero si se juntan también se complementan porque los cubanos tienen otras cosas que no tienen Estados Unidos, tienen arte, la música el ballet de Alicia Alonso. Es fantástica la isla, pero denle libertad. Mientras Raúl Castro esté con vida, no pasará nada. Segundo, el presidente Biden tiene mucho miedo de los exiliados, no va a hacer nada. Él quiere ser elegido, pero tiene a Trump.


La experiencia de la traductora

"Cuando Bernd me comenta sobre su libro, da la casualidad de que cuando terminé mis estudios de traducción en Alemania, elegí el tema de la inmigración alemana en Argentina en los años inmediatos después de la guerra. Le agradezco a Bernd, porque durante todo el tiempo que duró la traducción, que fue bastante más largo de lo que por ahí habíamos pensado en un principio, pandemia de por medio, tuvo una actitud estimulante y fue paciente. Lo particular de este de este proyecto de traducción fue que yo iba traduciendo y le iba enviando los capítulos; él me hacía algún que otro comentario yo lo revisaba”, dice Clara Fenocchio, la traductora al castellano de “Punto de fuga: Río de la Plata. La emigración judío alemana hacia Argentina”.

Temas Tucumán
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios