La Copa en Tucumán: Recuerdos que no se olvidarán

La Copa en Tucumán: Recuerdos que no se olvidarán

Miles de tucumanos se tomaron un respiro y desafiaron el calor para ver de cerca el trofeo, y rememorar un Mundial que fue soñado

SE LLEVÓ TODOS LOS FLASHES. El paso de personas, por delante del trofeo, fue incesante en el edificio de la Legislatura. La Gaceta / fotos de José Nuno SE LLEVÓ TODOS LOS FLASHES. El paso de personas, por delante del trofeo, fue incesante en el edificio de la Legislatura. La Gaceta / fotos de José Nuno

Todavía no se inventó la máquina del tiempo, o al menos no se dio a conocer eso. Un aparato de esas características saldría miles de millones de dólares y pondría en jaque al mundo tal cual lo conocemos. Sin embargo, ayer la provincia retrocedió unos meses y se acomodó en el diciembre más feliz de esta era.

Eran las 9 de la mañana y la avenida Sarmiento, entre Junín y 25 de Mayo lucía casi igual que tres meses atrás. Un calor insoportable y todo celeste y blanco; hasta el cielo que amaneció algo cargado.

Los vendedores ambulantes desplegaban todo el merchandising; sabiendo que iban jugar su propio gran partido.

En la explanada de la Honorable Legislatura se esperaba por la Copa del Mundo; y por eso en el ambiente se sentía el aroma a Qatar 2022.

La espera terminó siendo larga, porque teniendo en cuenta que el trofeo sólo iba a ser exhibido algunas horas, muchos llegaron temprano y se ubicaron bajo la sombra de los árboles de calle Muñecas. “Es un sueño cumplido. Cuando ganamos el Mundial no me imaginé que la iba a tener tan cerca. Esto me emociona. Gracias a todos lo que hicieron posible que los tucumanos la podamos disfrutar”, dijo José Augusto Mazza, que tenía la “10” de Lionel Messi en la espalda.

Cientos de familias tucumanas se tomaron un recreo del primer día hábil de la semana, para ver de cerca el trofeo tan esperado. Los recuerdos estuvieron más vivos que nunca; sobre todo para aquellos que ya habían presenciado otros títulos mundiales de nuestra selección. “Argentina salió campeón en el 86 e inmediatamente salió el arcoiris. Es el recuerdo más latente que tengo. A la imagen de Diego levantando la Copa, en el recorte de LA GACETA, lo guardo como un tesoro”, recordó Mazza, quien estuvo acompañado por su hijo, que lucía una camiseta celeste y blanca con el “9” de Julián Álvarez.

En líneas generales, los tucumanos se retiraron conformes por la salida familiar de un lunes atípico. Sin embargo, otros lamentaron la logística del evento. “Molestó el descontrol que hubo. Atentaron contra las ganas de los chicos. No tuvieron consideración de la gente que estaba a pie; nosotros estuvimos dos horas aquí y no pudimos sacarnos ni una selfie. Sólo le sacamos fotos a la copa”, relató Esteban Soraire, quien estaba acompañado por Mercedes, Mateo y Martina.

Estaba previsto que el trofeo, que hasta hace unas semanas estuvo en manos de Messi y compañía, sea exhibido desde las 13. Pero las diferentes reuniones protocolares retrasaron todo y finalmente la Copa hizo su aparición en la explanada de la Legislatura recién a las 14, bajo una lluvia de papelitos celestes y blancos y con el tema “Muchachos” de La Mosca, sondando de fondo. Además, el aplauso sostenido de los hinchas sonó con todas las fuerzas y cargó de emoción el sencillo acto.

Decir que solamente los tucumanos disfrutaron de la Copa sería injusto. También hubo personas que llegaron desde otras provincias. Esas que pausaron sus actividades sólo por una foto, como el caso de Roberto García, quien viajó desde Salta. “Me enteré que estaba la copa y me vine de una. Ahora veremos cómo hacemos para sacarnos las fotos; igual lo más importante es que el campeonato ya es nuestro. Se dio porque todos los jugadores llegaron en buen momento y porque el público aportó mucho entusiasmo. Yo había perdido la ilusión algunos mundiales atrás, pero este equipo me contagió sus ganas y su alegría”, dijo mientras espiaba el paso a paso que iba a tener que recorrer para poder llevarse un recuerdo a su provincia. Mientras tanto, su esposa y su hija aguardaban en el auto con aire acondicionado a una cuadra.

¿Será la original? Preguntaba un niño de unos 12 años, mientras miraba obnubilado el dorado brillante de la Copa. Sus ojos también estaban brillosos y en su cabeza, seguramente, cruzaban miles de imágenes por segundo. Messi con la copa que él tenía ante sus ojos, las jugadas más emocionantes de los siete partidos que quedarán en la memoria de todos... El niño estuvo segundos observando el trofeo, pero para él seguro fue un momento eterno. “Vamos, vamos”, le dijo Manuel Ulivarri, su papá y siguieron su camino por ese pasadizo del tiempo que se generó entre las rejas de la Legislatura y las vallas de la policía. “La fantasía de verla fue emocionante. Viví los tres títulos; en la primera tenía dos años; en el ‘86, 10 y ahora, vivirla con mis hijos (Pedro, Simón y Mateo) fue algo impagable”, relató Ulivarri antes de partir.

Él sus hijos y cada uno de los miles de tucumanos transitaron con nostalgia y alegría por ese túnel del tiempo; una experiencia inolvidable y casi eterna.

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