“La mujer invisible” plantea la problemática de la salud mental

“La mujer invisible” plantea la problemática de la salud mental

Un grupo con artistas de Mendoza y Neuquén partió de poemas de Marisa Wagner para el unipersonal que hoy se presentará en La Sodería.

UNA LLUVIA DE EMOCIONES. Alejandra Kasjan Maroa protagoniza “La mujer invisible. ¿Podrás verme?”. UNA LLUVIA DE EMOCIONES. Alejandra Kasjan Maroa protagoniza “La mujer invisible. ¿Podrás verme?”.

Si alguien no entra en las imposiciones sociales o en los parámetros de las relaciones convencionales, simplemente deja de ser visto. “La mujer invisible. ¿Podrás verme?” cuestiona el universo de los estereotipos que marcan las pautas de comportamiento desde la propia experiencia vivencial.

El grupo En Viaje Teatro reúne artistas de Mendoza y Neuquén, que hacen escala esta noche a las 21 en La Sodería (Juan Posse 1.141) para presentar la obra surgida de las poesías de Marisa Wagner y de textos de Vicent Van Gogh y Antonin Artaud. Con dirección de Fabián Castellani, actuación de Alejandra Kasjan Maroa, asistencia de Alejandra Yañez y dispositivos escénicos de Bruno Ferrari, la propuesta aborda “la posibilidad de intercambio de diferentes miradas y experiencias, pero encontrando un factor común, la necesidad del ser humano de ser mirado, ser abrazado”, según anticipan.

La sinopsis remite a una mujer que no se ajusta a los moldes que impone la sociedad y hace lo imposible por mostrarse. “En ese afán, desborda. Es un ser puro, concreto, deseante, intenso, real, emocional, pasional, verdadero. Es mucho para las personas que la rodean, quienes al no poder o no querer comprenderla, contenerla, abordarla o aquietarla, la ignoran, la destratan, la desoyen, la esquivan y la vuelven invisible”, se anuncia.

El disparador fue un texto de la poeta y psicóloga social Wagner, quien pasó parte de su vida internada en distintas instituciones psiquiátricas y encontró refugio en la escritura hasta su muerte en 2012. Pero más que conclusiones, lo que se propone desde el escenario es la identificación del público con hechos cotidianos, paso esencial para su modificiación.

El dueto director-protagonista se construyó a partir de un conocimiento previo en San Rafael, Mendoza, donde la actriz estudió teatro de la mano de Castellani. Volvió la inquietud de retomar un trabajo conjunto, que comenzó a tomar forma a partir de poemas de Wagner en diciembre de 2021 y que se fue completando con el equipo que se articuló para llegar al resultado escénico.

“Conocía a la autora por un amigo escritor; me había conmocionado mucho su escritura, y cuando decidimos hacer algo y pensamos de qué podía tratar, le propuse el libro ‘Los montes de la loca’ y le fascinó. Al principio elegimos como 15 poemas para la obra, casi todos, pero luego fuimos seleccionando cada vez más y más y quedaron dos poemas”, afirma Castellani en diálogo con LA GACETA, al que se suman también Kasjan Maroa y Ferrari.

- ¿Por qué suman los textos de Artaud y de Van Gogh?

- (Fabián Castellani - FC) Hay mucho imaginario clásico de la locura. De Artaud nos encanta su pensamiento teatral, nos gasta su escritura y queríamos que fuera parte del espectáculo. Su inclusión es trabajada teatralmente de una manera diferente al resto, es como un paréntesis de la puesta y es una forma de homenajearlo. Lo de Van Gogh es el último texto que se dice en la obra y uno de los últimos que pusimos: plantea una suerte de conclusión o de síntesis que no es tan lógica, pero que nos funciona como cierre de este momento de confesión del personaje con sus espectadores.

- (Bruno Ferrari - BF) Caemos en la caracterización del loco cuando muchas veces son sólo otras sensibilidades u otras miradas y necesidades en la vida. El recurso más rápido y convencional es ponerle una etiqueta cuando algo escapa a la posibilidad del entendimiento. Los espectadores se ven reflejados en distintos momentos de la obra porque todos necesitamos ser mirados, entendidos y escuchados en algún momento de nuestras vidas.

- (Alejandra Kasjan Maroa - KM) Vinieron a seguir diciendo lo que teníamos necesidad de decir, y también hay un texto mío sobre un momento de exploración, para ahondar en vivencias propias.

- ¿Qué implica no ver al otro?

- (BF) La invisibilización hace que caigamos en cuestiones de solapar síntomas con el uso de fármacos. Hay heridas adentro que deben ser sanadas en algún momento para que no nos acompañen el resto de nuestros días.

- (KM) Somos en cuanto el otre nos reconoce como tal y nos constituimos en sujetos. Sólo puede ser vista una persona cuando encaja en los moldes que la sociedad y los vínculos le imponen. Si alguien tiene una intensidad que el resto de su vínculo no sabe cómo contener, entonces da vuelta la cara y la invisibiliza, pasa en miles y miles de casos.

- ¿Wagner habla de cada uno de nosotros, en determinada circunstancia?

- (FC) Para Alejandra fue muy significativo poder encontrar los textos de Marisa desde el lugar de ella, tuvo mucha identificación.

- (KM) Su poesía me movilizó profundamente en el momento de la vida en que me llegó, por lo que dice y cómo lo dice, de forma clara y desgarradora, con sus palabras y belleza al escribir.

- Su obra fue respetada como tal...

- (KM) No, sus textos fueron disparadores, la obra no plantea nada acabado, nos propusimos generar preguntas en el público, movilizarlo, lograr empatía con todas las mujeres y hombres que pasan por esta situación. No hay una temática de género, más allá de las particularidades de que la protagonista es una mujer, porque es universal su planteo. La sociedad y el sistema en el que convivimos impone ciertos moldes de rendimiento, a los que es muy difícil encajar. Si alguien se deja llevar por sus sueños, anhelos y deseos, es difícil encajar en los moldes del rendimiento y la explotación. Estamos convencides de que es necesario ser genuines, y esa es nuestra lucha.

- ¿La salud mental sigue siendo un tema tabú, incluso desde lo artístico?

- (KM) Es un tiempo bastante complejo en torno a todo lo que tiene que ver con la salud mental, está bastante poco hablado y nos pareció interesante llevarlo a escena y darle la palabra para que exista, sacarle el velo para que la mirada no sea estigmatizante sobre quien necesita terapia y medicación.

Temas Juan Posse
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