2022 fue un año bisagra para el audiovisual tucumano

2022 fue un año bisagra para el audiovisual tucumano

La ley provincial de fomento de la actividad impulsará el crecimiento de la actividad. Optimismo y grandes expectativas de los cineastas. Dos películas se estrenarían este año. “Sostener la diversidad”.

2022 fue un año bisagra para el audiovisual tucumano

Los artistas audiovisuales tucumanos terminaron el año pasado con la realización y proyección de una docena de cortometrajes, algunos que “pisaron fuerte” en festivales, precisa Martín Falci. “Mis perspectivas es que estamos ante el nacimiento de algo. Creo que la mayoría surgió de la resistencia, con una gran autogestión”, describe el referente. “2022 fue un año bisagra”, define contundentemente Pablo Schembri; “estamos en una nueva etapa”, dice Juan Mascaró.

Para los cineastas que trabajan en Tucumán este año parece ser de crecimiento, porque, además, hay dos largometrajes pidiendo pista: los de Nicolás Aráoz y de Pedro Ponce, terminando la etapa de la postproducción y próximos a estrenar.

Entre los consultados por LA GACETA, todos saludaron la promulgación por el Gobierno de la Ley Provincial de Promoción Audiovisual. Esta norma crea un consejo que definirá las políticas de fomento, pero además determina (en el capítulo VI) un aporte de tres costos medios de un largometraje fijado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, INCAA (actualizado en septiembre fueron $70 millones a cada proyecto). De todos modos, el director del Ente Cultural, Martín Ruiz Torres, explicó a LA GACETA que se pidieron $180 millones para ese fondo, antes de esa actualización.

Pedro Ponce cuenta que hubo producciones importantes en 2022 y algunas que siguieron su circuito de distribución y exhibición: “En nuestro caso, el corto ‘Ahí vienen’ ganó en los festivales Tucumán Cine y Cine de Las Alturas”. Y destaca el crecimiento de la matrícula en la Escuela Universitaria Cine, Video y Televisión de la UNT. “Este año el sector debe afianzar el crecimiento. Los proyectos deben comenzar su etapa de producción con el plan de fomento. Productores, directores y guionistas tucumanos deben tener el protagonismo”, pregona el cineasta, que también integra la asociación Tucumán Audiovisual.

Además, esta organización, con la publicación de la revista Ruta 9, ya tiene quien le escriba, abriendo un espacio de reflexión, de crítica y estudio de la producción local, consigna en el editorial Gustavo Caro.

“Se produce de un modo independiente. Hay mucha cabeza, mucho talento, como lo hay también en teatro. Creo que se están haciendo las cosas bien. Hay gente preparada y buenos equipamientos y espero que se siga creciendo”, le dice a LA GACETA Aráoz, un nombre artístico también del teatro y la actuación, a modo de caracterizar la situación.

Falci define que se dio “el paso histórico de la ley y ya empezó a funcionar. Quizá 2022 fue el año más importante desde que se creó la Escuela de Cine. Algunos, dos o tres realizadores, tienen presupuesto, pero casi la totalidad nace de una autogestión fabulosa, que hace productos competitivos, con los que sí tienen presupuesto -resalta-. Imagínate entonces de acá a tres años si todas las películas las hacemos con algún fondo, se instaura un modo de producción interesante y con obras que circulan”.

Largometrajes en 2023

“He roto la alcancía y rodé una película largamente deseada ‘Barcos y Catedrales’, producida por el Boby (Agustín) Toscano. Desde hace años que trabajo en el guión. Conformamos un equipo de gente y rodamos en tres semanas. La locación base fue en Mancomita (Burruyacú), pero hay otras escenas en la ciudad. Estoy en la última etapa de la postproducción y espero estrenar este año, cuanto antes”, relata Aráoz.

Ponce también cuenta que está terminando la postproducción de un largometraje de no ficción que se llama “Yakuman: hacia donde las aguas”, cuya producción le llevó años y ahora está cerca de concluir.

Acerca de proyectos, Schembri responde que tiene mucha fe en este año, y que se propone comenzar el trámite administrativo para iniciar su próxima película, que, anticipa, será de género. Mientras, su realización “Zombies en el cañaveral” sigue participando en diferentes eventos. “En la provincia varias producciones quedaron pendientes. Hay que tener en cuenta que la actividad del INCAA ha sido muy pobre en cuanto a concursos, llamados, pero este año se espera que sean más las convocatorias. Por eso insisto en que 2022 ha sido un año bisagra”, subrayó.

Sin homogeneidad

Fabián Soberón escribió y lanzó su libro “El espejo vivo. Cine contemporáneo en Tucumán” el año pasado.

“Lo primero que puedo decir es que hay más producción en lo que va del siglo XXI que en todo el siglo XX. Este dato nos hace pensar en cuáles fueron los factores que contribuyeron a que esto ocurra. Por otro lado, puedo decir que no hay homogeneidad estética en la producción audiovisual de Tucumán y del NOA”, le dijo a este diario en una nota en 2022.

Una nueva etapa

Codirector de la película “Bazán Frías. Elogio del crimen”, entre otros cortos y producciones en televisión, Juan Mascaró reside en Buenos Aires, pero enseña en la Escuela de Cine de la UNT. “Creo que a partir de la producción más sostenida y permanente, hay un campo de expresión audiovisual consolidado. Es una nueva etapa, donde se empiezan a discutir temas, narrativas, estéticas. Hay una enorme diversidad, tal vez la más considerable junto con Córdoba, donde se producen desde ensayos experimentales hasta videoclips musicales o videojuegos. Creo que el impulso de la ley provincial, ya con un presupuesto anual asignado permitirá crecer”, analiza.

“El gran reto es sostener la diversidad, es decir, que el fomento público respete las muchas formas de hacer audiovisual, definiendo políticas específicas para la concepción, el desarrollo, la producción y la exhibición de cada una, sin ceder a la tentación de un todo industrial, masivo o ‘para los grandes públicos’. Esta última es una expresión errónea, puesto que los públicos se construyen a partir del impulso a la producción y difusión de las películas”, advierte.

Mascaró está en rodaje y prepara su próxima película que se llama “Maestro, Nano Balbo y la educación popular”. Es la historia de un pedagogo discípulo de Paulo Freire secuestrado por la dictadura militar argentina y luego exiliado en Italia, según informa.

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