Juan XXIII, ¿el adelantado o el que quedó en posición adelantada?

Juan XXIII, ¿el adelantado o el que quedó en posición adelantada?

Mar del Plata y otras ciudades veraniegas se despabilaron esta mañana con enigmáticos afiches azulados.

ENIGMÁTICOS. Los carteles que aparecieron en distintas ciudades. ENIGMÁTICOS. Los carteles que aparecieron en distintas ciudades.

Los afiches no son una cuestión menor en la vida de un político. No se trata de una nota periodística, que después desmienten “porque no fueron bien interpretados”. No dicen mucho en cuanto a cantidad de palabras, pero son muy precisos respecto del mensaje que tratan de transmitir. Casi irrefutables.

Esta mañana, Mar del Plata y otras ciudades veraniegas se despabilaron con los azulados afiches con la leyenda “Juan XXIII”. Ese nombre había tomado trascendencia por el papa Juan XXIII, a quien se lo conoció como el “papa de La Paz” y quien falleció en 1963. Desde entonces no había tomado nueva popularidad, hasta hace poco más de un año, cuando el entorno de Juan Manzur lo instaló exactamente el día después de que el gobernador de Tucumán dejó el sillón de Lucas Córdoba para sentarse en la oficina del lado del presidente en la Casa Rosada.

Es decir, Manzur no puede mirar para otro lado después de la aparición de estos afiches. Seguramente, en su afán de mantenerse en el rol del Canciller del Silencio -que trata de estar bien con todos y de no decir nada- no se hará cargo de esa afichada nacional, y responderá lo de siempre. “No lo sé, es una cuestión de los muchachos”. Se trata de un recurso muy propio del general Juan Domingo Perón, que cuando quería tirar la pelota afuera le daba una responsabilidad mayúscula a los “muchachos”, un híbrido que no era nadie y eran todos, con la anuencia del propio Perón; o de Manzur, en este caso.

Con esta jugada Manzur se instala como candidato a presidente de la Nación. Lo que era un secreto a voces ha tomado fuerza pública. Los “muchachos” que firman los afiches lo hacen bajo la agrupación “La Rucci”. Precisamente Manzur y el diputado nacional Carlos Cisneros compartieron el 29 de noviembre de 2021 un acto de La Rucci junto a Alberto Fernández.

En política suele aplicarse una máxima típica del boxeo aquella de que “el que pega primero, pega dos veces”. En este caso mientras Cristina Kirchner va y viene y no sabe si será candidata, y sigue aturdida con ser una condenada, Manzur se instala. También le sacó alguna ventaja a Sergio Massa, el ministro que baila al ritmo de la inflación y no de la música que él querría. Y si alguno le reclama algo, seguramente Manzur responderá: “fueron los muchachos”.

Manzur en sus exposiciones públicas venían afirmando que no era momento de hablar de candidaturas. Sin embargo hizo todo para dejar armada su postulación a vicegobernador en Tucumán; y ahora como “canciller del silencio”, puso su nombre y su candidatura críticamente para convertirse en aspirante a la Presidencia, del lado del peronismo.

Manzur sabe que juega en un equipo en el que todos están peleados con todos. Por eso corre riesgos con esta jugada: puede quedar como un adelantado o en posición adelantada.

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