“Cuando llegan las lluvias, no nos queda más que rezar”, dicen vecinos de pueblos en riesgo

“Cuando llegan las lluvias, no nos queda más que rezar”, dicen vecinos de pueblos en riesgo

En el sur, los pobladores temen por los desmadres y claman por la aplicación de una ley de emergencia que los ayude a soportar las épocas de inundaciones

UN GIGANTESCO POZO. El socavón de Alto El puesto se constituye en la muestra más emblemática de la furia que adquieren las crecientes. UN GIGANTESCO POZO. El socavón de Alto El puesto se constituye en la muestra más emblemática de la furia que adquieren las crecientes. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

En los tiempos de las lluvias el miedo se instala en las poblaciones pedemontanas y otras que acusan el desmadre de las aguas que bajan descontroladas de los cerros. Los Pizarros, San José de La Cocha, Domingo Millán, El Sacrificio, La Florida, Alto El Puesto (Graneros), Santa Ana, Río Chico, La Madrid y Finca Cornet, son algunas de las que, de sur a norte, periódicamente tienen que lidiar con los efectos de las inclemencias climáticas.

Son localidades en donde en los verano el paso de las crecientes dejan huellas devastadoras. Socavones gigantescos, caminos y canales destruidos. También casas a punto de desplomarse en los vacíos profundos que abrieron las correntadas. “Cuando llegan las tormentas no nos queda otra que rezar. El agua baja enfurecida por el canal que, a raíz de las lluvias del verano anterior, quedó socavado. Se abrió tanto que mi casa ahora está al borde de lo que es una grieta enorme, de unos 20 metros de ancho y 10 de profundidad”, contó don Enrique Ruiz (82 años), de Domingo Millán (La Invernada).

VECINOS. Deben lidiar con los efectos de las inclemencias climáticas.  VECINOS. Deben lidiar con los efectos de las inclemencias climáticas. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

Este hombre como, otras 20 familias de la zona, deben ser reubicadas en razón de los riesgos que corren de terminar arrastrados por los torrentes. “Urge brindar seguridad a esta gente de cara al verano que se aproxima. Después puede ser demasiado tarde. Es que está muy expuesta a sufrir las consecuencias de una creciente”, advirtió afligido Carlos Castro, comisionado comunal de El Sacrificio-La Invernada.

Causa

Castro y Alfredo Fernández, de la comuna de San José (La Cocha), coinciden en que los problemas de las aguas que bajan desenfrenadas del pie de cerro y avanzan sobre caminos y poblaciones, se generan en las fincas de limones y otras producciones que surgieron hace pocos años en la zona. Se practicaron entonces talas indiscriminadas.

EL SOCAVÓN. En los últimos años se tragó una escuela y tres viviendas.   EL SOCAVÓN. En los últimos años se tragó una escuela y tres viviendas. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

“Desde esos campos, que antes eran montes, ahora el agua baja sin control o contención hacia los caminos que terminan destruidos”, apuntaron. El socavón de Alto El puesto se constituye en la muestra más emblemática de la furia que adquieren las crecientes. Tiene unos 200 metros de extensión, 100 de ancho y una profundidad de más de 10 metros. En los últimos años se tragó una escuela y otras tres viviendas. También es otro ejemplo inquietante las crecientes que se sucedieron en La Madrid.

LEY DE SUELO 9.374. Exigen que se aplique para que lleguen obras.  LEY DE SUELO 9.374. Exigen que se aplique para que lleguen obras. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

¿Habrá algún día una solución a este drama que se repite todos los años? Es la pregunta que desvela a las autoridades y pobladores de los pueblos afectados.

Ley con expectativas

Mientras se proyectan obras hídricas de distintas envergaduras y costos, Jorge Carrero Valenzuela, director de Suelo de la Secretaría de Desarrollo Productivo de la provincia, confía en que los desbordes van a ir siendo contenidos o mitigados a medida que se avance en los campos en la aplicación de la nueva Ley Provincial de Suelo 9.374 promulgada en el 2020. Por ahora son pocos los que se adecuaron.

EN VERANO. El paso de las crecientes dejan huellas devastadoras.  EN VERANO. El paso de las crecientes dejan huellas devastadoras. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

“Esta norma tiene como fin comprometer al sector productivo a realizar acciones tendientes a disminuir el escurrimiento generado en los campos de cultivo. Son disposiciones que fueron abordadas desde un concepto que apunta a atender las externalidades negativas y que incluye cambios en el estado de los suelos e intervenciones en las cuencas hidrográficas”, explicó.

EFECTO. Los terrenos acusan el impacto de los desmontes; se informa.  EFECTO. Los terrenos acusan el impacto de los desmontes; se informa. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

“La ley, en esencia, contempla el tratamiento de sucesos en la visión de la microcuenca hidrográfica. Antes solo se abordaba de una manera más limitada a nivel de finca. Ahora se la amplía considerando los ríos que pasan por la zona en que están las propiedades”, precisó. “Lo que se propone, y ya se está haciendo en algunos casos, es que cada propietario ordene su finca a través de prácticas estructurales como de laguna de laminación, canales de guardia, siembra de terrazas y curva de nivel y/o estructurales como descompactado”, añadió.

VECINOS. Deben lidiar con los efectos de las inclemencias climáticas.  VECINOS. Deben lidiar con los efectos de las inclemencias climáticas. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

Limitaciones

“La laguna de laminación o de crecida va acumulando el agua y su escurrimiento es administrado a través de un caño de salida. Se está haciendo en campos de limón. También se propone la plantación interna de gramíneas de verano para brindar porosidad al suelo” indicó. En razón de que en las sendas de las fincas cítricas se advierte la compactación de suelo a causa del intenso movimiento pesado de rodados. Ese hecho acelera el paso de las aguas.

Para ese caso “se prevé la descompactación mediante equipos con dientes que aflojan el suelo”, precisó. “Las terrazas por su parte son bordos de unos 40 cm de altura que se construyen en posición perpendicular en las pendientes dominantes a fin de que los torrentes no alcancen velocidad”, dijo.

EL SOCAVÓN. En los últimos años se tragó una escuela y tres viviendas.   EL SOCAVÓN. En los últimos años se tragó una escuela y tres viviendas. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

El funcionario acotó que en la actualidad ya no hay prácticas masivas de desmontes. Sin embargo admitió que los hubo y ahora “el suelo acusa ese impacto”. “Las consecuencias se la está abordando, pero no con la intensidad o amplitud que desearíamos en razón de que disponemos de una estructura técnica acotada compuesta por cinco técnicos. Quizás se necesite el doble o más para recorrer los campos. Entonces el proceso de adecuación a la nueva ley sería más rápido”, expuso el profesional.

Carrero Valenzuela, al referirse a las tareas que desplegó su repartición, aseguró que con las maquinarias que dispone, en el interior tucumano se abrieron alrededor de 91 kms de canales en el transcurso de este año.

Advirtió que estos trabajos van a lograr mitigar el ingreso de agua a los hogares de miles de habitantes y al mismo tiempo los daños en los caminos de la red terciaria.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios