“Listos para actuar”, la serie que aborda los desafíos de vivir con artritis reumatoidea

“Listos para actuar”, la serie que aborda los desafíos de vivir con artritis reumatoidea

Iniciativa inédita en la Argentina que une medios audiovisuales y comunicación en salud. Ya se puede ver la primera temporada gratis por YouTube.

EL DIAGNÓSTICO. Momento bisagra de la vida de Mónica (y de las personas reales): saber qué pasa es un golpe, pero también una oportunidad.  EL DIAGNÓSTICO. Momento bisagra de la vida de Mónica (y de las personas reales): saber qué pasa es un golpe, pero también una oportunidad.

En 10 capítulos de alrededor de siete minutos cada uno, divididos en dos temporadas, “Listos para actuar” narra la historia de Mónica (encarnada por la actriz Mónica D’Agostino), que, sintiendo “cosas raras”, acepta el consejo de una amiga para sentirse mejor: tomar clases de teatro. “No estás conectando bien con lo que tenés, con lo que te pasa”, insiste la amiga... Y pasarán muchas cosas, porque entre mucho de lo que no sabe, es que la experiencia del teatro le cambiará la vida.

La serie, iniciativa del laboratorio Pfizer, fue dirigida por Leopoldo Minotti y contó con la producción general de Mariel Ledda. La primera temporada ya está disponible, de manera gratuita, en el sitio www.cuidarnosjuntos.com.a y en su canal de YouTube, y se espera que la segunda esté en las redes a mediados de octubre.

La realidad de la ficción

Las “cosas raras” que siente Mónica son síntomas de artritis reumatoidea (AR), y reconocerlos con retraso es uno de los motivos por los cuales se demora el diagnóstico.

“Si la enfermedad no se trata a tiempo, puede progresar hacia la deformidad articular y la discapacidad. Por eso, los primeros desafíos siempre son el diagnóstico y el tratamiento temprano”, explicó durante la presentación de la serie -que incluyó una capacitación para periodistas- María Celina de la Vega, del Servicio de Reumatología del Hospital Cosme Argerich y presidenta de la Sociedad Argentina de Reumatología.

Y es importante resaltar la expresión “primeros desafíos”, porque la AR, que se caracteriza por producir inflamación, dolor y rigidez de articulaciones (en especial por las mañanas, después de descansar) en manos, muñecas, pies, hombros, rodillas y caderas, no se puede curar.

Por eso, aunque los tratamientos hoy permiten mejorar sustancialmente la calidad de vida, esa vida necesita adaptarse a la nueva realidad, como le sucede a la protagonista.

“Fue un desafío grande; el objetivo era contar qué viven las personas con AR, y que la sociedad en general pueda identificar (e identificarse) con esta realidad”, contó durante la presentación Gabriel Rossi, que tuvo a su cargo la producción ejecutiva de contenidos.

Y Eunice Parodi, que sí sabe lo que le pasa ya desde hace muchos años, aseguró en la reunión que la serie refleja con gran sensibilidad el camino que las personas con AR deben recorrer: “enfrentarnos al diagnóstico, y desde ese punto (“que suele ser un duro golpe, un mazazo”, le dijo a LA GACETA), comenzar a descubrir la manera de salir adelante y de convivir con nuestra enfermedad”, contó. Participó de la reunión en representación de Alianza Federal, agrupación que nuclea asociaciones de personas que viven con AR de todo el país.

“Tenemos que acomodar muchos aspectos de nuestra vida, entre otros, aprender a decir ‘no puedo’. Y es fundamental promover y retener los espacios que nos hacen bien. Por eso recomendamos participar en grupos, para estar con nuestros pares”, añadió.

“También es muy importante educarnos sobre nuestra enfermedad; también consensuar el tratamiento con el médico, y desde allí hacernos responsables de nuestro autocuidado y de la adherencia a los tratamientos; y dentro de las posibilidades, mantener la autonomía”, recomendó.

Nos afecta a todos

Pero el desafío no es sólo de las personas con AR. Para amigos y familiares (y para la comunidad en general, resaltó también Eunice) es complejo ponerse en el lugar de los pacientes y entender realmente todo lo que atraviesan.

“Mi marido me dice: ‘¡Dale, che! Olvidate del dolor’. Muchos creen que puedo hacer como que no está”, afirma el personaje de Mónica en el trailer de la serie, antes de saber qué le pasa... Y un poco más adelante, ya con el diagnóstico, afirma, durante una reunión con su grupo de pares: “la clave fue encarar el tratamiento no como un mandato, sino como una oportunidad de salir adelante”.

“Necesitamos que los que viven cerca de nosotros entiendan que hay cosas tan simples como levantar una jarra llena de agua que no podemos hacer”, agrega Eunice, y enumera algunas necesidades, que van desde buenas veredas y rampas frente a las que no estacionen los autos, a que no la miren mal cuando presenta su certificado de discapacidad: “no en todos lo casos la discapacidad es visible: yo tengo dos prótesis de caderas, por ejemplo...”, cuenta.

“Pero también es cierto que la gente no tiene por qué adivinar: poder pedir ayuda es fundamental”, insiste. Y la serie es una forma de pedirle ayuda, en nombre de todas las personas con AR, a la sociedad argentina.

Algunos datos claves

- Un par de cifras: la artritis reumatoidea afecta al 1% de la población, por lo que se estima que en la Argentina la padecen más de 400.000 personas. Es más frecuente en mujeres (en general, en edad productiva: entre los 20 y los 50 años); la relación es de entre tres y cinco mujeres por cada varón.

- Diferencia con la artrosis: en la AR, dentro de la articulación se genera una sustancia llamada pannus que erosiona el hueso hasta deformarlo por completo. La artrosis, aunque presenta un componente inflamatorio y dolor, se caracteriza por el desgaste articular y suele aparecer luego de los 50 años.

- Rigidez matutina: a las personas con AR sin diagnóstico o con la enfermedad no controlada suele costarles levantarse de la cama; manipular objetos para, por ejemplo, prepararse el desayuno o bañarse; a diferencia de lo que ocurre con la artrosis, la dificultad va cediendo durante el transcurso de la mañana.

- Brotes y remisiones: se presenta con períodos de mayor actividad, denominados “brotes”, alternados con períodos de remisión relativa (dolor e inflamación casi desaparecen). Los tratamientos actuales permiten prevenir y controlar los brotes.

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