Entre coplas y paisajes, Terminal Norte

Entre coplas y paisajes, Terminal Norte

La película exhibe la diversidad musical en tertulias para refugiarse de la pandemia. Una época de ser distinta.

CON TONOS PROPIOS. La realización de la directora escapa de la ficción y documenta un particular encuentro.  CON TONOS PROPIOS. La realización de la directora escapa de la ficción y documenta un particular encuentro.

“Era difícil saber la hora en esa época” se puede leer en el comienzo de la película, pero está claro que Terminal Norte da el tono de ésta. En pocos minutos, el show de Julieta Laso que se canceló en Buenos Aires por “la peste” se transforma en una fiesta, entre coplas, trap y tango, en Salta. La sororidad aparece y reaparece sin ser anunciada como un tema central de este encuentro.

La tertulia, pues así la llaman, se desarrolla, igualmente, al tono de Lucrecia Martel, con ese ritmo lento y un par de cámaras que escudriñan paisajes nocturnos, luces a lo lejos, o una mañana- tarde con el amenazante movimiento de los árboles; casas de adobe y un río pequeño exhiben una geografía muy familiar en el norte, este norte del país. “Estoy haciendo cosas distintas y el trabajo sobre Javier Chocobar que está próximo será igualmente distinto, pero le falta todavía, estoy investigando”; le dice a LA GACETA en un breve diálogo cuando concluye la proyección. “No sé si es mi estilo, porque ahora viene la época mía de lo distinto”, responde riéndose ante una pregunta.

La película, que se estrenó en el programa MICA el año pasado y en una sección de la Berlinale, cerró la jornada del sábado del Festival Internacional de Literatura Tucumán. Producida por Contar, una empresa estatal audiovisual, también se puede ver en Mubi.

En la presentación prácticamente no hablaron, pero en la despedida se impusieron las numerosas selfies con el público que las detenía en la salida.

En el anfiteatro de la Facultad de Derecho, con una actividad que comenzó y terminó con un patio electrónico, las artistas y su realización fueron largamente celebradas por los espectadores que casi colmaron la sala, luego de que el viernes Martel se despachara contra las películas de streaming, cuestionara el concepto de minorías y de interior; lo provinciano en una palabra.

Por Terminal Norte, además de Julieta Laso, pasan el guitarrista Bubu Rios, la trapera B. Yami, que llama a “perrear”, Lorena Carpanchy (primera coplera trans), Mariana Carrizo (coplera), el dúo feminista Las Whisky y la pianista Noelia Sinkunas. “Hacer música y hacer política. Lo que hicimos fue un encuentro muy diverso, tomando la riqueza de la copla, con una raíz indígena muy fuerte”, contaron Martel y Laso a la televisión alemana. “El tango es el folclore de Buenas Aires; la copla es el folclore de Salta”, define la cantante que se no oculta su placer por la milonga.

Fueron cuatro días de rodaje para un film de un poco más de 30 minutos de duración, y horas y horas de edición; un refugio de la pandemia, en definitiva. La referencia a las comadres y el carnaval no está ausente de la película que aspira a mostrar la diversidad cultural y artística y sexual. En un momento, la coplera Mariana Carrizo dice: “sin carnaval no hay reseteo de la vida”.

Con una voz en off que narra distintas escenas, los paisajes y la música, Terminal Norte se recuesta más sobre la docu-ficcion, un camino que seguramente continuará con su trabajo sobre el activista diaguita asesinado en Chuschagasta en 2009.

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