Enrique Salvatierra: “Trato de hacer cosas lúdicas; me gusta jugar con las formas”

Enrique Salvatierra: “Trato de hacer cosas lúdicas; me gusta jugar con las formas”

El artista presenta una exposición de esculturas lúdicas, entre hongos, pencales y piedras, y nos habla sobre su proceso creativo.

EL ARTISTA Y SU OBRA. Enrique Salvatierra junto a algunas de las piezas que conforman la muestra que está en la galería El Taller.  EL ARTISTA Y SU OBRA. Enrique Salvatierra junto a algunas de las piezas que conforman la muestra que está en la galería El Taller.

Enrique Salvatierra marca su territorio, que es donde efectivamente vive y trabaja, entre piedras, hongos y pencales, a metros de su casa. El artista disfruta entre su producción artística, la música y su huerta, donde asegura que sus tomates son especiales y no tienen nada que ver con los que se adquiere en el mercado. Cuando toca el piano es capaz de fugarse en alguna melodía y repetirla, porque, tal vez, como señalaba Mircea Eliade, “las cosas se repiten porque desean permanecer”.

“¿Por qué el tiempo de los luceros quedó fuera de vosotros?”, es el nombre de la exposición de esculturas que se puede visitar en la galería El Taller (Santa Fe 250); una treintena de ellas, objetos y dos tapices. En su catálogo escribe: “somos el resultado de nuestros recuerdos, de cada vivencia, del cúmulo de sensaciones y miradas que hemos ido guardando a lo largo de los años, construyendo así una personalidad, un estilo propio, que tiene ingredientes de diferentes intensidades que nunca conseguirán mezclarse de la misma manera. Mis obras resumen mi lugar; vientos del norte, inviernos de noches muy frías y siestas cálidas y secas de veranos apacibles con tormentas fugaces”.

Todas estas definiciones de Salvatierra, que lleva décadas trabajando en el valle de Santa María, no han impedido ni limitado su mirada del arte. Es un hombre de su tiempo y de su espacio, lo deja en claro. “No hay que tener prejuicios con el arte conceptual, ni desconfianza; sí, respeto y tratar de entender”, sostiene, y con orgullo dice que tiene 73 años pero una cabeza de 25 o 30 años.

OTRA MIRADA. Piezas que sensibilizan objetos intrascendentes. OTRA MIRADA. Piezas que sensibilizan objetos intrascendentes.

Cuando se ingresa a El Taller se advierten murales tradicionales y esculturas contemporáneas, mientras aclara que hay imágenes a las que no recurre ya, las de las culturas precolombinas. Eso parece haber quedado atrás; las famosas llamas de la región, por ejemplo, y otros signos. En la amplia sala se respiran paisajes y se miran construcciones, con formas irregulares, tallados con sus propias manos y herramientas, y color. ¿Columnas, edificios modernos? “Estas piezas están hechas con madera dura que viene de troncos y árboles que estaban allí, hace casi 1.000 años”, cuenta Salvatierra durante una extensa conversación con LA GACETA.

- Pencas y hongos, piedras.

- Todo eso está en el fondo de casa, y pensé por qué no girar la mirada y sensibilizar cosas que son intrascendentes, muy cotidianas. Cuando llega la noche tengo la conducta de ver las estrellas y como se van formando las constelaciones. Una noche de luna vi a las pencas tan hermosas, y tomé la decisión. Las trabajé en madera de algarrobo y de chañar, y en algunos casos, preferí dejarlas sin pintar. Algunas parecen figuras antropomórficas, como si se trataran de una madre que está pariendo formas. Durante la pandemia pensaba hacer objetos, muebles, pero no pude. Por eso opté por hacer las pencas, que se acomodan a ese tamaño de troncos que hice traer.

-Hay abstracciones.

- Mucho de la obra, tanto en cerámica como en pintura, nace con cosas que suceden en un segundo, como un remolino. Dejé de trabajar con la referencia de los signos precolombinos alrededor de 1988. En un momento me replanteé, cuando se hablaba de que con estas obras había revalorizado las culturas precolombinas, porque pensé que estas culturas son tan fuertes que no necesitan que nadie las revalorice. Trato de hacer cosas lúdicas, me gusta jugar con las formas. No quiero hacer referencia al pasado, eso lo tengo claro.

- ¿Cómo observás el arte contemporáneo?

- Jamás he tenido prejuicios sobre alguna manifestación de arte. Hay que ver el contexto, el tiempo en el que se desarrolla, porque dan cuenta de una época. El arte conceptual, por ejemplo: hay que pararse sin ninguna desconfianza en la obra, y tratar de entender. He viajado mucho, voy a las bienales, leo. Lo mismo me pasó con la música, disfrutar con Brahms o una chacarera. Me puedo inspirar en las gotas de la lluvia o el ruido del viento y crear un ensamble entre telúrico y concreto, contemporáneo. Siento placer por una baguala de Jerónima Sequeira o una ópera que Plácido Domingo. Nunca tuve prejuicios, insisto: hay que mirar la obra no pensando que se trata de una trampa o de una avivada. Ver el contexto e instruirse, tener mucho respeto y conocer.

- Hay jóvenes que están donde vivís, trabajando con cerámicas y algunas imágenes de culturas indígenas.

- Sí, estoy en contacto con ellos. Se llama Casa de Piedra, un colectivo que funciona allí; hicieron algunos talleres. El año pasado estuvieron en mi casa. Así como con Gabriel Chaile, que fue a visitarme hace varios años, y estuvimos hablando mucho. Tengo 73 años pero una cabeza de 25 o 30 años, que es lo que importa. No soy tradicionalista en el sentido de negar otras cosas. Pasó con el tango, me puede gustar Gardel y Lepera pero también Piazzolla.

- Mientras estás produciendo eso que llamamos arte, ¿te sentís como en otra realidad, acaso?

- Hay una realidad sin tiempo, atemporal, sin referencias concretas de nada. Es una búsqueda porque quién define que estas líneas deben estar acá y no a algunos centímetros. Son cosas que tienen que ver con lo interior, con algo muy propio, donde puede encontrarse uno y después se verá si es arte. Tiene que ver con el equilibrio, el ritmo de cada uno. En principio cuando trabajo estoy pensando en algo que me satisfaga. Que está en el interior, en la neurosis que uno debe tener; es encontrarse en lo que se hace. No sé hacer otra cosa.

- ¿Cuándo un artista dice hasta aquí llegué, aquí termina la obra?

- La preocupación mía, cuando tenía 40 años era comenzar a hacer cosas no tan pesadas que costaba hacer. Decía que cuando llegue a los 60 andaría con un portafolio nomás…Pero será mi inconsciente que hago cosas más grandes o más pesadas en estos últimos años. Estoy pensando en descansar así que me parece que haré algo más liviano; claro, dibujos.

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