Adiós a un precursor de la industria azucarera

Adiós a un precursor de la industria azucarera

El fallecimiento de Ricardo López deja un vacío en la principal actividad agroindustrial de Tucumán. Sus aportes fueron clave para el crecimiento de esta producción y de la economía toda de la provincia. Siempre se mostró predispuesto a apoyar cualquier acción que conlleve una mejora para el sector sucroalcoholero de la región. Se sentirá su ausencia.

Semanalmente en esta columna de opinión se escribe sobre temas técnicos vinculados a las diferentes actividades productivas del país, de la región y de nuestra provincia. En esta oportunidad, sin embargo, resulta necesario homenajear a una persona vinculada a las actividades productivas, que falleció esta semana.

La partida del contador Ricardo López, un precursor de la más importante actividad agroindustrial de Tucumán -la azucarera- caló profundamente en los sentimientos de muchas de las personas -entre estas, empresarios, técnicos y productores- que lo conocían.

El contador López siempre se mostró preocupado por impulsar el desarrollo de la provincia; y, en consecuencia, le interesó concretar acciones importantes en ese sentido.

Fue participe activo en la Fundación de Tucumán para generar actividades formativas en recursos humanos y para generar intervenciones que significaran mejoras para la provincia.

Patrocinó reuniones técnicas, convenios de desarrollo tecnológico y cualquier otra actividad que significara una posibilidad de mejora para el sector de la agroindustria.

Participó activamente en proyectos del Jockey Club y en la Sociedad Rural de Tucumán.

Fue, además, benefactor de organizaciones de asistencia a las personas con necesidades.

Su contribución al desarrollo de la agroindustria, y de la provincia en general, fue enorme.

En 1979 López fundó la empresa Zafra SA, junto a su amigo y colega Ricardo Baralo. Con esta firma logró cambiar el paradigma de la cosecha de caña de azúcar, a partir del ingreso de las legendarias cosechadoras J&L y, posteriormente, de las cargadoras Cameco, al país y a la región.

Durante varios años el aporte realizado por esta empresa al sector azucarero fue importante, en cuanto a la mecanización de la cosecha de la caña. Y a pesar de todos los vaivenes económicos y políticos del país nunca bajaron los brazos; por el contrario, siguieron apostando a lograr insertar definitivamente la cosecha mecanizada.

En 1994 empezaron a incursionar en la fabricación de algunas partes de las máquinas cosechadoras, como paletas, piñones, discos de corte, cuchillas y acoples estriados. Este hecho acercó a la empresa aun más a las necesidades del productor y al desarrollo de nuevas oportunidades en los mercados interno y externo.

Los vaivenes del país continuaron; pero a pesar de ello lograron que en 1998 Zafra pase a ser el concesionario oficial John Deere. Esto permitió que el productor cañero -y los productores en general- pudieran acceder a los productos de esta prestigiosa marca.

Pasó el tiempo, López y Baralo separaron sus operaciones comerciales con Zafra, por un lado, y BWA, como empresa dedicada a la fabricación de repuestos para cosechadoras de caña.

Las empresas continúan con su diversificación en la incorporación de nuevos rumbos. Tanto es así que en 2011 incorporan el riego por goteo en caña de azúcar, de la mano de John Deere Water, además de implementos para la plantación mecanizada, agricultura de precisión (AMS) y la cosechadora para los distintos diseños de plantación.

Ese año Baralo y López, fundadores de Zafra SA y de BWA, toman la decisión de separar los negocios. El primero asume la fabricación de repuestos BWA, y López, la concesionaria de John Deere. Zafra SA se convierte, entonces, en una empresa familiar, que incorpora en su negocio la participación de la nueva generación.

Luego nace Probicaña, un proyecto pensado para el presente y para el futuro del sector bioenergético, con el apoyo clave de la Estación experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) y de John Deere. Se trata de un nuevo escalón en la modernización de todas las labores en el campo: producir más caña, materia prima estratégica para la elaboración principalmente de etanol, energía eléctrica, azúcar y papel.

Finalmente, el logro más que importante llegó en 2019: el contador Ricardo López integró, como director financiero, el comité organizador del XXX° Congreso Mundial de Técnicos de la Caña de Azúcar, que organizó la Sociedad Internacional de Tecnólogos de la Caña de Azúcar. Este evento dejó para el país y para la región NOA un gran bagaje de información técnica, biotecnológica, energética y de política agroindustrial de la actividad sucroalcoholera, a partir de la participación de casi 2.000 especialistas de unos 80 países que producen caña de azúcar.

Los aportes que realizó López seguramente seguirán vigentes y estarán presentes en la memoria de todos lo que tuvieron la oportunidad de conocerlo.

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