Masturbación femenina, ¿por qué aún parece un tabú?

Masturbación femenina, ¿por qué aún parece un tabú?

Una marca de lencería aborda la cuestión en su campaña publicitaria. La autoexploración existe y se disfruta. Complejos por saldar.

LEMA. La bajada de marketing propone autogestionar nuestro placer con dulzura y naturalizar la práctica. LEMA. La bajada de marketing propone autogestionar nuestro placer con dulzura y naturalizar la práctica.

Tocarte, tocarme, tocarnos… el tacto y las sensaciones que se activan con él forman parte de nuestros rituales más íntimos. No obstante, las acciones que realizamos siempre terminan envueltas en una mirada sociocultural que juzga, que frena o que da vía libre al deseo personal.

Sin ir muy lejos, pese a los avances en materia de género, hablar sobre la masturbación femenina todavía hoy representa un tema tabú. Lo positivo es que cada tanto adquieren popularidad algunas acciones que funcionan como trampolín para la difusión de este tema, y para romper así con una barrera.

Este mes, la marca Dulce Carola lanzó una campaña titulada “Dulce con vos misma”. En sus spots publicitarios, las escenas de piernas apretadas contra una almohada o encima de un lavarropas en movimiento retratan la cuestión con un foco específico: la autoexploración y la práctica es algo normal.

Encuesta

En busca de desterrar ideas erróneas, la empresa de underwear y belleza realizó una encuesta a 400 mujeres distribuidas entre Córdoba (capital), Buenos Aires y Rosario.

De ese total, el 50 % confesó que se “masturba” habitualmente, con una periodicidad de al menos una vez por semana. Hasta acá deberían darnos un premio por saber pulsar el botón del goce, pero el problema pasa por el resto de impresiones que quedaron tras la ronda de preguntas.

El 70 % de las féminas consultadas indicó que, al conversar sobre el autoplacer con otras mujeres, temen ser rechazadas o juzgadas, u obtener una respuesta negativa de sus pares ante esa búsqueda de satisfacción. ¿Por qué ocurriría tal cosa? En el 63 % de los casos, el justificativo fue que la práctica representa un hábito masculino.

En la misma línea, casi nueve de cada 10 entrevistadas afirmaron que hay muchos perjuicios a la hora de compartir vivencias. Solo al darse las condiciones adecuadas, el 81 % platica con sus amigas sobre la autoestimulación (en menor grado también lo harían con sus parejas).

En otro aspecto (relevante), el sondeo arrojó que el 60 % de esas mujeres conciben la masturbación como un elemento que aumenta su autoestima y les brinda mayor confianza en sí mismas.

Verdaderos esfuerzos

Aunque la iniciativa ofrece un gran planteo, de ningún modo basta una publicidad específica para que se nos caiga la venda de los ojos.

“La autoexploración femenina sigue considerándose un tabú porque, si bien ahora hay una mayor apertura informativa en comparación al pasado, todavía carecemos de una bajada educativa y transversal (por parte de las instituciones privadas, los hogares y el Estado) al respecto”, reflexiona la sexóloga Gabriela Arrabal.

Lo mismo pasa con los métodos anticonceptivos y el embarazo o la transmisión de ITS. “En general, nadie nos explica desde el momento cero ni de manera sistemática cómo usar las herramientas y los datos que dan vueltas para modificar nuestra realidad personal y apuntar al bienestar”, indica.

Para derribar los preconceptos hace falta que los cambios se sostengan en el tiempo y que la promoción de mensajes favorables sea constante.

Otra piedra en el camino alude a la falta de conocimiento individual. “Hay mujeres que jamás se tomaron un minuto para chequear la apariencia de sus genitales o que incluso desconocen los nombres de los órganos del aparato reproductor y sus funciones”, acota Arrabal.

Existe tanta opresión (externa e interna) que hasta la certeza de haber sentido un orgasmo es puesta en duda en muchas oportunidades.

Relegadas

Este esquema de vergüenza y desinformación se repite en otras facetas referidas al placer femenino. Según las estadísticas, en los vínculos heterosexuales las mujeres alcanzan finales felices más intensos y frecuentes en soledad.

“Durante el sexo la falta de equidad entre géneros se repite: nosotras cargamos con bastantes mandatos que restringen el accionar o hace que acabemos avasalladas por el falocentrismo. Es así que con la masturbación adquirimos una mayor conciencia del presente; nos quitamos las ataduras de intentar complacer al otro o adaptarnos porque nos volvemos las únicas protagonistas”, comenta la terapeuta.

Los temores más usuales también refieren a la sensación de culpa que llega tras tocarnos o el pensamiento de que este acto erótico solo lo realizan las personas que carecen de pareja.

“La autoexploración debe pensarse como un complemento que nutre nuestra salud sexual y aporta a la comprensión interna. Además, nada quita lo hagamos en compañía de nuestro amante o en los ratos libres aunque amemos y estemos satisfechas con la pareja”, enfatiza.

Ventajas

Llegar al orgasmo mediante la autoexploración trae algunos beneficios para nuestra salud:

- Alivia la tensión muscular y, en algunas mujeres, mitiga los dolores menstruales.

- Gracias a las endorfinas, después entramos en un estado de relajación que mejora la calidad del sueño.

- Por la descarga hormonal atenúa la ansiedad y el estrés.

- Permite un mayor control sobre el clímax; al descubrir nuestras zonas erógenas y reacciones sabremos comunicárselas mejor luego a un tercero.

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