¿Dieta para los meses fríos?: qué comer y cómo aprender hábitos para siempre

¿Dieta para los meses fríos?: qué comer y cómo aprender hábitos para siempre

Para no llegar a septiembre con los excesos del invierno pegados al abdomen, conviene elegir alimentos ricos en nutrientes. La mirada de un experto.

CHAU DIETAS. Lo ideal es aprender a controlar las porciones, respetar horarios, aprender a elegir la comida y optar por las opciones más saludables y menos calóricas. LA GACETA/DIEGO ARAOZ CHAU DIETAS. Lo ideal es aprender a controlar las porciones, respetar horarios, aprender a elegir la comida y optar por las opciones más saludables y menos calóricas. LA GACETA/DIEGO ARAOZ

Lograr una alimentación saludable es uno de los grandes objetivos de las sociedades actuales -incluida la nuestra-, que luchan contra altos niveles de obesidad y sus enfermedades derivadas. De a poco, también las personas van comprendiendo la importancia de comer sano, lo que supone la erradicación de antiguos conceptos, como dietas extremas o milagrosas o programas rápidos de descenso de peso. Pero en invierno, se vuelve más difícil comer sano e incluso reducir los carbohidratos. "Hay que aprender a elegir alimentos ricos en nutrientes; es decir, en vitaminas, minerales y proteínas", explica el nutriólogo Guillermo Omar, aunque lo hace por vía telefónica porque desde 2020 vive en Veracruz, México.  

Antes de adentrarse en los pormenores de un plan para limpiar el cuerpo de toxinas (a pedido de LA GACETA), este hombre de hablar pausado y muchos años de profesión explica que la desintoxicación va más allá de las comidas: hay que pensar en un cambio de hábitos, básicamente. "Tenemos que incorporar algunas costumbres, como dormir entre siete u ocho horas diarias; comer frutas; tomar agua; hacer actividad física e identificar nuestras emociones (¿nos sentimos culpables, enojados, estresados?)", enumera el también psicólogo y cocinero profesional. Es decir, no se trata de cómo comemos. Se trata, más bien, de cómo vivimos.

Otra salvedad es que unas semanas de dieta no salvarán a nadie de años de comer mal, fumar, beber en exceso y no practicar deportes. Y esta segunda aclaración nos remite a la primera: "se tiene que pensar en unos tres meses, de mínima. Ese es el tiempo que una persona necesita, realmente, para cambiar sus conductas alimentarias y la manera en que se relaciona con su cuerpo. En suma, para incorporar nuevos hábitos", reflexiona.

Hábitos. Esa parece ser la palabra mágica. Son ellos los que definen nuestra calidad de vida y nuestra longevidad. Entonces veamos cuáles son los consejos de este especialista para una limpieza interior: lo primero es acomodar los horarios. Esas siete u ocho horas de sueño deben ser corridas. Por ejemplo, desde las 23 hasta las 7. Y hay que irse a la cama siempre a la misma hora.

Luego, dice que se debe beber un litro y medio o dos de agua diariamente. También conviene establecer cuatro o cinco comidas diarias. Además, es importante evitar el estrés, la tristeza y el malestar. Al punto que recomienda alejarse de las personas y de las situaciones que generan esas sensaciones. Y por último, destaca la necesidad de disminuir los estímulos de las redes sociales.

Si se presta atención a sus sugerencias, se advertirá que no solo se fija en lo que comemos, sino también en todo lo que ocurre a nuestro alrededor. "¡Claro! Hay que generar condiciones para sentirse bien. Y eso tiene que ser sostenido en el tiempo. De lo contrario, es poco probable que haya una desintoxicación real", reitera.

- En concreto, ¿cómo debe ser una alimentación depurativa?

- A mis pacientes les pido que incorporen semillas, como chía, lino, girasol y sésamo. También los insto a usar aceites de buena calidad, como coco, oliva y palta. Les digo que consuman proteínas, como huevos, carnes y legumbres. Y les sugiero que escapen de los alimentos procesados, las frituras y los carbohidratos refinados, como las facturas, las tortillas, las gaseosas y los chocolates.

- Después de esa primera semana, ¿cómo se sigue?

- Esa una buena pregunta. Debido a que los hábitos se construyen poco a poco, esto tiene que ser gradual. Hay personas que responden al todo o nada: se ponen las pilas con la alimentación pero de repente incurren en una transgresión, tiran la toalla y se comen todo. No debería ser así. Es importante que puedan reconocerse en este tipo de conducta y la corrijan. Por eso se debe optar por un plan sostenible en el tiempo; por una alimentación cómoda. Al principio, si se necesita ser estricto para mantenerse motivado, está perfecto. Pero no conviene ser demasiado exigente con uno mismo.

- ¿Cual es su recomendación para una alimentación sostenible?

- El año es muy dinámico. Durante enero y febrero, por ejemplo, es muy difícil organizarse. Entonces, más vale trabajar la flexibilidad. No obstante, se debe ser ser consciente de lo que se come, para evitar lo que genera adicción o dispara compulsiones. A veces, ciertas situaciones provocan una alimentación compulsiva. Mi recomendación es que dividan al año cada tres meses y acomoden la alimentación a la realidad de esas temporadas.

- ¿Qué deberíamos comer en estos días fríos?

- En invierno se pueden incorporar más platos con líquidos calientes, como sopas y guisados. Las verduras y hortalizas que aportan vitaminas A y B protegen del frío. Algunos ejemplos son las calabazas, los tomates y las remolachas. Las frutas de estación también son necesarias. Las legumbres y los cereales integrales son fundamentales en la alimentación diaria y finalmente las carnes magras junto con el huevo y los productos lácteos descremados contienen proteínas de buena calidad.

- Usted relaciona la alimentación con otros aspectos.

- Sí. Tener un estilo de vida saludable requiere, además de elegir alimentos que le hagan bien al cuerpo, horas de entrenamiento. Requiere horas de descanso. Requiere mucha reflexión sobre la vida propia, sobre el entorno y sobre la familia. Y requiere, en suma, una conexión con nuestra realidad presente.

Lo cierto es que la pretensión de comer sano se está volviendo una tendencia creciente en el mundo, especialmente tras la pandemia de coronavirus que nos ha llevado a replantearnos muchos aspectos de nuestras vidas. En este tren, Omar destaca que la combinación de los alimentos es importantísima. "Toda alimentación bien estructurada, completa, sostenible y balanceada es adecuada", concluye.










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