Hace un siglo se creaba la empresa petrolera nacional

Hace un siglo se creaba la empresa petrolera nacional

Decreto de Hipólito Yrigoyen. Modificación de la Ley de Presupuesto. Surtidores en la plaza.

“Se dictó un decreto por el Poder Ejecutivo equiparando la administración de los yacimientos petrolíferos, en cuantos a sus atribuciones y deberes administrativos a la categoría de dirección general y en los sucesivo se denominará Dirección General de los Yacimientos de Petróleos Fiscales, dependiente del Ministerio de Agricultura”, de esta manera anunciaba nuestro diario la creación de YPF hace un siglo. El mencionado decreto fue firmado por el presidente de la Nación Hipólito Yrigoyen y el ministro de Agricultura, Eudoro Vargas Gómez, que desempeño ese cargo desde el 11 de abril de 1922 hasta el 9 de agosto del mismo año. En el decreto se determinaba que la administración de Comodoro Rivadavia, donde se descubrió el petróleo en 1907, se haría cargo del resto de los yacimientos existentes en el país. Además el ministerio “fijará periódicamente el precio de venta del petróleo fiscal y sus derivados” y era esta cartera la que aprobaba los gastos para la adquisición de artículos y materiales para los yacimientos.

Entre los considerandos de aquel decreto se indicaba que “el Poder Ejecutivo remitió al H. Congreso con fecha 23 y 26 de septiembre de 1919, los mensajes y proyectos de ley correspondientes, reclamados por la importancia progresiva que habían adquirido las explotaciones petrolíferas en general y las fiscales” y como no fueran tratados durante esos años el Gobierno consideró “el deber de no interrumpir el desenvolvímíento de esa fuente de producción nacional, la ha proseguido y acrecentado en lo que respecta al fomento de la explotación petrolífera, sirviendo así a los intereses del país que aspira. a verla desarrollarse lo más ampliamente”. Ante “esas consideraciones se impone la necesidad de adoptar medidas que tiendan a subsanar, siquiera en parte, el vacío de una legislación reclamada por tales objetivos”. De tal manera que la creación de YPF nace de un decreto que reglamenta la Ley de Presupuesto en lo relacionado con la cuestión de los hidrocarburos.

El petróleo se descubrió en Comodoro Rivadavia el 13 de diciembre de 1907 cuando una perforadora que trabajaba en busca de agua encontró un líquido negro oleoso. Esta situación fue informada inmediatamente al gobierno nacional, quien declaró la zona de su dominio para la explotación de hidrocarburos.

En 1926

En los primeros días de noviembre de 1926 se anunciaba bajo el “Industria Nacional” y la bajada “Nafta YPF” la instalación en nuestra ciudad del primer surtidor de la firma petrolera estatal argentina, dirigida por Enrique Mosconi desde sus inicios y hasta el derrocamiento de Irigoyen en septiembre de 1930. Mosconi fue designado director general por decreto del 19 de octubre de 1922 firmado por el presidente Marcelo T. de Alvear.

El lugar elegido era la mismísima plaza Independencia frente a la Catedral. La crónica señalaba que “desde la semana pasada se expende en nuestra plaza un producto genuinamente nacional: la nafta Y.P.F (Yacimientos Petrolíferos Fiscales). Por cierto que al tratarse de una producción de la rica industria argentina, los consumidores que encontrarán en dicho combustible para motores a explosión, un renglón bondadoso y conveniente, habrán de procurar el consumo del mismo, toda vez que en calidad, es realmente insuperable”. Luego destacaba los usos que la nafta había tenido hasta el momento. “La nafta YPF es empleada por los aviones de las escuadrillas aéreas militares nacionales habiendo dado un resultado inmejorable en los raids que efectuó el general Justo, utilizando los aviones Breguet, que como se recordará, cumplieron una amplísima misión sin el menor inconveniente”. En este sentido durante aquellos días en la zona de Las Cejas se realizó un gran operativo militar con el uso de aviones. La pequeña crónica cerraba con el uso de esos combustibles en actividades deportivas como el automovilismo: “emplearon naftas YPF los automóviles Studebaker que se clasificaron primero y segundo en la carrera Estándar corrida en el circuito de Morón, en Buenos Aires, dirigidos por los pilotos Noni y Morán, respectivamente”.

La petrolera nacional había instalado su primer surtidor en Argentina en 1923 en la porteña esquina de Bartolomé Mitre y Rosales. Por aquellos años las crónicas destacaban los grandes logros de “los locos al volante” y sus grandes travesías recorriendo nuestro país, venciendo récords en cada prueba. Otro espacio importante tenía la aviación con sus récords de altura, de distancia o de velocidad, el primer avión se vio por aquí en 1911.

Crecimiento

Los caminos en nuestro país eran escasos hacia 1932: apenas alcanzaban los 2.000 kilómetros. En base a una política de expansión y a la creación de Vialidad Nacional en 1932, para 1944 la red vial nacional superaba los 30.000 kilómetros. La década de 1920 vio crecer el parque automotor en nuestro país de apenas 48.000 unidades hasta más de 400.000 a finales de ese período. Ese crecimiento obligó a aumentar la red vial y a mejorar las calles en las ciudades con los primeros pavimentos además de los empedrados preexistentes. Y otro elemento que entró a terciar en este crecimiento fue la provisión de combustibles.

Antes de 1926 la provisión de naftas se realizaba en negocios pertenecientes a otras empresas extranjeras como Shell y Esso. Ante esta situación, el municipio se vio en la necesidad de aprobar las ordenanzas que regulaban esa actividad. En julio y octubre se aprobaron las normas que estipulaban los cánones a pagar por el estipendio de las gasolinas y en enero de 1927 en intendente Tulio Peirano reglamento “la venta de nafta en el distrito de la Capital”. Allí se otorgaban los permisos correspondientes a los interesados en participar de este comercio. Se otorgaron los primeros 20 permisos de los cuales tres se ubicaban en plaza Independencia. Rafael Paz se hizo cargo del primero instalado por la firma nacional sobre 24 de Setiembre casi Laprida y en la otra esquina Teodoro Ricci vendería nafta Wico (West India Oil Company). En la acera norte del paseo, sobre Las Heras (hoy San Martín) Pascual Ariño ofrecía Energina, la nafta de Anglo Mexican Petrolum (más tarde Shell). Como vemos el centro de la ciudad estaba bien aprovisionado de combustibles.

En octubre de 1926 el Concejo deliberante reforma la ordenanza sobre impuesto a las naftas aprobada en julio del mismo año que imponía un gravamen de dos centavos por litro de nafta vendido. A partir de 1927 ya no se vendería el combustible en latas u otros recipientes. Los concesionarios tenían 30 días desde que se conoció la reglamentación para escriturar su negocio y 60 para terminar las obras necesarias para hacer operativos sus surtidores. Los expendedores de la misma marca no se podían instalar a menos de 450 metros unos de otros, aun siendo de concesionarios diferentes. Pero si podían instalarse de otras marcas aunque a una distancia no menor a 70 metros.

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