Los 100 días de guerra ponen a prueba la intransigencia ucraniana frente a Putin

Los 100 días de guerra ponen a prueba la intransigencia ucraniana frente a Putin

The New York Times planteó que la ayuda económica, política y moral que EEUU prestó al Gobierno de Zelenski es insostenible en el tiempo

DONETSK. Militares ucranianos patrullan un área cerca de la frontera. DONETSK. Militares ucranianos patrullan un área cerca de la frontera. REUTERS

La guerra en Ucrania cumple 100 días hoy. Lo que según la narrativa rusa debía ser una “operación especial liberadora” va camino a transformarse en una conflagración sangrienta en cámara lenta, con dificultades para establecer avances y retrocesos, y vencedores y vencidos. Los últimos partes oficiales denotan que las negociaciones de paz entre Kiev y Moscú están más estancadas que nunca, y, por lo tanto, que la batalla sigue siendo la única solución disponible. Pero el combate comienza a convertirse en un tema pesado e incómodo para el principal sostén del Gobierno de Volodimir Zelenski: Estados Unidos. Esa percepción quedó a la vista en la Cumbre de Davos cuando el ex jefe del Departamento de Estado durante la Guerra Fría, Henry Kissinger, sugirió que Ucrania debía conceder territorio a Rusia. Kissinger no está solo: para disgusto de la prensa ucraniana, el cuerpo de editorialistas de The New York Times también avala la postura.

“Una victoria militar decisiva de Ucrania sobre Rusia, en la que Ucrania recupere todo el territorio que Rusia ha ocupado desde 2014, no es un objetivo realista”, planteó el Consejo Editorial (Editorial Board) del que quizá sea el medio de comunicación estadounidense más reputado e influyente. Y añadió: “aunque la planificación y la lucha de Rusia han sido sorprendentemente descuidadas, este país sigue siendo demasiado fuerte y (el autócrata Vladimir) Putin ha invertido demasiado prestigio personal en la invasión como para retroceder”.

El Consejo Editorial es un cuerpo independiente y separado de la Redacción de The New York Times formado por periodistas especializados en opinión cuya finalidad es sentar posiciones acerca de asuntos relevantes a partir de la investigación, el debate interno y la experiencia personal. Las tesituras de este organismo no expresan la opinión del medio de comunicación, pero su enfoque profesional y desapasionado las erigen en referencias para la opinión pública estadounidense. Quizá por ello la pieza titulada “La guerra en Ucrania se complica y los Estados Unidos no están listos para eso” no pasó inadvertida en las tierras de Zelenski y dio lugar a un singularísimo duelo de editoriales. The Kyiv Independent, un medio local en inglés nacido justo antes de la invasión, respondió con un texto que ratifica la intransigencia frente a Putin y la opinión de que ceder a los deseos del “fascismo ruso” implica multiplicar los peligros para el mundo libre.

“El manifiesto velado en favor de una rendición del periódico conocido por su cobertura estelar de la horrible invasión de Rusia ha decepcionado a muchos”, dice la contestación. El portal creado por un conjunto de periodistas ucranianos agrega que los tiempos oscuros sirven para conocer hasta dónde se está dispuesto a sacrificar la propia zona de confort y que esto vale incluso para la organización informativa multipremiada que, a contramano de sus noticias sobre la guerra, difunde una visión pragmática del conflicto sin comprender sus implicancias profundas para el patriotismo y los principios democráticos occidentales.

“Como sala de redacción que presencia la guerra desde las entrañas de Ucrania, necesitamos dejar las cosas claras. La derrota de Rusia no es ‘poco realista’. Si queremos que el mundo sea algo parecido a lo que sabemos que debe ser, la única opción es que Ucrania gane. Y el apoyo financiero y militar de Occidente es la única forma de establecer ‘la paz y la seguridad a largo plazo en el continente europeo’ por la que aboga el Consejo Editorial de The New York Times”, manifiesta la respuesta de The Kyiv Independent.

Puntos disputados

Una de las cuestiones en debate es qué está pasando en el frente de batalla, y cuál es el objetivo de Zelenski y sus aliados. El Consejo Editorial califica a la situación de confusa, y pronostica que, con la inflación en alza, y la crisis de alimentos y de energía en desarrollo, la ciudadanía dejará de prestar atención a la guerra y se acabará el consenso político que convirtió a Estados Unidos en el donante principal de Ucrania. The Kyiv Independent sostiene que, después de las pérdidas que sufrió, Rusia ya no puede ser considerada una superpotencia militar y que el otorgamiento de esa calidad sólo se explica por el aparato de propaganda que montó Putin. Según el medio de prensa ucraniano, Rusia ya fue echada de más del 40% de los territorios que invadió en febrero. “Y, sin embargo, algunos siguen pensando que el ejército ruso es imbatible”, reflexiona el editorial kievita.

La discusión de fondo es si, pase lo que pase, se puede sacar al Kremlin de la península de Crimea que tomó en 2014 y de la región oriental del Donbás, donde están situadas las dos repúblicas prorrusas, Donetsk y Lugansk, que se autoproclamaron tales días antes de la invasión en curso. Es en el Donbás donde hoy ocurren los enfrentamientos más cruentos entre rusos y ucranianos.

“Resulta tentador ver los sorprendentes éxitos de Ucrania contra la agresión de Rusia como una señal de que, con suficiente ayuda estadounidense y europea, Ucrania está cerca de hacer retroceder a Rusia a sus posiciones previas a la invasión. Pero esa es una suposición peligrosa”, afirma el Consejo Editorial de The New York Times. Esa pieza argumenta que Estados Unidos y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ya están involucrados militar y económicamente: “las expectativas poco realistas podrían arrastrarlos cada vez más a una guerra costosa y prolongada. Rusia, por maltrecha e inepta que sea, aún es capaz de infligir una destrucción incalculable a Ucrania, y sigue siendo una superpotencia nuclear con un déspota volátil y agraviado que ha mostrado poca inclinación hacia un acuerdo negociado”.

The Kyiv Independent argumenta, por un lado, que dar el gusto a Putin comporta abrir las puertas a nuevas invasiones en el futuro, que supondrán cargas todavía mayores para los estadounidenses, como demuestra el antecedente crimeano, y, por el otro, que el pueblo ucraniano está aferrado a su resistencia. “Las fuerzas ucranianas son más pequeñas que las rusas, pero están mucho más motivadas, y dispuestas a defender sus hogares, familias y país hasta el último aliento”, advierte. Según esta réplica, una de las características más llamativas del editorial del Consejo es la total falta de comprensión de Ucrania y los ucranianos. Al respecto, The Kyiv Independent acota: “irónicamente, The New York Times comete el mismo error que cometieron los rusos cuando atacaron en febrero. Ellos asumieron que los ucranianos les darían la bienvenida o se rendirían. Pero la verdad es que la sociedad ucraniana nunca aceptará ninguna concesión, menos aún después de ver las atrocidades cometidas por las tropas rusas en Borodyanka, Bucha y Mariúpol”.

Hitos

24 de febrero

Poco antes de las 6 de la mañana de Moscú, el autócrata Vladimir Putin anuncia el lanzamiento de una “operación especial” para desnazificar y desmilitarizar Ucrania. A continuación, las tropas rusas abren fuego de inmediato por aire, mar y tierra. Las primeras explosiones se reportan en Kiev, Kharkiv, Odesa y la zona del Donbás.

25 de febrero

El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se reúne y condena la agresión rusa, pero la representación del Kremlin veta la resolución. El presidente ucraniano Volodimir Zelenski afirma que el mundo enfrenta la mayor amenaza para la seguridad desde la Segunda Guerra Mundial.

26 de febrero

Estonia registra la mayor concentración pública antibélica de su historia moderna. La ola de protestas cívicas se extiende por Europa e incluso llega a las ciudades principales de Rusia. En paralelo, Estados Unidos y sus aliados excluyen a la banca rusa del sistema de mensajería Swift, e intensifican la aplicación de sanciones económicas a empresas y miembros de la élite de Putin.

1 de marzo

Los bombardeos dañan el sitio de la memoria histórica del Holocausto, Babyn Yar. Los servicios de inteligencia estadounidenses revelan que una columna kilométrica de tanques rusos encuentra problemas logísticos en su marcha hacia Kiev. El Acnur calcula que un millón de refugiados ucranianos dejaron el país.

2 de marzo

La Asamblea General de la ONU aprueba por mayoría una resolución que rechaza la invasión y exige el cese inmediato de la agresión. “Estoy agradecido con todos los países que votaron a favor. Ustedes se colocaron en el lado correcto de la historia”, dice el presidente Zelenski.

4 de marzo

Las tropas rusas toman el control de Zaporizhzhia, la planta de energía nuclear más grande de Europa. Por su parte, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) rechaza el pedido de Zelenski para establecer una zona de exclusión aérea. En Moscú, Putin pone en vigor una ley que castiga hasta con 15 años de prisión a los difusores de noticias falsas sobre la “operación especial” en Ucrania.

8 de marzo

En medio del éxodo de compañías multinacionales de Rusia, Mc Donald’s oficializa la decisión de cerrar sus casi 850 locales de comida rápida. La medida incluye al emblemático restaurante moscovita de la plaza Pushkin abierto en enero de 1990, meses después de la caída del Muro de Berlín.

9 de marzo

El Gobierno de Ucrania dice que las fuerzas armadas rusas destruyeron una maternidad en Mariúpol y que las víctimas yacen entre los escombros. El Kremlin contesta que el hospital estaba siendo usado como base militar por parte del Ejército ucraniano.

16 de marzo

Kiev informa que el Kremlin bombardeó un teatro en Mariúpol que era usado como refugio. Las investigaciones indican que el ataque mató a alrededor de 300 civiles.

25 de marzo

Moscú da señales de que replegará las fuerzas que luchaban en el centro y el Oeste de Ucrania, y que se concentrará en la región oriental. El Gobierno de Zelenski comienza a recuperar terreno en los alrededores de la capital.

28 de marzo

La Novaya Gazeta, el medio crítico icónico de la Perestroika, anuncia el cese de las publicaciones hasta el “término de la operación especial”. El editor Dmitri Muratov, uno de los periodistas ganadores del Nobel de la Paz en 2021, admite la imposibilidad de cuestionar al Kremlin. “No teníamos otra opción”, dice Muratov.

3 de abril

La prensa publica las primeras imágenes de los abusos y atrocidades cometidos en la localidad de Bucha, una de las localidades de las afueras de Kiev ocupadas por los rusos. El Gabinete del autócrata Putin niega las acusaciones de crímenes de guerra y manifiesta que las fotos son montajes.

6 de abril

La Asamblea General de la ONU aplica a Putin el mismo castigo que había recibido el dictador libio Muamar el Gadafi y expulsa a Rusia del Consejo de Derechos Humanos. Argentina, que preside temporalmente el organismo, vota a favor de la sanción promovida por Estados Unidos.

8 de abril

Un ataque con misiles reduce a cenizas la estación de trenes de Kramatorsk donde un grupo de civiles se había escondido mientras esperaba que se abriera la posibilidad de abandonar la zona. La agresión deja al menos 52 fallecidos.  

14 de abril

El poderoso navío de guerra Moskva se hunde en el Mar Negro. Ucrania se adjudica el hecho y lo atribuye al impacto de uno de sus misiles mientras que Rusia sostiene que el hundimiento es consecuencia de una explosión producida en el depósito de municiones.

18 de abril

Rusia avanza con lo que la administración de Zelenski denomina “Batalla del Donbás” que procura asegurar el territorio de Donetsk y Lugansk, las dos provincias autoproclamadas repúblicas por separatistas prorrusos.

20 de abril

En una entrevista televisada con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, Putin anuncia la “liberación” de Mariúpol, ciudad portuaria ubicada sobre el Mar de Azov. En esa conversación, el autócrata ordena el bloqueo “para que ni una mosca escape” del complejo fabril Azovstal donde se escondieron civiles y combatientes ucranianos.  

1 de mayo

Comienza la evacuación en la acería Azovstal. Los primeros 100 civiles abandonan la planta situada en Mariúpol gracias a una mediación de las Naciones Unidas que permite establecer un corredor humanitario.

6 de mayo

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) anuncia que más de 6 millones de ucranianos ya dejaron el país. La mayor cantidad de refugiados se instala en Polonia y, en segundo término, en Rumania. “Es la peor crisis en los últimos 70 años”, afirma el Acnur.

10 de mayo

El Instituto Kiel para la Economía Mundial actualiza su monitoreo de las ayudas económicas remitidas por 38 gobiernos a Ucrania desde el 24 de enero y afirma que esta asciende ya a 64.600 millones de euros. Dos tercios de esa asistencia corresponde a aportes de los Estados Unidos.

18 de mayo

Suecia y Finlandia declaran su intención de integrarse a la OTAN para fortalecer sus capacidades de defensa ante la amenaza rusa. Moscú reacciona a la noticia con la aplicación de una represalia energética y corta el suministro al mercado finlandés.

20 de mayo

Rusia celebra la rendición de los últimos combatientes del Batallón Azov recluidos en Azovstal. Al mismo tiempo, Zelenski manifiesta que existe un acuerdo de intercambio de prisioneros de guerra para que los soldados retornen a casa.

21 de mayo

Las tropas al mando de Putin lanzan una ofensiva en Lugansk, una de las provincias del Donbás. Los ataques se concentran en las ciudades mellizas de Sloviansk y Sievierodonetsk.

22 de mayo

Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, confirma que 3.930 civiles habían muerto en Ucrania, entre ellos, 69 niños. El informe de Bachelet indica la existencia de 4.532 ciudadanos heridos y alerta acerca de que las cifras reales eran mayores.

23 de mayo

En el primer juicio por crímenes de guerra ocurridos durante la invasión, los Tribunales de Kiev condenan a cadena perpetua a Vadim Shishimarin, el conductor de un tanque ruso acusado de asesinar a un civil.

25 de mayo

El Gobierno de Ucrania informa que al menos 22.000 civiles fallecieron durante los combates en Mariúpol.

30 de mayo

Zelenski anuncia: “este año, en lugar del último timbre (con motivo del fin del año escolar), suena la sirena. Más de 1.800 instituciones educativas en Ucrania se han visto afectadas por los ocupantes. Ventanas rotas, escritorios destrozados. La vida en las aulas de las escuelas se paralizó el 23 de febrero”.

31 de mayo

La Fiscalía General de Ucrania reporta que 243 niños murieron y 446 resultaron heridos desde el inicio de la invasión rusa.

1 de junio

El Gobierno de Zelenski admite que Rusia controla la ciudad de Sievierodonetsk situada en la antigua provincia de Lugansk (Donbás). En paralelo, la Unión Europea dispone un embargo sobre el petróleo ruso.

2 de junio

Zelenski expresa ante el Parlamento de Luxemburgo que Rusia controla el 20% del territorio ucraniano. Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, dice que la gente del Donbás tendrá la oportunidad de manifestarse en un referendo programado para los próximos meses sobre la posibilidad de unirse a la Federación Rusa.

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