Por Federico Espósito
28 Mayo 2022
INICIOS. Las primeras giras fueron recién a partir del 99. Una década después, el rugby femenino llegó a Cardenales. Fotos de Gustavo Martínez Ribó
La Facultad de Educación Física tiene bien ganado el título de “cuna del rugby tucumano”: allí fue que la disciplina comenzó a caminar a mediados de la década del 30, cuando era Natación y Gimnasia, y también fue allí cuando a mediados de los 90, siendo ya la Escuela de Educación Física, nació su contraparte femenina. Con el cambio de plan de estudios implementado en 1994, a partir de 1995 las alumnas pudieron cursar Rugby como material opcional (posibilidad que hasta entonces tenían vedada, al igual que para los varones la de cursar pelota al cesto). Sin embargo, fue recién en abril de 1997 cuando, en vista del interés que hasta entonces habían mostrado las mujeres en el aprendizaje y la práctica del deporte, que el jefe de cátedra Fernando Erimbaue se decidió a lanzar -a través de un aviso publicado en LA GACETA- una convocatoria abierta a todas las mujeres que estuvieran interesadas en participar de los entrenamientos, fueran o no alumnas del profesorado. La respuesta superó ampliamente las expectativas: al primer entrenamiento se presentaron más de 60 chicas, que cada sábado se disputaban la ovalada en la cancha de la por entonces EUDEF.
El jueves por la noche, muchas de aquellas pioneras y sus entrenadores regresaron a la Facultad de Educación Física para celebrar los 25 años de nacimiento del rugby femenino en Tucumán. Siempre tomando como referencia 1997, año en que el rugby -al abrirse a mujeres en general, fueran o no alumnas- dejó de ser una materia opcional para convertirse en un deporte, destinado ya no solo a la formación de futuras profesoras sino también de rugbistas.
El acto conmemorativo tuvo lugar en el Aula Magna de la Facultad y convocó no solo a quienes encendieron la chispa, sino también a quienes la hicieron crecer a lo largo de los años hasta convertirla en la gran fuerza que es hoy el rugby femenino tucumano, protagonista en todas las competencias nacionales y una de las mayores fuentes de talento de los seleccionados argentinos.
Del acto participaron el decano de la Facultad, Raúl Lischinsky; los profesores Erimbaue y David Ruffino; el presidente de la Unión de Rugby de Tucumán, Santiago Taboada; los ex entrenadores Leonardo Díaz, Gustavo Laurant, Sergio Ahmad y Carlos Prado. Representando a diferentes generaciones de jugadoras en el escenario estuvieron Mirta Cabrera (primera Puma tucumana), Florencia Sidenius, Silvina Lema (primera entrenadora de rugby infantil), Marisa Barrionuevo y Rita Cazorla (histórica capitana del seleccionado tucumano y Puma durante más de 10 años).
A lo largo del evento, se repasaron algunos de los momentos más destacados de este último cuarto de siglo y de los años previos de “gestación”. También se entregaron distinciones a ex jugadoras que formaron parte de la primera promoción de la materia (cuyos nombres figuran en una placa descubierta al cierre del evento en la entrada al edificio), así como de quienes en los años siguientes dieron nacimiento a “Huarmi”, el primer equipo que representó a Tucumán en torneos interprovinciales, bajo la dirección de Ahmad y Prado.
Asimismo, hubo reconocimientos especiales a otras figuras destacadas dentro de la rica historia del rugby femenino tucumano, como Marilú Díaz Zúñiga (fue preparadora física de Huirapuca en los 90), Ileana Dulout (primera árbitra de la URT), Rolando “Rudy” Medina (entrenador del primer equipo de club, Cardenales) y Emilio Valdez (entrenador del seleccionado argentino juvenil).
Fue un homenaje tan esperado como merecido para quienes con valentía y constancia lograron derribar el arcaico prejuicio de que el rugby no es deporte para mujeres.
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