La fiesta en Olivos provocó otra ola, pero no de covid

La fiesta en Olivos provocó otra ola, pero no de covid

“Estamos empezando la cuarta ola de covid en Argentina”. La sentencia de la ministra Carla Vizzotti no debería tomarse más allá de un llamado de atención en medio de una crisis sanitaria que se extiende en la Argentina y el mundo desde principios de 2020. Un anuncio para estar preparados ante el resurgimiento de una enfermedad que llegó para cambiarnos la vida y que en dos años se apropió de nuestros sueños y nos dejó muerte y desolación, una situación que nos va a costar mucho modificar. Sin embargo, la primera pregunta que se le hizo a Vizzotti luego del anuncio fue si está en la planificación la posibilidad de nuevos cierres. La sola mención a la palabra aislamiento molesta. En un país donde un presidente hizo una fiesta en la Quinta de Olivos mientras ordenaba cierres y clausuras intempestivas, la credibilidad está en deuda. El ejemplo de quienes nos conducen quedó en deuda.

¿Qué es la cuarta ola y cómo puede afectarnos? A lo largo de este 2022, los argentinos hemos tenido la oportunidad de retomar viejos hábitos. Ver un recital con miles de personas bailando y cantando, con artistas internacionales arriba de un escenario, parecía imposible hasta hace un año. Asistir a un partido de fútbol con ambas hinchadas estaba fuera de todos los planes. Celebrar una reunión en un espacio cerrado era casi impensado. Caminar por la calle sin tener que llevar obligatoriamente el barbijo era casi un sueño. Pero de a poco todo comenzó a volverse realidad. Esto, tal vez, nos hizo pensar que el maldito coronavirus estaba enterrado. Ese fue nuestro primer error. La covid sigue presente en todo el mundo y tal como pasó en el hemisferio norte a lo largo de su invierno, ahora nos toca a nosotros padecer una cuarta ola cuando el frío comienza a hacerse sentir en estas latitudes. Esto sumado a una creciente aparición de casos de gripe. Europa, por ejemplo, sufrió con la cuarta ola. Con países con baja tasa de vacunación, o Estados que demoraron en colocar los refuerzos, la incidencia del coronavirus se hizo presente nuevamente con muertos e internados, sobre todo en personas que habían dejado pasar un tiempo superior al estipulado entre vacuna y vacuna, por lo que la inmunidad fue decayendo. Japón también sufrió con la cuarta ola, que fue “corta pero poderosa”, basada sobre todo en las nuevas variantes de Ómicron, que escapaban a la inmunidad de las vacunas.

En Argentina los casos de covid-19 aumentaron un 182% en los últimos 15 días. La positividad, es decir, la cantidad de pruebas que efectivamente dan positivo sobre el total de las que se realizan, también refleja este aumento de casos ya que la marca semanal superó el 25%, por lo que uno de cada cuatro argentinos que se testean tienen coronavirus. El problema es que desde hace ya unos meses el Gobierno modificó los criterios de testeo y estos sólo se realizan sobre individuos priorizados, es decir, con comorbilidades o riesgo de internación. Esto significa que no hay un número real de contagios, es decir que existe la posibilidad de que los casos registrados sean tan solo una pequeña porción de los que realmente se encuentran contagiados actualmente.

En Argentina se han aplicado más de 100 millones de vacunas y unos 37 millones completaron su esquema de dos dosis. Pero tan solo unos 22 millones se aplicaron el refuerzo necesario -tercera dosis- para sostener la inmunidad luego del vencimiento del esquema original de dos dosis. Esto puede derivar entonces en una escalada de casos que pondrían en alerta nuevamente el sistema sanitario.

Las críticas

Casi a la misma hora que Vizzotti anunciaba la cuarta ola en el país, se conoció que el fiscal Fernando Domínguez convalidaba la oferta del presidente Alberto Fernández y también la de la primera dama Fabiola Yáñez para cerrar la causa por la fiesta de Olivos. Entre ambos se comprometían a pagar un total de tres millones de pesos. Y esa caja de resonancia que son las redes sociales no se lo dejaron pasar. Es que la campaña para combatir la pandemia en Argentina estuvo teñida de hechos indignantes como la mencionada fiesta de cumpleaños, o la aparición de vacunatorios VIP para amigos del poder que erosionaron la credibilidad del Gobierno por más que se haya logrado la llegada de millones de vacunas, sobre todo las Sputnik rusas, que aún no fueron convalidadas por la OMS. Pablo Musse, padre de Solange, la joven que falleció en Córdoba durante las restricciones por la pandemia, se quejó amargamente: “es un sinvergüenza. Que vaya a juicio y lo que corresponda por mal desempeño de funcionario público porque es el Presidente, no es una persona común. Acá la justicia no tiene que ser igual para todos, es el Presidente de la Nación, es el que dictó el DNU, es el que rompió ese DNU, encima mintió sobre esto y que nos venga a comprar... Lamentablemente la justicia es eso... con un poco de plata lo arreglás”. El mismo vocal de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, tomó partido: “en todos los países está mal que un presidente viole la ley”.

Sin embargo, un anuncio sanitario como el de Vizzotti no debería hacer más que ponernos en alerta. Muchísimas personas han perdido seres queridos por este virus. Que la indignación por el mal desempeño de quienes nos gobiernan no nos haga perder el foco acerca de la importancia de preservar la salud. La democracia tiene otros resortes para evaluar a los postulantes.

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