CUARTETO POTENTE. Esteban Morgado lidera una formación que recorre tanto tangos tradicionales como otras músicas llevadas al sentir del 2x4.
Por la memoria de las seis cuerdas circulan las voces de El Polaco, La Gata, La Tana, la Graña… La guitarra parpadea ecos de un mirlo milonguero, de un sol que llega y se aroma en naranjo en flor… conversa en distintos idiomas musicales. “Nuestro repertorio incluye tangos tradicionales, temas de Ástor Piazzolla, músicas mías, arreglos de temas que originalmente no son tangos llevados al tango, como músicas de películas Cinema Paradiso o temas de Sting o de Queen, o Blackbird, tema de Los Beatles en forma de milonga. También seguramente habrá solos de cada uno de los instrumentos, en fin, si nos das tiempo podemos estar hasta más de tres horas”, dice el guitarrista Esteban Morgado, que hoy a las 22, en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550), se presentará junto a su cuarteto que integran Walter Castro en el bandoneón, Quique Condomí en violín y Horacio El Mono Hurtado en contrabajo. “Va a estar Mariela Acotto, esta gran cantante tucumana, gran amiga a quien vamos a tener el gusto de acompañar y se va a sumar al recital, así que va a haber para todos los gustos”, acota el intérprete de destacada trayectoria.
- ¿Tus músicas van siempre por lado del tango o también tienen otras direcciones?
- Dentro del tango, hay distintos subgéneros: la milonga, el vals, el candombe, hay mucho de música rioplatense. Hay algunas milonguitas mías, una que se llama Morena, otra es la Milonga de la puteada que alude a una frase musical que usamos los músicos de tango cuando queremos mostrar algún descontento, y es muy divertida.
- Pareciera que es difícil despegarse del sello que Piazzolla ha puesto en el tango o en la música de Buenos Aires, ¿cómo ves el aspecto musical en lo que a composición se refiere?
- No solo influenció, sino que dejó la vara muy alta, entonces hay que buscar: la composición es una búsqueda, es plasmar estados de ánimo, imágenes, ideas, sentimientos, sensaciones, en fin, cuando uno compone trata de ser lo más original posible. Hay quien dice que ya nadie es original, después de haber tenido compositores como de antes de Ástor, músicos extraordinarios con Bach, Mozart, Beethoven, Debussy, Ravel y tantos… Ástor, en el tango, hizo una extraordinaria fusión entre la música clásica, el tango más tradicional, el barroco dentro de la música clásica y le dio esa personalidad y esa impronta extraordinaria. A la hora de componer uno tiene que buscar lo que va a salir saliendo, ¿no? Y bueno después, la gente que es para quien uno hace las cosas, además de para uno, es la que decidirá o dirá si le gusta o no le gusta. Pero efectivamente, nos abrió un montón de puertas. A mí me voló la cabeza la primera vez que lo escuché cuando tenía 12 años, y ahí dije: “bueno, esto es algo increíble”. Yo venía estudiando la guitarra en el conservatorio y me encontré con un tipo que hacía una música celestial.
- El tango actual se ha orientado más bien hacia lo instrumental, como si casi no hubiera letristas que reflejaran la realidad del momento, porque el arte es un espejo de su momento histórico, ¿hay una orfandad de letristas?
- En realidad, hay muchos más letristas de los que uno cree. Yo he trabajado, por ejemplo, con Marta Pizzo, le puse música a algunos tangos. Hay muchos cantores nuevos que están cantando sus tangos, también Marcelo Boccanera escribe cosas lindísimas, es un gran cantante, compusimos un par de tangos juntos que los grabó María Graña. Hay muchos letristas, a diferencia de lo que ocurría en la década de 40 o desde que arranca el tango a comienzos del siglo XX, en esa época los intérpretes cantaban el repertorio de todos los compositores y ahora, por ahí, no se difunden tanto los temas de otros, sino que cada uno busca hacer su material. Entonces me parece que por ahí puede pasar la cosa y también por una cuestión de difusión, y también que los nuevos grupos o los nuevos cantores también tienen siempre la certeza de que algunos hits del tango son goles de media cancha. Por ahí no se arriesga tanto, vos cantas “Naranjo en flor” y sabés que es un golazo e ir a lo mejor apostar a algo nuevo, cuesta un poco más.
- Pero vos podés cantar “Sur”, que refleja una época de Buenos Aires que ya no existe. No sé si las nuevas generaciones cantarían “Sur”, tal vez sí otro tipo de tangos con letras que tengan que ver con su paisaje actual.
- Tal cual, las hay, por ahí todavía no han salido tanto a la luz, pero hay mucha gente que está haciendo cosas y muy buenas. Claro, tampoco hay la difusión que había antes en esta época de los grandes poetas como Cátulo, Cadícamo, Homero Expósito, Discépolo y tantos otros, como el negro Celedonio Flores, en esa época había muchísimos programas de radio y luego cuando empezó la televisión, había muchísimos canales de difusión de los tangos. Hoy no los hay, hoy cuenta bastante más tener espacios tangueros, entonces probablemente por eso sea que no se dan a conocer o no, el público todavía no conoce tanto de los nuevos temas.
- ¿Cuáles de los cantantes que acompañaste, te dejaron una huella en tu modo de respirar la música?
- Todos me han dejado una huella en el alma, en el corazón, los admiré y los admiro muchísimo, me han permitido estar con ellos y entrar por una puerta grande a la historia del tango y con cada uno he tenido millones de anécdotas. Con Adriana Varela estuvimos ocho años, arrancamos por el pancho y la Coca y terminamos en Miami tocando con Quincy Jones. Tuve la suerte de grabar el último tema que registró el Polaco Goyeneche con Antonio Agri, los tres solitos, mirándonos, haciendo “Viejo ciego”, un tango de Manzi, extraordinario. Cuando terminamos de grabar, escuchando la toma, el Polaco nos besó llorando las manos.
- ¿El tango está a salvo con las nuevas generaciones?
- Mira, creo que si hay periodistas como vos, si hay músicos como nosotros, el tango está a salvo y si hay mucha gente joven, que está haciendo tango, el tango está salvo. Hay una cantidad de orquestas jóvenes y de pibes que están tocando también, nosotros enseñamos a tocar tangos los que ya tenemos una edad; estamos enseñando a los que vienen, hay un montón de conservatorios que tomaron al tango en su currícula, hay escuelas como la de Música Popular de Avellaneda o el Conservatorio de Salta, seguramente en Tucumán también, donde se enseña tango y se enseña a tocar el bandoneón. Entonces creo que tenemos por suerte tango que es Patrimonio Cultural de la Humanidad por muchísimo tiempo más.








