¿Es legal esparcir las cenizas de un fallecido en cualquier parte?

¿Es legal esparcir las cenizas de un fallecido en cualquier parte?

Un hincha de fútbol lanzó las cenizas de un ser querido en pleno partido y sembró la duda: ¿qué dicen las normas sobre lo que se puede hacer con los restos cremados?

Todos los que conocieron a Ernesto Ulrich sabían que sus dos lugares favoritos eran la cancha de San Martín y Villa Padre Monti. Como último deseo, precisamente, había pedido que sus cenizas se esparcieran en esos sitios cuando ya no estuviera físicamente en este mundo. Los hijos y los nietos pidieron permiso, fueron al club y se reunieron cerca de un arco. Cada uno tomó un puñado de cenizas y lo esparció en el césped. Desbordados por el dolor de su pérdida, pero felices de cumplir con ese sueño. Luego viajaron hasta la casa de la familia en el campo, y justo donde él había sembrado un membrillo, abrieron la tierra y depositaron la otra parte de los restos cremados.

Unos años antes de partir, Marta Elena Alvarez de Luzuriaga había hecho realidad su sueño de volar en parapente en Loma Bola. Esa experiencia, a los 82 años, la hizo tan feliz que sus hijas no dudaron: cuando murió, la cremaron y las cenizas volaron al viento en esta reserva natural de aventura, ubicada a un pico de 800 metros de altura.

Teresa Monetti tuvo que trasladarse 10.000 kilómetros para cumplir el sueño de su esposo: que sus cenizas se desparramaran en El Cadillal. Hace 50 años, el matrimonio se había ido de Tucumán a vivir a Barcelona. Y desde entonces él siempre había manifestado que el día que muriera quería que sus restos volviesen a su provincia natal.

El último deseo

Estas historias, que antes las veíamos más que nada en películas o series, ahora las escuchamos con mucha frecuencia. Ha crecido el número de personas que eligen la cremación. Y también se plantea qué destino darles a las cenizas. La mayoría de los familiares opta por esparcirlas en algún lugar que haya sido especial para el fallecido o por cumplir el último deseo de ese ser querido que ya no está. Los rituales incluyen parques, cerros, ríos y canchas de fútbol, entre otros lugares. Pero casi nadie se pregunta si es legal o no arrojar restos cremados en cualquier lugar.

Recientemente sorprendió la noticia de un hincha de Racing que tiró las cenizas de un familiar desde la tribuna alta en pleno partido. Los espectadores que estaban en la parte baja no podían salir de su asombro. Sin embargo, el video que se hizo viral mostró una práctica que no es rara en el ambiente futbolero: no son pocos los que llevan los restos de sus seres queridos y los desparraman en el estadio de su equipo. De hecho, entre los hinchas de fútbol más fieles, pedir que los cuerpos sean quemados y sus cenizas arrojadas en el estadio es casi una tradición. Lo que sí es extraño, por supuesto, es que las cenizas se tiren y caigan sobre los hinchas en medio de una disputa, como ocurrió en el “Cilindro”.

Pero volviendo a la pregunta de si es legal o no, en realidad no hay una normativa que prohíba arrojar los restos en un sitio público de nuestro país. Otros países, como España, por ejemplo, sí tienen legislación: no es posible depositar las cenizas en la vía pública. Tampoco se pueden arrojar en el mar, salvo que se realice bajo una serie de condiciones, como es el obtener un permiso específico. Además, no se las puede lanzar directamente al agua ni dentro de una urna convencional, sino que deben ir en el interior de un recipiente homologado y, sobre todo, biodegradable (lanzar cenizas al mar está considerado como un delito grave contra el medio ambiente).

En el país y en Tucumán, arrojar cenizas ni siquiera es considerado una contravención. “No está regulado o, si hay normas, las desconozco; nada impide que si yo quiero dejar las cenizas de un familiar en una esquina o en una plaza pueda hacerlo”, explicó el secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Alfredo Toscano.

El funcionario sostuvo, no obstante, que sí hay una demanda creciente de personas que quieren dejar las cenizas de un familiar en las iglesias. Y que, por ese motivo, a fines del año pasado el municipio ayudó a financiar la creación de un cinerario en la parroquia Nuestra Señora de Luján.

José Antonio Flores, delegado de la Federación Argentina de Entidades de Servicio Fúnebre y Afines y dueño de la empresa fúnebre que lleva su apellido, explica que no hay reglamentación, ley ni ordenanza que digan qué hacer o qué no hacer con las cenizas de un ser querido. “En conclusión, las personas que reciben los restos cremados son libres de hacer lo que quieran”, señala el experto, quien aclara que esas cenizas no contaminan el ambiente y por eso no implican un riesgo.

Sebastián Robles, gerente del Cementerio San Agustín, cuenta que normalmente la gente suele seguir el deseo de su familiar fallecido a la hora de buscarle un destino las cenizas. “No hay legislación al respecto”, apunta. Como ejemplo puso el hecho de que sobran noticias sobre personalidades reconocidas que, luego de fallecer, son cremadas y sus restos esparcidos en distintos sitios. Está el caso de Mercedes Sosa, cuyas cenizas se repartieron entre Mendoza, Buenos Aires y La Sala del cerro San Javier, en Tucumán, remarcó.

En el caso de que alguien quiera guardar las cenizas de un ser querido, además de la iglesia de Villa Luján está el Parque del Descanso, un cementerio con crematorio. Flores, que es el propietario, cuenta que este predio tiene cinerario, un lugar común destinado especialmente a las cenizas, con laguna y un bosque nativo. En los árboles, los familiares pueden poner una placa recordatoria de su ser querido. También hay un columbario, la estructura con nichos en la que se dejan urnas funerarias.

El empresario fúnebre remarcó que en Tucumán hay una ley que especifica dónde pueden situarse los crematorios. A su vez, la ley mortuoria aclara que para la cremación que se deben esperar 24 horas desde el deceso. También prevé en qué circunstancias no se puede hacer una incineración de restos. En los casos policiales, por ejemplo, no está permitida, ya que en el marco de una causa judicial puede ser necesaria la exhumación de un cuerpo en busca de pruebas, algo que seguramente el fuego destruiría.

Normas y costumbres:

- Qué dice la iglesia católica

La única normativa religiosa vigente que hay sobre qué hacer con las cenizas es para el caso de los católicos.
En 2016, el Papa Francisco publicó una instrucción en la que prohíbe que las cenizas se esparzan o se guarden en casa. Según el pontífice, los restos incinerados de los fieles deben mantenerse en un lugar sagrado: su destino será el cementerio o, si es el caso específico, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente.

- Tendencia que crece

En las grandes ciudades, la mayoría de los restos mortuorios terminan incinerados. En Tucumán, aunque es una tendencia que crece, la cremación todavía no es lo que más se elige; la primera opción sigue siendo la inhumación del cuerpo en su correspondiente féretro, mayormente en cementerios parquizados.

Sebastián Robles, gerente del Cementerio San Agustín, cuenta que han crecido tanto las consultas como los servicios para hacer cremaciones. Hoy representan el 23% del total del trabajo funerario que realizan. Según su opinión, pesan cuestiones culturales y religiosas en el momento de decidir; por ello, todavía en el norte del país la gente prefiere dejar los restos de su ser querido en los cementerios. “Hay muchos rituales. En el campo, por ejemplo los velorios de dos días con asado siguen vigentes. También influyen cuestiones psicológicas: los velorios y entierros ayudan para empezar a elaborar el duelo”, agrega.

“La tendencia a elegir la cremación va en aumento en el mundo entero. En Tucumán, empezó a crecer hace tres o cuatro años. En nuestro caso, hacemos unos 300 servicios de este tipo por mes”, sostuvo José Antonio Flores, dueño de la histórica empresa fúnebre que lleva su apellido.
La explicación del aumento de las cremaciones tiene, según Flores, varios motivos: “está el lado económico, ya que muchos familiares ponen las cosas en la balanza y se dan cuenta que cuesta menos y es más barato cremar los restos de un ser querido que luego mantener un espacio en un cementerio durante años. Por otro lado, cayó muchísimo el ritual de ir al camposanto. Con el ataúd es un vínculo que nunca se termina. En cambio, con las cenizas, aún si las guardo o las disperso en algún lado, ahí concluye todo”.

- Rituales deportivos

Son muchos los hinchas de clubes deportivos que antes de morir plantean su deseo de que las cenizas sean esparcidas en el club de sus amores. Algunas instituciones permiten esta práctica y están las que incluso cobran un permiso para hacerlo. En clubes de otros países esa práctica se institucionalizó, como en España con el Barcelona y el Atlético de Madrid, que construyeron sus propios columbarios en los estadios, y allí se pueden dejar las urnas con cenizas de sus hinchas.

En primera persona: la experiencia que vivió la arquitecta Florencia Caminos y su familia

“Mi mamá y papá habían acordado hacía mucho tiempo la cremación. Así que cuando nos agarró de sorpresa el fallecimiento de papá (el arquitecto Rafael Caminos) ya estaba decidido. Creíamos que íbamos a dejar las cenizas en el cerro hasta que lo reflexionamos mejor y empezamos a averiguar las opciones en Tucumán. Logramos contactarnos con las Hermanas Dominicas que recibieron las cenizas en la capilla y le rezaron por varios días. Cuando tuvimos turno en el Siambón, fuimos a una celebración y nos maravillamos con el lugar. Las cenizas de mi papá están ahí, en el cineario común. Pero lo más lindo es que plantamos dos hortensias en su nombre. Es un bosque hermoso y que nos identifica porque él siempre pensó en la protección de la naturaleza”, afirmó Florencia Caminos.

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