A 40 años del evento que desencadenó la Guerra

Si bien la Junta había estado considerando una recuperación del archipiélago por la fuerza, desde enero de 1982, fecha en la cual se le encarga al Almirante Büsser el armado de un plan, sellado bajo estricto secreto militar, el mismo preveía el inicio de las operaciones para fines del mismo año. Esto estaba motivado por el estancamiento de las relaciones diplomáticas con el Reino Unido en relación a la cuestión Malvinas, como así también al profundo descontento interno que la población manifestaba en contra del “Proceso” y a una deficiente lectura diplomática y de inteligencia que hizo presuponer al gobierno argentino que los Estados Unidos se mantendrían ajenos a un potencial conflicto. Galtieri entendía que, al haber contribuido la Argentina a la ejecución del Plan Cóndor, en todo el cono Sur, como así también a la lucha anti guerrillera en Centroamérica y al estar la potencia del norte comprometida ante nuestro país por el TIAR 1, estos se mantendrían al menos neutrales durante el conflicto.

Sin embargo, todos los planes y cálculos de la Junta Militar, se fueron a pique el 19 de marzo de 1982: Un empresario argentino, Constantino Davidoff, había obtenido la concesión por parte de una firma escocesa para desensamblar unas estaciones balleneras en las islas Georgias. La expedición, se componía de ocho civiles y llegó a las islas en el ARA Bahía Paraíso ante la negativa del gobierno de Rex Hunt a alquilarle un buque propio. Uno de esos operarios izó la bandera argentina en suelo de las Georgias y luego se hicieron disparos para cazar un reno. Estos eventos, fueron fotografiados por un grupo de británicos allí presentes y se informó a Londres de la situación. La respuesta inglesa no se hizo esperar. Se ordenó la movilización de un destacamento de Royal Marines a bordo del HMS Endurance para el desalojo por la fuerza de esa presencia argentina en las Georgias del Sur, una acción que el gobierno argentino tomó como un acto de guerra. Los reportes de inteligencia también habían informado, de manera errónea, que navíos de guerra, junto al submarino atómico HMS Conqueror, habían zarpado desde la base británica de Gibraltar rumbo al sur. Fue a partir de estos eventos, esta primera ficha de dominó, que se inició una concatenación de sucesos ante los cuales la Junta Militar no hizo más que equivocarse una y otra vez, decidiendo en ese momento, la recuperación armada del archipiélago.

Dicha medida, de adelantar la operación Rosario a principios de abril, en lugar de noviembre como se había planificado originalmente, resultó ser el error más determinante de todo el conflicto. En primer lugar, porque las condiciones climáticas cambian rotundamente; luchar en el frío invernal malvinense, con su climatología y geografía tan característica, siempre lluviosa, ventosa, temperaturas por debajo de 0 grados, planificando un combate defensivo, desconociendo que los pozos de zorro se inundarían pues por debajo de la turba malvinera, el agua brota y las posiciones argentinas se vieron una y otra vez llenas de agua. No solo no estaban equipadas las unidades para ese tipo de situación, salvo tal vez los regimientos acantonados en la Patagonia, sino que, además, aquellos que provenían del norte, este, y centro del país carecían de experiencia alguna en escenarios de frío extremo.

En segundo lugar, las fuerzas armadas británicas sufrían por aquellos días una reducción importante de sus unidades. Gran Bretaña atravesaba una de las peores crisis económica, social y política de su historia, el gobierno de Margaret Thatcher se veía fuertemente cuestionado y como parte del plan para resolver la situación se decidió reducir la cantidad de embarcaciones de la Royal Navy, dejando fuera de servicio importantes piezas tales como un portaaviones, destructores y fragatas. El almirante Woodward, líder de la Task Force, reconoció que, de haberse producido el desembarco argentino en noviembre, Gran Bretaña no habría tenido la capacidad logística de recuperar las islas por la fuerza.

En tercer lugar, el adelantamiento de las operaciones privó a la Armada Argentina de concretar el acopio del armamento más importante con que el país contaba: los misiles AM39 Exocet. Estos se lanzaban desde la aeronave Super Etendard y tuvieron un muy alto grado de efectividad, hundiendo o dañando de gravedad entre otros al HMS Sheffield, HMS Atlantic Conveyor, HMS Glamorgan.

La Argentina había acordado la compra a Francia de quince Super Etendard con sus respectivos misiles y al 2 de abril de 1982, solo una tercera parte de estos había sido entregada. Al iniciar el conflicto, los franceses, a pedido de sus aliados ingleses y de la OTAN, embargaron a la Argentina bloqueando la entrega del resto del material y retirando a su personal técnico del país. Los altos mandos ingleses admitieron también que de haber poseído la Armada el total de este armamento, la flota inglesa se hubiese visto obligada a retroceder.

Nils Kreibohm – Profesor de Historia.

© LA GACETA

Nota:

1) El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca preveía una unión entre los Estados americanos, en el contexto de la Guerra Fría y las áreas de influencia, para su defensa o asistencia en el caso de alguno de esos miembros necesitarlo. Era un acuerdo, pensado por los norteamericanos, para evitar la presencia soviética en Latinoamérica.