Pensiones: un lugar seguro y amigable donde hospedar a tu perro

Pensiones: un lugar seguro y amigable donde hospedar a tu perro

La tenencia responsable a veces falla cuando los dueños no pueden atender a sus canes. Viajes, problemas temporarios de salud y trastornos de conducta figuran entre las causas para no tenerlos en casa.

Pensiones: un lugar seguro y amigable donde hospedar a tu perro

Forman parte -cada vez más importante- de la vida de mucha gente, y la tendencia creció con la pandemia: tener una mascota en casa y cuidar de ella ha sido una ayuda vital para muchas personas en estos tiempos de confinamiento.

“En mi familia somos cuatro, mi esposa, dos hijos de 12 y seis años y yo. En abril de 2020, recién comenzada la pandemia, se sumó Akira, una golden retriever de dos meses”, cuenta Diego Arrabal, comerciante y vecino de Yerba Buena, y agrega que por el aislamiento la relación con Akira fue de mucho cariño, acompañamiento y atención. “Es muy dulce, pero busca mimos y contacto humano minuto a minuto”, relata.

La cuestión es que ahora, con la progresiva “nueva normalidad”, muchos se preguntan qué hacer: el estudio APPA Covid-19 Pulse Study (realizado por la Asociación Americana de Productos para Mascotas) reveló que a mucha gente se le plantea el conflicto de tener que volver al trabajo presencial y no querer dejar su mascota sola. Y esta no es la única posibilidad de dificultades para sostener una tenencia responsable.

Pensiones: un lugar seguro y amigable donde hospedar a tu perro

“Existen muchas razones que generan la necesidad de dejar las mascotas con alguien por un tiempo -explica a LA GACETA Adela Bosch, que desde hace casi cinco años tiene en Yerba Buena una pensión para perros (@lukapensioncanina)-. La más común es el viaje, sea por placer, trabajo o cuestiones familiares. Pero también puede haber razones de salud que impiden hacerse cargo de ella temporalmente”.

“Uno de mis clientes, por ejemplo, es un señor mayor que sufrió una caída y por un tiempo no pudo caminar ni atender a su perro. Entonces, lo cuidamos hasta que él se recuperó”, cuenta.

La familia de Diego, por su parte, tuvo que cambiar su modo de vacacionar. “Al ser una perra grande no era fácil dejársela a alguien. Hasta ahora habíamos buscado alquilar lugares que permitieran animales, y nos acompañó siempre. Pero este año el destino era el sur del país y los días iban a ser muchos; era imposible viajar los 10.000 km que recorrimos con ella. Y no sabíamos qué hacer”, cuenta.

¿Riesgo de abandono?

En casos como estos suele llegar una pregunta (“¿y ahora qué hago?”) y la necesidad de una decisión. La buena noticia es que hay en Tucumán alternativas para compatibilizar necesidades de perros y de humanos.

Adela recibe a sus huéspedes en su casa. Y ellos se quedan en la vivienda -sofás incluidos-, que tiene un inmenso jardín (también dirige un centro de educación y socialización para perros). “Por supuesto, nada de jaulas. Trabajamos con la estructura con la que los perros funcionan, que es la manada”, explica.  

“Hace tres años y medio que a la veterinaria le sumamos la pensión canina”, cuenta la doctora Patricia El Kadi (@elkadiveterinaria) y coincide rotundamente con el tema de las mandas y con el “no jaulas”: “estamos 100% en contra de su uso, hasta la para internación clínica. Es un acto brutal para un ser sintiente, que no entiende por qué lo ponemos ahí. Se deprime igual que nosotros”, resalta. También en este caso cuentan con un gran espacio verde donde los perros están sueltos. “Hay habitaciones con camas y aire acondicionado, y todos los días los sacamos a pasear, juegan con nosotros. ¡Se copan! -cuenta Patricia- Los primeros tres o cuatro días extrañan su hábitat normal, pero pronto se integran en el  grupo y se imitan, compiten por la comida, por los mimos...”.

Pensiones: un lugar seguro y amigable donde hospedar a tu perro

Si es necesario, en la pensión también se les administra medicación, y entre los requisitos figuran  que sean dóciles (con pares, y con humanos) y -en este caso- que estén castrados, a partir del año y dos meses. “Es fundamental para que no haya agresiones”, destaca.

La jornada de hospedaje va desde las 10 de la mañana hasta la misma hora del día siguiente. “Claro que lo pueden traer a otra hora, pero el check out -como en los hoteles de humanos- es sí o sí a las 10, pues hay que hacer lugar para huéspedes que llegan”, agrega la especialista, e informa que para reservar la estadía (que normalmente no supera la quincena, pero puede prolongarse hasta un mes) se abona el 30 % del total.

Un modo de sanar

En el caso de Adela, la relación con sus “peques” (como los llama cariñosamente) no nació desde lo médico; forma parte de ella misma. “No importa cuánto mire hacia atrás en el tiempo, siempre hubo un perro que cuidar en mi vida. Fui rescatista, al tiempo que trabajaba 12 horas diarias. Pero en marzo de 2017 me diagnosticaron cáncer, y por el tratamiento tuve que dejar de trabajar”, cuenta. A finales de ese año se sentía mejor, agrega, y necesitaba hacer “algo”.

“Se me ocurrió lo de la pensión; ‘tranqui’, porque pensaba volver a trabajar”, cuenta. Pero en enero de 2018 recibió un nuevo diagnostico de cáncer. “Así fue como decidí seguir con la pensión a full, y los perros me acompañaron en este proceso... Desde ahí continuamos creciendo”, recuerda.

Requisitos

Para poder hospedarse en Luka los perros no necesitan estar castrados, pero -advierte Adela- deben ser sociables, tanto con otros perros como con gatos y con niños. “Además, deben tener al menos cuatro meses y la libreta sanitaria al día. Si son cachorros su veterinario de cabecera debe indicar que está apto para asistir a una pensión”, informa.

En todos los casos, los huéspedes deben llevar (además de collar y correa) su plato, su colchón y el alimento que habitualmente consume (en cantidad suficiente para que dure todo el tiempo del hospedaje). Y también el dosificador, con la indicación del tamaño de la ración.

“El período depende de la necesidad de cada cliente, desde un par de días, hasta el mes entero -añade-. Y los perros deben cumplir una adaptación/evaluación, un par de semanas antes”.

En ese tiempo se evalúan el nivel de ansiedad y las respuestas a la intervención, y se decide si el candidato es admitido o no. “Hay una diferencia entre el perro agresivo con intención de dominar, y el que tiene conducta agresiva por miedo, inseguridad, ansiedad. El inseguro y miedoso generalmente responde bien al trabajo de adaptación”, explica y agrega: “creo fundamental mostrarme como referente jerárquico, de manera tal que los que muestren temperamento dominante se sientan controlados. Así puedo ejercer presión (desde lo actitudinal), recibir respuestas positivas, y lograr equilibrio emocional y conductual en la manada”.

Un mes como máximo

“Trabajamos y nos enfocamos en mascotas que necesitan cuidados por tiempo limitado. No ofrecemos pensiones de largo plazo, como requieren los ‘peques’ rescataditos, pues la pensión no está preparada para ello -aclara-. Pero podemos recomendar pensiones económicas, y facilitar sus contactos. Ellos tienen los costos, la estructura y el espacio necesarios y compatibles para perritos en recuperación y adopción”.

Ofrecen, además del modelo “clásico”, pensión diurna y hasta contención domiciliaria y no hace falta abonar la reserva.

“El pago puede realizarse en efectivo, por transferencia o con un depósito bancario; puede ser la totalidad al momento del ingreso, o en dos cuotas: la primera previa o al momento de su llegada y la segunda al tiempo del retiro”, informa Adela.

Pensiones: un lugar seguro y amigable donde hospedar a tu perro

Tarifas y posibilidades

CONDICIONES GENERALES: en todos los casos los perros deben llevar su plato y el alimento que van a requerir.

PENSIÓN DE JORNADA COMPLETA: el precio en las pensiones es muy semejante: ronda los $1.500 por día.

PENSIÓN DIURNA: es de 10.00 a 18.30, sale $1.250 por día.

DOMICILIO AMBULATORIO: se atiende a las mascotas de manera individual y respetando sus rutinas diarias a la mañana, a media tarde y a la noche para atender sus necesidades. Además se ofrece el servicio de apagar y encender luces y de cuidar que la vivienda se mantenga en condiciones. El costo es de $3.200 por día (sólo en Yerba Buena y alrededores; se ofrecen referencias del personal).

DOMICILIO 24 HORAS: los cuidadores se instalan en tu hogar, lo cuidan y atienden tus mascotas de forma personalizada y permanente, respetando sus rutinas diarias. El costo es de $3.650 por día (sólo en Yerba Buena y alrededores; se ofrecen referencias del personal).

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