La oposición, entre las heridas abiertas y la proyección

La oposición, entre las heridas abiertas y la proyección

La oposición, entre las heridas abiertas y la proyección

El turbulento 2021 alumbró un nuevo orden en el escenario tucumano. Los actores políticos apenas están intentando acomodarse a las nuevas circunstancias y ya tienen por delante un nuevo año preelectoral. Esta nueva etapa tiene dos particularidades clave para interpretar todo lo que pueda suceder en adelante: es la antesala de las elecciones de recambio total de autoridades provinciales y hay pocos dirigentes con chances de presentarse para ser reelectos.

En este contexto, el oficialismo gobernante navega por una situación desconocida: la reconciliación forzada de sus principales figuras, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, tras una interna de confrontaciones sin precedentes. Entre sus dirigentes, sin embargo, las diferencias siguen latentes y los líderes deben aplacar los ánimos cada tanto.

Juntos por el Cambio (JxC), el sector más numeroso de la oposición, también atravesó una puja “traumática”, pero con resultados en las urnas que consideran promisorios. La puja del justicialismo local y el viento de cola nacional influyeron en que los números fueran más favorables que lo esperado. Las figuras principales que emergieron de este proceso fueron el ahora diputado nacional Roberto Sánchez (UCR) y el intendente capitalino, Germán Alfato (PJS).    

El armado trata por estos días de organizarse para poder proyectarse unido hacia 2023. La empresa por el momento no parece nada sencilla. Se perciben intentos de avanzar, pero también siguen en la superficie las cuentas que quedaron de 2021 y que no fueron saldadas. Hay una idea en la coinciden todos los sectores: no hay margen para prescindir de nadie y menos si el justicialismo llega unido.  

La mesa nacional principal de JxC (reúne a las cabezas de los partidos fundadores del frente en el país) y la federal (incluye a los referentes de los partidos locales que se sumaron en cada provincia) trataron la necesidad de que las coaliciones de los distritos que no tengan PASO provinciales definan por acuerdo el sistema con el que consagrarán a sus candidatos a gobernador. Por el momento, en Tucumán, no hay acuerdo sobre un mecanismo que conforme a todos.

Al menos tres figuras se siguen mencionando para ese puesto: Sánchez, Alfaro y Sebastián Murga (CREO). En varios sectores de distintas extracciones políticas molestó que públicamente partidarios tanto de Sánchez como de Murga sigan expresando durante estos meses de reacomodamiento que ellos serían postulantes. El otro asunto que irritó es que se mantenga la discusión sobre la conveniencia de incluir o no al bussismo en JxC, tópico que para muchos quedó resuelto el año pasado. Creen que de esta manera, las grietas del frente siguen quedando expuestas públicamente.  

¿Qué esperan lograr algunos de los socios mayoritarios de JxC antes de 2023?  A grandes rasgos, hay coincidencia en que es tiempo de consolidar vínculos y generar confianza y, lograrla a la vez en el electorado cambiemista. En términos más directos, saben que la necesidad es dejar de lado las internillas y aprovechar el capital político y  generar una propuesta de Gobierno que mantenga la credibilidad.  

En el sector radical y del PRO identificado con José Cano, consideran fundamental que los cuatro municipios gobernados por el espacio generen un modelo de gestión común y que sostengan una agenda similar. La dirigencia apunta a que la madurez será fundamental para poder construir. Destacaron el trabajo que se está llevando adelante en comisiones para planificar un programa de gobierno. Ven con buenos ojos también que pueda armarse un interbloque en la Legislatura local.

Quienes se encolumnan tras Silvia Elías, también de la UCR, también apuntan a la consolidación y a “amalgamar” las diferencias entre las distintas vertientes como base para edificar cimientos sólidos. Aspiran a que JxC pase de ser un sello para transformarse en una construcción colectiva ante la chance real de aspirar a llegar al poder.  

En la línea de Sánchez-Mariano Campero también reconocen que es un desafío la construcción conjunta, por las diferencias que mantienen con distintas vertientes. Están dispuestos a competir en el sistema de selección de candidatos que se decida y consideran que es posible llegar a los acuerdos necesarios. Saben que algunas de sus posturas no caen bien a sus aliados, pero apuestan a que puedan ser salvadas.

En el alfarismo, aseguran que están muy enfocados en la gestión municipal pero han estado abocados a ampliar las relaciones con figuras nacionales. El PJS fue incluído recientemente en la mesa federal de JxC. Advierten que hay que preservar el capital político y están participando de las iniciativas de trabajo conjunto, pero puertas adentro no avizoran una voluntad real entre algunos de los representantes locales de lograr unidad. Saben que, en general, incomodan a algunos componentes de la coalición, pero sostienen haber dado muestras de que pretenden permanecer en el frente.    

CREO, que también fue convocado a la mesa federal, viene manifestando públicamente que no concuerda con la forma de gestionar ni de hacer política de Alfaro. De hecho, en el partido creen que terminará abandonando JxC. Sus representantes vienen diciendo que no se sienten contenidos en el frente en el ámbito provincial hasta tanto no se traten temas que consideran basales, como las testimoniales, la reducción del gasto público y el uso de recursos estatales en las campañas. No concurrieron a la mesa de trabajo en Tafí del Valle y adelantaron que no irán a la nueva convocatoria de trabajo, prevista para el viernes. Afirman que no hablar de candidaturas ahora es diferir el problema para el año que viene.

Radicalismo en ebullición

La UCR tucumana atravesó semanas de mucha inquietud y merece un apartado. Llegar a reflejar las posturas de todos los sectores internos es prácticamente imposible, porque la participación es numerosa. En medio de entredichos y de posturas disímiles, los cointerventores José Argañaraz y Pablo Macchiarola concretaron el llamado a internas para la normalización del partido y las elecciones serán el 24 de abril. Altas fuentes de la UCR nacional confirmaron que se prorrogó la gestión de Argañaraz y Macchiarola hasta el martes 1 y que, a la vez, dispuso el desembarco de un interventor normalizador, que finalmente será el diputado provincial santafesino Santiago Mascheroni (se espera que llegue cerca del 10 a la provincia). De esta manera, se trató de conformar tanto a quienes impulsaban el proceso electoral con las autoridades provisorias locales como a quienes consideraban que ya habían tenido demasiado tiempo para normalizar la situación  y era tiempo de que alguien de afuera se involucrada. Ante los reclamos de diversas vertientes, desde la cointervención venían advirtiendo puertas adentro que el hecho de que se demoraran las elecciones respondía a que se había acordado con las autoridades nacionales primero por las dificultades de hacerlas en pandemia y luego, para que no coincidiera con la interna del año pasado.

Mientras, el proceso está en marcha y el viernes quedó conformada la Junta Electoral, que fue integrada por miembros de las líneas que encabezan Cano; Elías de Pérez; los Romano Norri; Campero-Sánchez; Sebastián Salazar y Ariel García.

De acuerdo con el cronograma provisorio, a principios de abril se definirán los candidatos a presidir el partido pero también de todos los órganos de gobierno. Por el momento, entre los correligionarios sonaron varios nombres como el de Argañaraz, Sánchez, Salazar y Agustín Romano Norri, entre otros. Coinciden en que es prácticamente imposible que haya una sola lista. Entre los que públicamente comenzaron algunos movimientos están Sánchez, que se reunió con gran parte de las líneas radicales, y Salazar, que recibió el apoyo público de dirigentes de su espacio. Tendrían previsto reunirse ambos esta semana, en un encuentro propiciado por el legislador Raúl Albarracín.

El padrón radical tiene alrededor de 60.000 afiliados.En la última interna, que había sido en 2016, se habían enfrentado Julio Herrera y García. En ese momento, la participación había sido baja. Luego, cuando tocó renovar autoridades, en 2018, el proceso terminó judicializado y el partido, intervenido.

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