La historia de Alfredo: “La mano es la herramienta de las herramientas”

Urpi dice que no se trata de algo anatómico, sino de la percepción nerviosa, un puente entre el mundo interior y el mundo exterior.

22 Febrero 2022

-¿Y usted por qué se dedica a esta especialidad de -entre otras cosas- recuperar las manos perdidas?

-Yo siempre he dicho que no quería hacer sólo clínica, porque no quería que mi tratamiento dependa de la actitud del paciente, de que “no, yo no estoy de acuerdo con los remedios”, “no los puedo tomar”, “no me gusta hacer fisioterapia” o que me oculten síntomas… yo prefería que todo dependa de mis manos, por eso dije: “tengo que hacer algo quirúrgico” donde todo dependa de lo que yo arme, de lo que yo pueda hacer, de lo que pueda reconstruir, que eso es lo que va a dar como resultado y no tanto depender del paciente. Y los primeros años me dediqué a hacer manos, porque era fascinante lo que significaba la mano. No solamente algo anatómico, sino también la parte nerviosa, la percepción nerviosa, como te digo es el puente, esa es la síntesis, así lo entiendo, entre el mundo interior y el mundo exterior. Es la herramienta de las herramientas, la mano.

- ¿Síntesis entre interior y exterior?

- Y eso no es por la mano, sino también por lo que la mano representa también en el cerebro. Y entender toda esa mecánica a su vez me hizo volver de nuevo al ser humano. Porque yo decía: “no quiero ser un mecánico de la medicina, un carpintero, como dicen a los traumatólogos en la medicina y no ser psicólogo”, me molestaba. En el paciente enfermo las distintas respuestas dependen de historia de cada uno, porque vos respondés ante la enfermedad según tu historia. Y vos sabés que la enfermedad de hoy, el corte o la fractura están enraizados en tu historia y eso me molestaba. Entonces cuando preguntaba mi esposa : “¿cómo te ha ido hoy? Y yo le contaba:” he operado dos muñecas y una cadera”. Y ella me decía: “No. Has operado tres personas, dos que tienen fractura de muñeca y una de cadera.” “Ah, sí, sí, está bien, eso lo entiendo.” Pero eso era más profundo de lo que yo entendía en ese momento. Después me di cuenta de que yo operaba una muñeca con técnica perfecta y a otra persona la operaba con la misma técnica y no resultaba.” Es un error mío”, dije. “Algo estoy haciendo acá que no es suficiente, porque tiene que ver con algo que está más allá de la apertura esta”. Y ahí es cuando dejé de mirar manos -fueron años-, levanté la vista y me di cuenta de que eran personas que tenían fractura de muñecas. Yo me planteaba si la persona influye en el resultado de mi fractura de muñeca… Ahí me di cuenta de que lo que le pase a la persona influye directamente.

Entonces conocí a un paciente, el profesor (Ricardo) Moreno, que es fundador de la facultad de Psicología de Tucumán y de la Facultad de Psicología de La Plata. Buscaba la forma de poder llegar a las personas cuando las trato por una cuestión de dedos; en que así como se administran antibióticos para ayudar, yo pueda influir en esa persona para que se cure mejor, porque veo que hay pacientes que no se curan bien, y que no es por un problema técnico o por la lesión que han tenido, sino que algo está pasando, un conflicto arriba. Conversamos mucho con Moreno y hubo una sincronización fantástica. Él tenía 90 y pico de años, yo tendría 40 y pico, pero nuestras cabezas estaban hermanadas. Y comencé a aprender del ser humano, de las personas, de los conflictos, entender cómo respondían. Ahí aprendimos que existe el término, que hace muchos años que se había dejado de lado, “accidentitis”, que había ciertas personalidades que eran propensas a tener ciertos accidentes.

-Eso se entiende mucho cuando uno habla de gente que está estresada, ya que aparentemente es más propensa a que tenga accidentes o problemas a raíz del estrés.

- La comprensión de eso del estrés es lo que te decía de la plasticidad neuronal, que es la forma en que el cerebro actúa. Es plástico, es moldeable. Se va moldeando a las situaciones de acuerdo a su percepción. Eso es plasticidad neuronal. Con respecto al estrés, es la respuesta del organismo de la célula ante el estímulo externo, luego todo lo que hacemos es estrés. Yo te estoy hablando a vos, porque vos me empezaste a preguntar, vos te enfermaste cuando te cortaste el dedo y tu respuesta va a ser de acuerdo a tu experiencia. Y tu historia es única, porque vos aprendiste a marcar el dolor, a sufrir el dolor con esto y con aquello. Con mucho susto o con menos, con desgano o falta de responsabilidad en el tratamiento, de acuerdo a tu propia historia.

- ¿Cuando está operando, sus dedos, sus manos son sus ojos?

-Está todo hermanado. El concepto va más allá de la sensibilidad del tacto. La sensibilidad de los dedos es sensibilidad de profundidad, de presión y todo eso combinado hace un sentido aparte que es el háptico, que es tridimensional. Yo puedo moldear una figura, porque tengo un concepto de profundidad cuando palpo. Fijate cuando estás hablando de lo que los ojos ven en 3 D. Eso es el sentido háptico. Y leyendo sobre el sentido háptico, encontré un señor que se llama César Delgado, de España, un escultor. Un tipo fascinante que era ciego, y es famosísimo porque hacía esculturas de lo que se imaginaba. Ciego de nacimiento, tiene un blog donde habla de sentido háptico, y fue campeón de yudo, representante de España olímpico y entrenaba con el equipo olímpico vidente. Él tomaba la ropa al rival, con sus mano, él veía y se daba cuenta, de acuerdo a sus tensione, cuando estaba apoyándose en la pierna izquierda el oponente y de lo que tenía que hacer. Él se obligaba a sí mismo a desarrollar ese sentido háptico. Y se hacía llevar, para entrenarse a sí mismo, al medio de bosque y, con su bastón, se volvía a su casa. Ubicarse con el sol, las temperaturas, las sensaciones y así armaba su mapa. Y se volvía…

-Escultor ciego…

Hace esculturas de lo que él imagina cómo son las cosas. Porque si él nunca ha visto una campana ¿cómo la va a moldear? Sin embargo, él lo hacía. Si te ponés a mirarla, es rara, con colores, nunca ha visto el color, pero es muy fascinante. Él ha escrito mucho sobre eso. Desde su visión de no vidente te permite llenar los huecos que nosotros tenemos en la comprensión de todo eso.

-¿Trabaja en ese sentido háptico en las impresiones 3D para operar?

- Yo hasta voy a dormir con la mano impresa en 3D, llevo la fractura, la voy tocando, la voy aprendiendo. Yo sé que mis manos van aprendiendo, son mis ojos en la cirugía, porque voy a entrar por una incisión chica y lo que toco sé que es una punta, pero a veces hay que adivinar y mirar radiografías. Pero a como ya he aprendido con la impresión en 3D, ya sé que tengo que entrar hacia ahí y si toco eso ya sé dónde estoy porque me voy haciendo la imagen mental a través de lo que toco. Por eso digo que están hermanados intensamente.

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