Covid y dengue: los riesgos de la doble infección

Covid y dengue: los riesgos de la doble infección

Hay que estar atentos: es posible tener las dos enfermedades al mismo tiempo y esto puede implicar complicaciones en la salud del paciente.

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Es un peligro siempre latente. Aunque no todos los años tengamos epidemias de dengue, cuando la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti aparece, suele ser difícil de frenar. Por eso, generó mucha preocupación la noticia que se difundió este fin de semana sobre una mujer que regresó de Brasil con una doble infección: dengue y coronavirus.

El hecho se registró en Rosario. La paciente, al regresar de sus vacaciones, comenzó con síntomas de fiebre, dolores musculares y articulares los primeros días de febrero. Al consultar un sanatorio privado, y de acuerdo a la sintomatología que manifestaba, se le realizó un hisopado que dio positivo para Covid-19. Al persistir los síntomas y sumarse otros signos, la mujer realizó una nueva consulta y mediante la evaluación clínica se sospechó la posibilidad de un cuadro de dengue, que fue confirmado mediante un análisis de laboratorio.

Muchas personas están volviendo de sus viajes de vacaciones. A eso hay que estar atento. En nuestra provincia, los brotes de la enfermedad comienzan con casos importados de gente que regresa con el virus de otro país (Brasil, por ejemplo) o de otra provincia donde el dengue es endémico (norte de Argentina). Luego, al ser picados por otros mosquitos en Tucumán, pueden dar lugar a un brote, según explica Giselle Rodríguez, investigadora del Instituto Superior de Entomología del Lillo.

Esto ocurre también porque el mosquito Aedes está muy presente en nuestra provincia. Los últimos días de lluvia y sol seguramente han favorecido la proliferación de estos insectos. Por eso, la especialista insiste en que se deben redoblar las tareas de prevención en las casas.

Las autoridades del Ministerio de Salud informaron que el virus del dengue no está circulando en la provincia. Pero que puede ingresar en cualquier momento. Y en medio de la pandemia de covid-19 hay un dato fundamental: hay síntomas compartidos por ambos virus, como la fiebre y los dolores de cabeza y musculares. Diferenciarlos en los consultorios febriles es un gran desafío y a la vez un problema si se mezclan. “La doble infección es un peligro porque implica complicaciones”, explica el infectólogo Juan Manuel Núñez. La coexistencia de dos infecciones puede potenciar el daño en el enfermo porque son dos frentes de batalla para el sistema inmunológico.

“Por otro lado, el hecho de que muchos tucumanos ya tuvieron dengue también nos tiene que poner en alerta. La segunda infección con esta enfermedad puede traer complicaciones. Por eso, el diagnóstico diferencial de dengue es clave”, insistió el médico.

En el consultorio

En estos momentos, si una persona llega con síntomas de fiebre y dolor muscular se piensa primero en coronavirus. De todas formas hay algunas señales que diferencian una infección de la otra. Núñez explica que la covid 19 tiene síntomas respiratorios y el dengue, reacciones eruptivas; por ejemplo. Otra señal es la fiebre, que en caso de dengue se puede extender más tiempo.

El dengue es una enfermedad viral. Los pacientes suelen tener fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, escalofríos, vómito, dolor detrás de los ojos, ronchas y sarpullido en el cuello y el tórax principalmente. Luego del cuarto y quinto día hay una mejoría de la fiebre y los síntomas. Pero en algunos casos un cuadro puede complicarse con reaparición de la fiebre dolor abdominal intenso, vómitos, sangrado de mucosas, irritabilidad y somnolencia.

Núñez recuerda que en la última epidemia que se registró en Tucumán, en 2020, atendieron muchos casos de gravedad. Hace dos años, en la peor epidemia de la historia local, tuvimos más de 7.800 casos. Además, por primera vez, se reportaron muertes por esta patología en la provincia. Hubo cuatro decesos. En 2021, en cambio, hubo sólo 28 casos, ninguno de gravedad. En este momento, la provincia no registró casos confirmados de dengue. Sin embargo, sí hubo reportes de casos sospechosos.

Cabe recordar que las epidemias de dengue tienen una particularidad: generalmente no se repiten año a año sino que lo hacen por ciclos. Por ejemplo, Argentina tuvo un pico de casos en 2016 y luego en 2019/2020. Pero eso no significa que nos podemos olvidar de prevenir. Hay una frase que siempre repiten los expertos y que dice “sin mosquito no hay dengue”. Por eso -resalta Rodríguez- es fundamental conocer las catacterísticas del insecto: el Aedes aegypti necesita de agua para poder desarrollarse. Pone los huevos en las paredes de los recipientes, por encima del nivel del agua, para que cuando el nivel suba, puedan eclosionar. De ahí que no tener cacharros que junten líquido es una de las mejores estrategias para hacerle frente al avance de la enfermedad.

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