Un café con "Goyo" y sus memorias

Un café con "Goyo" y sus memorias

Honrado con el “Cap” de la URT, comparte historias de su vida en el rugby y en los medios.

EN LA OFICINA. García Biagosch en la secretaría del Lawn Tennis, escoltado por sus predecesores. A fin de año culminará su segundo mandato como presidente. la gaceta / foto de inés quinteros orio EN LA OFICINA. García Biagosch en la secretaría del Lawn Tennis, escoltado por sus predecesores. A fin de año culminará su segundo mandato como presidente. la gaceta / foto de inés quinteros orio

“El club es la familia que elegimos. Y a mí, este me ayudó a formarme y a iniciar un camino”. Con esas palabras resume Gregorio García Biagosch el papel que jugado en su vida el Tucumán Lawn Tennis, ese club al que llegó a los 14 años “más que nada por la pileta” y que terminó convirtiéndose en algo a lo que puede llamar hogar más que a su propio domicilio. Esto puede sonar exagerado, pero no: de todos los lugares que conoció en su vida, difícilmente en alguno haya pasado más horas que en la sede del club del Parque 9 de Julio. “No estoy seguro, pero debo ser el dirigente con más años en la historia de este club”, apunta “Goyo”, que lleva más de 50 años cumpliendo diferentes funciones en la institución, y desde hace cinco la presidencia. Una larga experiencia, palabra que prefiere antes que trayectoria (”me suena pomposa”, explica) y que a fines del año pasado lo hizo acreedor del “Cap”, la máxima distinción que otorga la Unión de Rugby de Tucumán.

“El ‘Pollo’ (Marcelo Corbalán Costilla, presidente de la URT) tuvo la deferencia de venir al club a comunicármelo en persona. Me emocioné mucho al recibir la noticia y al leer declaraciones que emitieron al respecto algunas personas vinculadas al rugby sobre mi elección, que entiendo fue por unanimidad. Esas palabras me llenaron de satisfacción. Fue como un moño para ese celofán que va envolviendo tu vida. Pero no sentí como que fuera un cierre: al contrario, sentí mayor compromiso”, asegura “Goyo”.

De jugador a dirigente

Así como el rugby mismo, Gregorio llegó al Lawn Tennis procedente de Natación. “Era la época de ‘Cuchi’ de la Serna, Lomáscolo, ‘Tuto’ Ritorto y otros próceres. Fue un paso efímero antes de llegar acá”, recuerda “Goyo”, cuya carrera como wing forward de los “Benjamines” duró apenas tres años. “Me lesioné el hombro en un partido, y cuando volví descubrí que tenía miedo. Y como además no era buen jugador, por no decir malo, entendí que ya no tenía nada que hacer dentro de la cancha. Decidí seguir desde afuera, porque me gustaba el deporte, con sus valores y los amigos que había hecho. Así me hice dirigente. Debo destacar la influencia que ejerció en mí Jorge Muñoz, por su conducta y seriedad. Por eso lo estimo y le agradezco muchísimo”, resalta, con la voz quebrada de emoción y gratitud.

A lo largo de la entrevista, “Goyo” luchará unas cuantas veces por contener las lágrimas. “Dicen que los que somos operados del corazón quedamos más sensibles. En mi caso, puedo dar fe que es verdad”, certifica. Y es que son tiempos difíciles de llevar. Así como no duda elegir a los amigos como lo mejor que le ha dado este más de medio siglo de rugby (”hay momentos lindos, pero son eso, momentos; en cambio los amigos quedan”), también siente la partida de muchos de esos amigos como lo más duro que le ha tocado enfrentar. “La pandemia se llevó a varios muy queridos. Por mí y por toda la gente del club. Tener que ir a despedirlos fue realmente difícil”, suspira. Nombra a varios, pero evita profundizar por temor a que alguno se le pase por alto.

“Goyo” admite que él mismo pasó momentos complicados de salud durante la pandemia. “Yo tuve covid y estuve internado. Soy enfermo de riesgo, y si me salvé fue gracias a las dos vacunas que tengo. Por eso no entiendo a la gente que recomienda no vacunarse. Cuando estuve internado, recibí expresiones a través del celular que no sé si merecía, pero me ayudaron mucho. Creo que si algo se puede rescatar de la pandemia es que nos enseñó a valorar un poco mejor nuestra vida y la de nuestros afectos. Durante la cuarentena tenía un ejercicio: hablar por teléfono con amigos con los que hacía rato no hablaba. Era una forma de sobrellevar esta maldición que no sabemos cuándo se va a terminar. Ojalá sea pronto”, anhela.

Historias de la TV

A “Goyo” le gusta analizar lo que ve en la tele o escucha en la radio con la mirada de quien conoce muy bien las entrañas de ese mundo. A la par de su carrera de dirigente, desarrolló una ligada a los medios, desempeñándose como productor y a veces conductor de varios programas que quedaron en la memoria de muchos tucumanos. Entre ellos, cabe mencionar a Scrum 5 (su creación más longeva, que al día de hoy continúa), Sábado para Todos, Deportivo 10, Parlamento 10, Cosas que Pasan y Fútbol con Opinión. En este último compartió pantalla con el recordado Luis Rey, de quien rescata una anécdota fabulosa: “una vez vino a jugar Boca en Tucumán. La noche anterior al partido, vienen algunos jugadores al programa, entre ellos Roberto Passucci, de quien Luis había dicho que era de madera mientras comentaba un partido de Boca unos días antes. Desde la tribuna del programa, uno le pidió a Luis que repitiera lo que había dicho de Passucci días antes, y él, que era muy ocurrente, salió del paso con mucha astucia diciendo: ratifico lo que dije: Passucci es una madera porque es inquebrantable en la mitad de la cancha. Así era Luis, un tipo divino”.

También recuerda una muy divertida con Mario Escobar, con quien compartió programas como Deportivo 10 y Sábado para Todos: “hacíamos móvil de exteriores y ofrecíamos un premio bajo una consigna. Una vez, el premio iba a ser para la primera persona que llegara con un pollo o una gallina adonde estaba el móvil. Al rato llega Mario al estudio con el ganador, pero era tanto el calor que hacía en el estudio en esa época del año, que en lo que esperaba para recibir el premio en cámara se le murió el animal. Tuvimos que salir todos a buscar a la vuelta del canal a ver si alguien tenía un pollo o una gallina para prestarnos y así poder entregarle el premio a esta persona en el programa”.

“Goyo” tiene mucho para contar de esa faceta de su vida. Las veces en que le fue mal, como cuando compró los derechos del Mundial 82 y se fundió (”igual, me comprometí con la audiencia a tener un camarógrafo en España y lo cumplí”), y también de cuando le fue bien, como con el Mundial del 86 y el primer Mundial de Rugby, en el 87. Recuerda con nostalgia esa adrenalina de cada programa, en el que conseguir cada imagen o contenido que se transmitía demandaba todo un operativo de logística.

Gracias a los avances de la tecnología, hoy es todo mucho más sencillo e instantáneo, pero también menos apasionante. “Antes nos adecuábamos. Superábamos los inconvenientes con imaginación. Hoy estoy peleado con la tecnología. Necesito un profesor que me dé un curso para usar el celular, porque no le entiendo”, reconoce. Resulta curioso que alguien tan avezado en la era analógica esté tan distanciado de la digital.

Capeando el temporal

Observado por los retratos de sus predecesores desde una de las paredes de la secretaría del club, García Biagosch se encamina a cerrar su segundo y último mandato como presidente del Tucumán Lawn Tennis. Admite que no fue fácil atravesar la época de pandemia, en la que hubo que sostener el club a pesar de una sensible pérdida de ingresos. “Debo agradecer a la Comision Directiva y las subcomisiones porque nos ayudaron a capear este momento tan difícil que tuvimos. También rescato los subsidios que brindó el gobierno nacional, como el ATP y el Repro, porque los clubes deportivos son lugares de contención que deben seguir funcionando. Y un agradecimiento especial a los socios que, aunque no podían hacer uso de las instalaciones, hacían su aporte. Ellos entendieron que al club lo hacen las personas, los afectos, la solidaridad. La sede es solo una parte: sin la gente, sería solo una cáscara vacía”, grafica.

Por otro lado, resalta que a pesar de la crisis, se pudieron concretar algunos avances. “En El Salvador se hizo un quincho nuevo con baños nuevos y un baño para personas con discapacidad. Se han mejorado las canchas y ojalá podamos terminar acá el gimnasio de alto rendimiento, que es muy costoso”, detalla.

¿Qué pasará una vez que entregue el mando? Cualquier cosa menos dejar de hacer. “Si bien mi mandato se terminará este año, siempre habrá algo en que pueda ser útil”, asegura “Goyo”, que tiene algunas ideas en mente para ese después. Aunque de momento prefiere enfocarse en el ahora, donde todavía tiene mucho que hacer.

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