La política económica, en el banquillo de los acusados

La política económica, en el banquillo de los acusados

Un economista considera que el Gobierno se encierra en una situación paradojal, respecto de los dólares.

04 Diciembre 2021

El barco sale a navegar buscando un buen destino, pero en el viaje tiene un problema: ingresa agua a la sala de máquinas. El capitán decide hacer una reparación casera, seguir el viaje y no volver al puerto de origen para evitar el bochorno generalizado. Para ello cambia unas partes del barco, y hace que este navegue, aunque más lento. De pronto llega una tormenta, que hace que pierda estabilidad al no poder tener velocidad. Todo ello genera desconfianza hacia el capitán por parte de la tripulación y de los pasajeros, y cunde el pánico.

Esta es solo una resumida alocución del economista Manuel Alvarado Ledesma, publicada en el sitio AgroEducacion -institución en la que también es docente-, que este hace al tratar de graficar cómo es la política económica actual cuya la credibilidad está en el banquillo de los acusados.

Luego de meses de parches y de arreglos provisorios, el mercado cambiario se resquebraja. Cada vez hay menos reservas, el Banco Central de la República Argentina obliga a los bancos a librarse de sus dólares y se prohibió la venta en cuotas de servicios turísticos y de pasajes al exterior, lo que generó miedo en la sociedad. Resulta increíble que todo esto suceda en un año y en un momento excepcional, debido a la entrada de divisas provenientes de la actividad agrícola.

Entre enero y octubre, en concepto de exportación de cereales, oleaginosas y subproductos, ingresaron alrededor de U$S 34.000 millones; cerca de un 45% más que durante el mismo lapso del año anterior.

La paradoja se patentiza en el trigo. Desde el 14 de octubre pasado, por disposición oficial, la exportación debió dejar de declarar ventas al exterior. Y el país necesita desesperadamente la entrada de dólares. Acaba de comenzar la cosecha de trigo y de cebada, que ya cubriría cerca del 25% de la superficie. Y se estima que, durante los próximos tres meses, la exportación de estos cereales y de los correspondientes subproductos traerán cerca de U$S 3.000 millones. Todo ello, en un mercado global que muestra una firme tendencia alcista en los precios de estos productos. Obviamente, factores como las lluvias en Australia y la magra condición de los cultivos de invierno en EEUU han hecho lo suyo.

En tanto el secretario de Comercio Exterior de la Nación, Roberto Feletti, acaba de echar nafta sobre el fuego, al dejar abierta la posibilidad para una suba de los derechos de exportación. La obsesión por “desvincular” los precios locales de los internacionales sigue vigente. Pan para hoy, hambre para mañana. Las autoridades no comprenden o no quieren comprender que la manera de cubrir las necesidades del mercado local y de promover el desarrollo está en las exportaciones.

A la larga, los parches solo sirven para acentuar el problema. Están dadas las oportunidades para mejorar el cuadro. Por favor, no las desperdiciemos. Quizás la necesidad imperiosa de contar con más dólares haga que el Gobierno sea más racional.

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