La causa “Lebbos” era secreta hasta para los prosecretarios del ex fiscal Albaca, según testigos

La causa “Lebbos” era secreta hasta para los prosecretarios del ex fiscal Albaca, según testigos

Ex funcionarios de la extinta Fiscalía N°2 reiteraron lo que ya había dicho otro compañero de esa unidad: sólo el títular y el secretario accedían al caso.

EX FISCAL DE INSTRUCCIÓN EN LO PENAL N°2 DE ESTA CAPITAL. Carlos Albaca en la silla de los acusados. EX FISCAL DE INSTRUCCIÓN EN LO PENAL N°2 DE ESTA CAPITAL. Carlos Albaca en la silla de los acusados. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO

Si los testigos dijeron la verdad, tal y como juraron hacerlo, la causa “Lebbos” fue durante casi siete años una especie de realidad paralela desconocida entre los integrantes de la unidad del Ministerio Público Fiscal de Tucumán que debía esclarecerla. Dos antiguos prosecretarios de la extinta Fiscalía de Instrucción en lo Penal N°2 de esta capital, Carlos Edgardo Artaza y Asis Safe Jaluf, manifestaron ayer en el juicio oral y público del ex fiscal Carlos Albaca que solo este y el ex secretario Emilio Salazar accedían al expediente. Estos testimonios coinciden con el que había prestado la semana pasada el ex ayudante fiscal de Albaca, Luis Ariel Faria Coloiacovo.

El ex titular de la Fiscalía N°2 está acusado de la supuesta comisión del delito de encubrimiento agravado en perjuicio de Paulina Lebbos, joven asesinada en 2006, por la forma en la que manejó el proceso entre abril de ese año y mediados de 2013. Se le achaca a Albaca el haber paralizado la pesquisa y frustrado medidas de prueba decisivas, entre otros posibles actos ilícitos. Pero ni Artaza ni Jaluf brindaron datos que permitieran entender cómo cumplió su superior la obligación de esclarecer uno de los crímenes con mayor trascendencia institucional de la historia de los Tribunales provinciales. Lo mismo había ocurrido en la audiencia del jueves pasado con el testigo Faria Coloiacovo.

Artaza manifestó que no había tenido ninguna intervención en la causa “Lebbos”: argumentó que él estaba asignado al turno vespertino y que aquel expediente era “trabajado” durante la mañana. “Cuando llegué a la Fiscalía N°2, en 2011, la causa ya tenía estado reservado en el sistema informático”, dijo. El funcionario agregó que carecía de poder de decisión; que no recibió ninguna clase de instrucción; que no se reunió nunca con Albaca para tratar el tema “Lebbos” y que desconocía que el fiscal Daniel Marranzino había sido asignado al proceso. “Me enteré por los diarios”, admitió ante los jueces Fernanda Bähler (presidenta), Wendy Kassar y Raúl Cardozo. “Sé que Faria Coloiacovo hizo algún decreto”, refirió. Interrogado por el fiscal Gerardo Salas, Artaza afirmó que Albaca y Salazar eran los únicos que podían ver la causa.

La cuestión del hermetismo de “Lebbos” generó la primera y por el momento única petición de investigación de presunto falso testimonio en este tercer enjuiciamiento de agentes estatales que debían dilucidar el homicidio. El ex fedatario Salazar expresó en distintas oportunidades que no había declaración de secreto de sumario, pero un informe de 2013 con su firma lo desmintió. Tanto Salas como la abogada querellante, Soledad Deza, solicitaron que el testigo sea sometido a un proceso penal. Salazar y Albaca se jubilaron en el mismo año, 2014, con el beneficio del 82% móvil. El ex fedatario también manifestó que no recordaba el caso “Lebbos”: “todas las medidas eran dictadas por Albaca. Pasaron tantos años... juro que no me acuerdo”.

“Nadie nunca”

“Yo tenía el cargo de prosecretario, pero la causa ‘Lebbos’ nunca pasó por mis manos”, explicó Jaluf, que era encargado mayor cuando el ex fiscal N°2 sustituyó a su par Alejandro Noguera en la dirección de la pesquisa del crimen de la joven: al año siguiente, 2007, ascendió a “pro”. “Yo llevaba ‘letras’; iba a la morgue y a la Cámara Gesell; tomaba declaraciones a testigos y a imputados, y me encargada del tema de los ADN”, describió.

“¿Por qué no intervino en ‘Lebbos’ si llevaba y traía pruebas de ADN?”, inquirió Bähler, que al comienzo reprendió al funcionario por llegar tarde al juicio y le advirtió que la próxima vez “iba a sancionarlo” (se informa por separado). “Eran decisiones de la Fiscalía, doctora. Yo no podía decidir dónde iba a intervenir”, contestó Jaluf. “¿De quién eran las decisiones?”, preguntó la jueza. “Del doctor Albaca. Él era el titular de la Fiscalía y asignaba las tareas... él y el secretario (Salazar)”, explicitó Jaluf. Y precisó que él no tenía acceso al expediente “Lebbos”. “¿Por qué?”, insistió Bähler. “Porque nunca la manejé ni me pidieron que lo manejara. Nunca intenté siquiera entrar”, respondió. “Si hubiera querido, ¿habría podido entrar?”, dijo Bähler. “No lo sé. Sí sé que (el caso) tenía acceso reservado. Todos lo sabíamos”, expresó Jaluf.

El prosecretario declaró que no sabía qué papel le correspondía cumplir al fiscal Marranzino y que él carecía de poder de decisión. “Menos en esa causa”, subrayó. “Lo poco que sé sobre el proceso lo sé por los diarios. Vuelvo a repetir que las actuaciones jamás pasaron por mis manos”, insistió. “¿Usted como prosecretario no sabía lo que pasaba en la Fiscalía?”, interrogó Bähler. “No, doctora... De las otras causas, sí”, afirmó Jaluf. “¿Y de ‘Lebbos’ no tenía idea? ¿No escuchaba nada? ¿Nadie comentaba?”, volvió a preguntar la magistrada. “No, doctora”, reiteró el “pro” de Albaca.

A instancias del fiscal Salas, Jaluf reconoció que vio cómo Alberto Lebbos, padre de la víctima, acudía de manera recurrente a la extinta Fiscalía N°2. “A lo mejor yo me levantaba para ir a buscar un expediente, miraba hacia el mostrador y ahí estaba él (Lebbos). Casi siempre estaba en los Tribunales. Fue algo constante”, refirió. A continuación, precisó que él nunca habló con Lebbos y que no recordaba si la prensa había averiguado sobre la marcha de la investigación. Jaluf aseguró: “nadie nunca me preguntó nada a mí”.

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