Una figura de Atlético de los 70 y los 80: el crack no está solo

Una figura de Atlético de los 70 y los 80: el crack no está solo

Ante la necesidad de Víctor Hugo Palomba de que le practiquen una operación de cadera, sus amigos hicieron un partido para recaudar fondos.

AYER Y HOY. Víctor Hugo Palomba, gritando un gol en un clásico. Y con  los amigos que se reunieron en un partido solidario para recaudar fondos para una operación.  AYER Y HOY. Víctor Hugo Palomba, gritando un gol en un clásico. Y con los amigos que se reunieron en un partido solidario para recaudar fondos para una operación.

“Era el jugador que tenía resuelta la jugada antes de que le llegue la pelota”. La grandísima definición de Armando Cerrutti, un central de los años 40 de Atlético, marca quién era Víctor Hugo Palomba. Fue un jugador que se lució en el “Decano”, y que también llegó a jugar en San Martín. Hizo muchos goles: su virtud también estaba en hacerlos de cabeza. Pero hay mucha gente que recuerda numerosos momentos de su fútbol excelso. Por ejemplo, cuando en 1978, perdiendo el clásico con el “Santo” (que había marcado por intermedio de “Pamperito Toledo), logró la igualdad con un tanto de taco.

“Palo”, como le decían sus compañeros, “Palito”, como lo apodó el público, se ganó el cariño de todos.

Algo de ese afecto se vio hace pocos días, en el complejo “José Salmoiraghi” de Atlético. El crack atraviesa un momento complicado de salud. Entonces, se organizó un partido solidario para recaudar fondos para ayudarlo. Atlético terminó por vencer a Sportivo 4 a 2.

Palomba hoy tiene 71 años. Nació un 4 de julio de 1950. En Independiente, a los 10 años, comenzó a dar sus primeros pasos. Fue campeón de América dos veces con el “Rojo” y conoció Europa con ese equipo que, entre otros, integraba Ricardo Bochini (con quien todavía mantiene contacto).

Desde 1975 a 1983 la “rompió” en Atlético. A los 38 años dejó el fútbol en Alianza de Cutral Có. Luego, en Perico (Jujuy), fue comentarista deportivo, DT de Talleres y trabajó en el Concejo Deliberante.

“En mayo de 2020 me detectaron un problema en la cadera; en 2016 me había caído jugando. Me va a operar el traumatólogo Guillermo Martínez en el sanatorio 9 de Julio. Ya me hice todos los estudios. Pasa que el problema es la presión, cuando toda la vida la tuve normal. Así que tengo que ir a un cardiólogo primero. El período de recuperación será de casi dos meses”, contó Víctor Hugo.

Si de recuerdos se trata, hay uno valioso. Fue cuando jugó con Jacinto Eusebio Roldán en un equipo de la Federación Tucumana que le ganó a la selección juvenil de Argentina antes de ir al Mundial de Japón de 1979 por 2 a 1, con goles de Paz y Medina. Ramón Díaz hizo el descuento. La formación local estaba integrada por Ruiz; Medina, Millicay, Urcevich y Macat; Roldán, Amati y Palomba; Tártalo, Paz y Fressia.

“Viví siempre del fútbol, coseché buenos amigos. Soy un agradecido de toda la gente que me ayudó” dijo Palomba sobre el encuentro que reunió a unas 100 personas en el complejo. “Fue hermoso haber compartido un lindo momento. Hay mucha gente, de Atlético y de San Martín, que me mandó mensajes y que me llamó. Agradezco sobre todo a la dirigencia y empleados del club; a ‘Cacho’ Cortalezzi, que jugaba en Reserva; a Jorge Leal; a Ramón Cano. Luis Barrionuevo, de Camioneros, me dijo que se pondrá en contacto con Hugo Moyano. También a la Mutual del Futbolista y a Orlando Roldán, dueño de un hotel de Congreso al 100, donde vivo desde diciembre”.

Palomba compartió con sus amigos horas de charla, con el fútbol de por medio. Ahora vienen para él días para estar tranquilo, camino a la necesaria operación. “Repito: muchas gracias de corazón. Cuando me recupere, volveré a reunirme con todos”, concluyó.

Una carrera con puntos altos

Palomba llegó al “Decano” a préstamo, proveniente de Independiente, junto con Eduardo Méndez, en 1975. A cambio, Atlético cedió de manera definitiva al “Rojo” a Víctor Arroyo y a José Lencina. Su debut oficial fue en un 0-0 por el torneo de la Federación Tucumana, frente a San Martín. Esa tarde compartió el mediocampo con Orlando Espeche, Ricardo Julio Villa y Francisco Castro.

En esos años, Atlético se caracterizaba por sus individualidades. Ganó el torneo local y la zona norte a Ledesma de Jujuy (perdió 1-0 y en el estadio de San Martín ganó 5-3). En el Torneo Nacional del 75, clasificó a la etapa final tras quedarse con su zona, pero en el octogonal final River fue el campeón, y el “Decano” terminó sexto.

“Palito” regresó a principio de 1976 a Independiente, pero volvió en septiembre de ese mismo año, cuando Atlético le compró el pase. Y ganó las ediciones de la Liga Tucumana de 1977, 1978 y 1979.

También en 1979 llegó a la semifinal frente a Unión por el Campeonato Nacional, al que finalmente se lo quedó River. En 1982 fue a préstamo, junto con David Millicay y Gabriel Puentedura, a San Martín, para jugar el Nacional desde febrero a mayo. Los “Santos” llegaron a semifinales y perdieron con Estudiantes, que al final salió campeón.

En 1983, en su último año en el club, volvió a ser campeón de la Liga con Atlético. En ese equipo aparece su sucesor, Raúl Aredes y otros nombres como Luis Reartez, Pedraza Clemente y Julio Barreto.

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