28 Octubre 2021
El poeta Dante anticipa que los suicidas serán condenados al séptimo círculo del infierno, en la que se convertirán en árboles que carecen de movilidad. Tal vez se refiera a los árboles que se fosilizaron en el carbonífero y que irracionalmente empleados por nuestra especie como combustibles y rodeando la atmósfera están convirtiendo nuestro hábitat en un infierno en la que estamos nosotros, los suicidas. Porque en realidad los árboles, no los fósiles, los seres vivos; si se mueven, se mueven huyendo de sus depredadores. Por eso es que cada vez hay menos sombra y más calor. No importa los ambiciosos planes de reforestación que de haberse cumplido hubieran dado un número de Avogadro de especies vegetales, que obviamente están ausentes. Un lector- el Sr. Roncedo - habitualmente escribe en esta sección reiterando la misma propuesta, hacer un censo de árboles por lo menos en nuestra ciudad, ello nos permitiría establecer un plan y un seguimiento de las especies que puedan dar sombra y adaptarse al calentamiento global. A pesar de la sensatez de la propuesta, de su sencilla aplicación y de que en grandes ciudades como Nueva York el mencionado censo ya se ha llevado a cabo con un resultado exitoso, nadie ha acogido hasta el momento la iniciativa. Parece que para Dante el destino de los suicidas era inexorable. Razón por la cual deberíamos pensar que si no queremos terminar en el séptimo círculo del infierno, deberemos dejar de suicidarnos.
Marcelo Daniel Cena
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