El peso de la lealtad

Nadie puede solo. Ese parece ser el mantra para el peronismo este año en el Día de la Lealtad. La fecha, una de las más significativas para el movimiento, coincide con un momento particularmente convulsionado para el oficialismo nacional y para el provincial, aunque por distintos motivos.

En el ámbito nacional, las vertientes peronistas que integran el Gobierno convocaron distintas manifestaciones en diferentes días. Inicialmente, a la cabeza de la organización estaba el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, la idea se fue desdibujando por la pandemia, las internas y el viaje del tucumano a Estados Unidos. Tras varias contramarchas, siguió en pie el sorpresivo llamado de Alberto Fernández, presidente del PJ, a celebrar en las plazas de todo el país. Cristina Kirchner también se sumó a invitar a los militantes a ocupar esos espacios, para estar “cerca del pueblo”. La marcha de la CGT, en tanto, se concretará mañana.

En el justicialismo saben que las distintas convocatorias en Buenos Aires dan cuenta pública de la dispersión por la que atraviesa el oficialismo allí, que parece no poder reunificarse tras la derrota de las elecciones Primarias. La unidad es un objetivo que aparece desdibujado. Las contradicciones de la gestión y las diferentes miradas sobre cómo abordar los conflictos generaron idas y vueltas. Las peleas intestinas parecen no dar tregua en la Rosada y desde las provincias se observa con atención lo que sucede porque en ese escenario hay dudas de que el resultado de las PASO en los distritos en los que se perdió pueda revertirse.

En Tucumán, fuentes del partido confirmaron que no habrá eventos oficiales ni movilizaciones por la fecha. Evaluaron la situación sanitaria y social y determinaron que las condiciones no eran las adecuadas como para desarrollar un acto. No hubo una bajada de línea a la dirigencia al respecto, por lo que algunas agrupaciones realizarían sus celebraciones acotadas durante las próximas jornadas. Además, la fecha quedó demasiado cerca del acto que encabezaron Fernández, Manzur y Jaldo en el Hipódromo.

La realidad política local es bastante disímil, teniendo en cuenta que el resultado en la provincia del Frente de Todos fue muy bueno. En el peronismo local consideran que las turbulencias federales no afectarán el resultado ni la gestión. De hecho, esperan no sólo consolidar sino también ampliar un poco el margen de votos en relación al resto de las fuerzas. De hecho, Manzur y Jaldo comentaron a sus cercanos que Fernández los habría saludado y calificado como un “ejemplo para el peronismo” en un viaje en helicóptero que compartieron durante la visita a la provincia. Creen que la interna, aunque cruenta y con consecuencias, fue útil y ordenó los espacios. La evaluación del Presidente habría sido que, en las provincias que no hubo pujas de este tipo, el resultado de las disidencias se padeció en las urnas.

La particularidad tucumana está dada por la inclusión de Manzur en el Ejecutivo Nacional y el ascenso de Jaldo como gobernador. El Gobierno intenta acomodarse a su nueva cabeza. Lentamente, el nuevo mandatario apunta a limar asperezas en la dirigencia, a “dinamizar” la gestión prestada y a llevar adelante la campaña para las generales. El mensaje de Manzur y de Jaldo para los suyos es que sólo pueden llevar adelante esta empresa unidos. La paradoja es que a dos meses de las internas, Manzur necesita y depende de Jaldo y viceversa. Ese es el peso de la lealtad.

Los líderes del oficialismo mantienen un buen vínculo de conveniencia. El recelo, sin embargo, continúa entre las bases del jaldismo y el manzurismo. De a poco, intentarán reconstruir las relaciones dañadas, sobre todo, con algunos intendentes. En las próximas horas, por ejemplo, Jaldo compartiría un acto con el intendente de Monteros, Francisco Serra.

Por otro lado, los actos proselitistas se multiplicaron y extendieron por el territorio. Jaldo compartió actividades con los candidatos. Será una etapa corta y sin actos masivos que se espera que se intensifique en el último tramo. En estos días, saldrá un spot en los medios audiovisuales con Jaldo como protagonista, brindando respaldo a las listas para el Congreso que encabezan Pablo Yedlin (senadores) y Rossana Chahla (diputados).

Una y una

La semana que había comenzado con la auspiciosa reunión entre Manzur y Jaldo en Buenos Aires, acompañados por ministros provinciales y nacionales, tuvo altibajos. Le siguieron reuniones con funcionarios en las que Jaldo los exhortó a salir a la calle y a brindar soluciones a la gente. El gobernador sigue minuciosamente el rendimiento del staff manzurista y, según sus allegados, no descarta llevar adelante cambios eventualmente. Habría hecho saber esto puertas adentro en la sede de la gobernación.

En la Casa de Gobierno local hubo otros momentos incómodos porque afrontaron la polémica nacional por el uso de uno de los aviones oficiales para el viaje de Manzur a Nueva York. Como contraparte, la captura del femicida y filicida Roberto Rejas generó alivio. La inseguridad y el desempeño de la Justicia son otros de los asuntos que, afirman, desvelan a Jaldo.

En los próximos días habrá gestos y hechos políticos. Habrá visitas y videoconferencias con funcionarios nacionales, relacionados con Obras Públicas y Medio Ambiente. La principal acción estaría relacionada con los salarios estatales y habrían anuncios importantes. Pero las autoridades saben que, pese a los planes, la realidad política se traza día a día en la provincia.

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