Cuestión de colores: de la pasión por la “Albiceleste” y de lo que cuesta un “verde” en Argentina

Cuestión de colores: de la pasión por la “Albiceleste” y de lo que cuesta un “verde” en Argentina

En las afueras del Monumental, la mayoría de los hinchas consultados por La Gaceta descartaron de plano viajar a Qatar para acompañar a Lionel Messi en su intento por hacer realidad su sueño mayor: levantar la Copa del Mundo.

Cuestión de colores: de la pasión por la “Albiceleste” y de lo que cuesta un “verde” en Argentina

Un rato antes de darse el gusto enorme de ver en cancha a la selección de Lionel Scaloni, un grupo de seis adolescentes egresados del prestigioso Colegio Nacional de Buenos Aires expresaron su resignación. “Lo pensamos, pero es imposible”, dijeron a coro. ¿Por el costo del pasaje o por la estadía? “Por todo, por todo”, respondieron.

Mientras el viento que originó la alerta amarilla para la tarde-noche de hoy en la capital se ensañaba con su bandera de fulgurante sol en su centro, Lorenzo, de 5 años, no pensaba en otra cosa que en por poder ver en cancha a Messi por primera vez. “¿El Mundial? No hay manera, el dólar no lo permite”, aseguró su padre, con quien Lorenzo llegó en auto desde la localidad bonaerense de Suipacha.

Está claro: ninguno de los consultados siquiera atinó a cuestionar la pregunta. Para todos y todas, Argentina ya está clasificada al Mundial, es solo una cuestión de las matemáticas dilucidar cuándo. Cuatro amigas procedentes de Pilar, en el norte del Gran Buenos Aires, también rechazaron la posibilidad de pisar continente asiático en poco más de un año. Al menos, Dolores se mostró conforme con tener hoy su bautismo absoluto en una cancha de fútbol. Para Lucía y Sofía era su estreno con Messi y la selección. Y Micaela repetía, tras haber estado en idéntico escenario en aquel amistoso con Trinidad y Tobago previo a Rusia 18.

Mientras el barrio de Núñez y zonas aledañas se iba transformando en un caos vehicular de proporciones, alguien se animó a decir, en voz baja y de refilón, “vamos a ir a Qatar”. Oscar, llegado de la ciudad de Santa Fe con su hijo y su hija, hinchas de Rosario Central los tres, recogió el guante que le tiraron sus hijos un momento antes, cuando miraron a su progenitor antes de decirle a este cronista: “Depende de papá”.

“Papá Corazón”, se podría afirmar recordando aquella famosa tira televisiva. Eso piensa Mateo de su padre Julián, quien se convirtió en héroe al practicarle RPC a un hombre que tuvo un paro a un metro de la última valla que lo separaba del Monumental.

De apellido Gutiérrez, este profesor de educación física con formación en RPC, logró sacar del paro al hombre de unos 50 años, que luego fue subido a una ambulancia que lo trasladó a una clínica de la zona.

A Mateo se lo notaba súper orgulloso por los aplausos que el personal de seguridad le tributó a su papá. Como si faltara algo, justo el día en que padre e hijo iban juntos a la cancha por primera vez. “¿Qatar 2022? Quién pudiera”, contestó Julián, con una mueca a mitad de camino entre la frustración y la aceptación.

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