Que volver a la oficina no impida tus comidas saludables

Que volver a la oficina no impida tus comidas saludables

Programar el menú, comprar racionalmente y concentrar las horas de preparación son algunas de las claves. Recipientes y etiquetas.

UNA COCINA ORGANIZADA. Planificar qué se va a comer por varios días y preparar distintos platos en simultáneo permite ahorrar tiempo y dinero. UNA COCINA ORGANIZADA. Planificar qué se va a comer por varios días y preparar distintos platos en simultáneo permite ahorrar tiempo y dinero.

La incertidumbre y el miedo a contagiarse no han desaparecido del todo, pero por ahora la pandemia de covid-19 parece haber aflojado. Claro que, entonces, han aparecido nuevas incertidumbre, relacionadas con los desafíos que implica tener que “soltar” los hábitos que habíamos construido cuando la consigna era “quedate en casa”. Uno de ellos, por ejemplo, es el de asegurar que toda la familia tenga sus comidas saludable disponibles, incluso si los adultos de la casa tienen que estar de regreso en la oficina.

Las claves para lograrlo son dos: planificación (de menús y de las compras consecuentes) y “producción masiva”; esta sería una forma de traducir la expresión inglesa batch cooking, que se usa tanto en la actualidad y que, en realidad, no ha inventado nada nuevo.

En primera persona

“Cuando mis hijos iban a la escuela y yo, a la facultad, mi alternativa fue concentrar mi cursada en cuatro días a la semana y cocinar el que me quedaba libre”, cuenta Cristina Manso (56 años). Al final -agrega- no se recibió; pero asegura que el aprendizaje “culinario” fue muy importante.

“Descubrí que para pelar y picar cinco cebollas no tardás mucho más que para pelar tres, y que a cambio, lo que ‘sobra’ te deja un ingrediente para otra cosa listo. Y si hacés eso mismo con pimientos, zanahorias, etcétera, ganás un montón de tiempo”, destaca, y recomienda: “al preparar una salsa pasa lo mismo o con el relleno de una tarta... Hasta el plato que tanto les gusta lo hacés por partida doble y queda listo la semana que viene”.

No perder lo ganado

Lo cierto es que, sea o no una novedad, este modo de organizarnos en la cocina nos permite tratar de mantener esa tendencia que entre muchos se impuso durante los tiempos más severos de la pandemia: el retorno a lo que en las redes se encuentra con el nombre de realfooding.

Así se busca el retorno a la comida casera y alejarse de los ultraprocesados y del fast food, con todas las ventajas que eso tiene para la salud, sin contar con que comer afuera o hacer el pedido a la oficina siempre es más caro que lo hecho con nuestras propias manos.

Planificar y almacenar

Armar un menú -si te hiciera falta, recetas en mano- permite no sólo asegurar el equilibrio nutricional (debe incluir carnes rojas y pescado; frutas, verduras, hortalizas y legumbres; huevos) sino también tener clara la lista de compras y -dato no menor- las cantidades.

ENVASES DE PLÁSTICO. Asegurate que sean aptos para el microondas. ENVASES DE PLÁSTICO. Asegurate que sean aptos para el microondas.

Se hará así una búsqueda eficiente y no una compra “por impulso”; y se desperdiciarán menos alimentos, porque sólo se llevará lo que se va a cocinar.

Una vez hecho el esfuerzo de las preparaciones (ver tips en “Algunas reglas básicas”), otro desafío es cómo guardar nuestro menú. Será buena inversión un set importante de recipientes, preferentemente cuadrangulares: así se aprovechará hasta el último rincón de la heladera y del freezer.

Por lo mismo, es buena idea también que sean apilables, y que las tapas tengan el mismo tamaño que los recipientes; de ese modo se puede sacar parte del contenido sin tener que descongelar la totalidad.

Si los envases son de vidrio serán más fáciles de limpiar; y, como valor agregado, pueden ir tanto al microondas como al horno. Los de plástico pueden usarse sin problemas para almacenar, pero no todos pueden ir al microondas (y obviamente ninguno al horno).

“Algunos de los plásticos, por ejemplo, los que se utilizan en potes de manteca y en recipientes para fiambres, están diseñados para almacenar alimentos en frío, no para ser recalentados. En caso de que el recipiente en cuestión no tenga una etiqueta que indique que es apto para uso en horno de microondas, coloque sus alimentos en un recipiente que sí lo sea”, destaca el American Chemistry Council en su sitio www.chemicalsafetyfacts.org.

Tiempos de frío

Cuántos días vayan a pasar entre la preparación y el consumo marca si vas a guardar la comida en la heladera o en el freezer. Y el límite máximo son cinco días en la heladera, antes de que puedan formarse bacterias o moho.

Si las comidas van al freezer, hay que colocarlas allí apenas hayan perdido el calor de la cocción. Y conviene que vayan con etiquetas claras (lo ideal, que sean autoadhesivas y usar tinta indeleble) que aclaren el contenido de los recipientes y la fecha de guardado. No sea que en el fondo alguna vez se traspapele algún tupper y se te pasen los tiempos de almacenamiento recomendados.

No olvides que el hecho de que estén en el freezer no implica que los alimentos sean eternos. Aún en frío extremo, se vencen.

Algunas reglas básicas:

- Planificar menús de la semana: organizar al menos una de las comidas centrales de cada día variando los ingredientes lo máximo posible (pasta, carne roja, legumbres, pescado, tartas…).

- Organizar la compra: con las necesidades de ingredientes a la vista, chequear qué hay y hacer la lista de lo que falta comprar.  No adquirir cosas al azar, por “tentación”

- Lavar y fraccionar verduras de hoja: si se lava todo al llegar, se centrifuga y se pone en bolsas cerradas, se mantiene fresca más tiempo y está lista para el consumo. Lo que se consume cocido se puede blanquear unos segundos, picar y freezar. Estará listas para tartas, tortillas y suflés.

- Recipientes para almacenar: los de plástico y hasta bolsas comunes, debidamente lavadas, son útiles (estas últimas, para ingredientes sin líquido, como cebolla, pimientos, zanahoria y ajos picados).

- Para aprovechar tu horno: tener asaderas o fuentes de diferentes tamaños permite aprovechar todo el espacio cocinando a la vez alimentos que requieran la misma temperatura (varias tartas, por ejemplo)

- Más velocidad de cocción: si vas a cocinar pastas o arroz, o calentar humitas, el agua hervirá mucho antes en la pava eléctrica. Y si calentás la olla mientras tanto, el agua no perderá temperatura a pasarla. De hecho, las humitas pueden ir perdiendo frío en la olla mientras esta se calienta y esperás que hierva el agua de la pava.

- En porciones: es la manera más eficiente de almacenar en el freezer la comida ya lista: permite no tener que descongelar todo. Milanesas, hamburguesas, croquetas y/o bocaditos, es conveniente guardarlos envueltos en papel film para poder separarlos con facilidad.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios