Por Nicolás Sánchez Picón
11 Octubre 2021
AFUERA Por la pandemia, y pese a los turnos, muchos hacen fila. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO
Podés pasar días sentado frente a la computadora, poner alarmas en las horas más diversas para estar atento y recargar el sitio, o podés hacerlo por la vía “ilegal”, que es la opción cada vez más elegida. Sacar un turno para el Registro Civil es una odisea. “Es el gato y el ratón”, resume Carolina Bidegorry, directora de la repartición, que confirma la venta ilegal de turnos y recalca que todo el tiempo se toman nuevas medidas en el sistema para doblegar a quienes intentan vulnerar la web y negociar los turnos, que son un derecho gratuito.
Es una mañana cualquiera en el Centro de Documentación Rápida de Crisóstomo Álvarez 970, excepto por una cosa: el sistema acaba de caerse y el ingreso es un caos. Algunos se quejan con la policía, que de muy buena manera explica que los turnos serán reprogramados, y otros, con toda normalidad, se comparten (literalmente al frente de la oficial) los contactos para conseguir citas pagas.
La problemática de los turnos pagos está desde hace años, pero con la reducción de horas laborales y la imposibilidad de aglomeración por el aislamiento y la creciente necesidad de trámites, se hace imposible conseguir turnos. Ahí viene la viveza criolla.
Y no es ningún secreto. A la par de la puerta de entrada hay un cartel muy bien diseñado y colocado en una pared, con un folio que lo protege del agua y reza: “SACO TURNOS”. Para DNI, pasaporte, actas, inscripción de recién nacido, asignaciones y turnos de banco. El contacto, vía Whatsapp.
Federico Von Fürth está esperando afuera del centro a su hija, que ingresó a renovar su DNI. “Antes del covid empezó a haber problemas para sacar el turno, y de a poco comenzó lentamente a saturarse. Es imposible sacar uno, no hay hora en que puedas entrar y conseguirlo -explica-; tuve que pagar el turno porque mi hija termina la secundaria y necesita la actualización del DNI para la escuela y la facultad”. Federico encontró de casualidad un contacto en redes sociales que podía gestionarle la cita. ¿El costo? $ 300. “Pero había gente que me quería cobrar $800 y hasta $ 1000”, remarca.
Y así hay mas casos: de hecho, todas las personas consultadas al azar por LA GACETA afuera del Registro Civil, compraron su turno. “Yo busqué por el Marketplace de Facebook ‘sacar DNI’ y lo pagué, a $ 300”, cuenta al pasar Jazmín.
María de los Ángeles Soria también está esperando a su hija. “Pagué porque no conseguía turno, había personas que me cobraban $ 600, pero terminé pagando $ 200 -comenta-; me lo sacaron de un día para el otro. No sé cómo hacen, porque yo intentaba a las dos o tres de la mañana, incluso mi hija lo hacía”
Lo que preocupa a María es: “¿cómo hacen los que no tienen el dinero para pagar el turno? “Y si no pagás, no lo conseguís”, resume.
Una espera eterna
A Natalia Osorio la asaltaron hace un año y le robaron su DNI y el de sus tres hijos. Todavía no pudo conseguir turno para renovar los documentos. “Intenté muchas veces, en distintos horarios, y nunca pude. En un ciber me dijeron que cada turno los vendían a $ 800 -cuenta-; ¿cómo puedo pagar por algo que nos pertenece y gratis? -se pregunta-. Tengo que hacer tres documentos, entonces tengo que tener $ 3000 pesos (para pagar la cita) y aparte $ 900 (por el costo del documento)”
“Hace como tres meses vengo buscando para renovar el DNI de mi hijo que tiene ocho años. Pregunté en un grupo y una señora me comentó que ella sacaba. Le mandé mensaje y me dijo que cobraba $ 1000 pesos. Yo, creyendo que se había equivocado, le pregunto nuevamente: ‘¿1000 pesos? ‘ . Y me contestó que sí. Obvio, no iba a pagar eso”, relata Elena Lazarte. Finalmente, consiguió el turno a $ 150. “Yo me negaba a pagar para que me lo saquen porque es gratis, pero la verdad, no hay otra manera de conseguirlo. Ahora, la pregunta del millón: ¿cómo hacen los que venden los turnos para conseguirlos y tan rápido?”, interpela.
A merced del vendedor
Cecilia Romero Orden ingresó durante dos semanas al sitio para dar con un turno. “Leyendo comentarios noté que no era solamente yo la que tenía el problema”, explica a LA GACETA.
“Me sorprendió la venta de los turnos. Se comunican con vos, te dan un WhatsApp y te consiguen el turno para la semana siguiente. Vos cruzas dedos y manos para que sea cierto, porque tenés que pagarlo antes”, cuenta. Cecilia compró el suyo (a $ 300) pero al acercarse al Registro Civil no la dejaron pasar. Ante sus reclamos le dieron una nueva cita.
“Quiero hacer la denuncia policial, porque tengo varios números de teléfono de vendedores. Ellos mismos en sus historias exigen un trato de rey, porque si no, amenazan con cancelarte el turno. Es una violación a los derechos humanos, no tenés garantizada tu documentación, y, si querés acceder, tenés que transar con estos delincuentes”, remarca.
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