06 Octubre 2021
DECISIÓN. Le dieron fecha para su eutanasia, y lo celebró. CAPTURA DE VIDEO.
Pocas personas tienen la posibilidad de conocer el momento exacto en que se producirá su muerte. Una de ellas es Martha Sepúlveda, una colombiana de 51 años que padece de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la misma enfermedad que le diagnosticaron al senador de Juntos por el Cambio Esteban Bullrich. A Sepúlveda le aplicarán la eutanasia el domingo, a las 7.30 (hora de Colombia).
En ese momento se convertirá en la primera mujer en Colombia en someterse a la eutanasia, aun cuando la enfermedad que sufre no es terminal.
Le diagnosticaron ELA hace tres años, y desde entonces la enfermedad no ha dejado de avanzar. Últimamente había afectado seriamente sus piernas, y ahora casi no puede caminar.
La mujer, nacida en el departamento de Antioquía, tendrá la posibilidad de someterse a la muerte asistida luego de que en julio la Corte Constitucional de Colombia había ampliado el acceso al beneficio para pacientes con enfermedades no terminales.
Claro que el tribunal supremo estableció una condición: para acceder a este derecho las personas deben padecer un intenso sufrimiento físico o psíquico, proveniente de lesión corporal o enfermedad grave e incurable.
Sepúlveda había pedido la eutanasia el 27 de julio, solo cuatro días después de aquella sentencia. El 6 de agosto celebró la aceptación y la asignación de la fecha.
"Estoy totalmente tranquila. Soy una persona católica, me considero muy creyente de Dios, pero, Dios no me quiere ver sufrir a mí y a nadie. Ningún padre quiere ver sufrir a sus hijos", afirmó Sepúlveda.
"Tengo buena suerte. Estoy más tranquila desde que me autorizaron el procedimiento; me río más, duermo más tranquila", añadió. De hecho, dice sentirse feliz con la certeza de que morirá el domingo; y explica que esa felicidad se debe al sufrimiento que ha padecido con su enfermedad. "Con una ELA en el estado en que la tengo, lo mejor que me puede pasar es descansar. No quiero sufrir más. Estoy cansada. Lucho por descansar", manifestó.
El único problema es su madre. "Ella tiene 83 años, está muy lúcida; pero yo pienso que es por el tema religioso que ella piensa de esa forma", contó.
Sus 11 hermanos y su hijo, Federico, la acompañan en su decisión. "Yo lo miro como un acto de amor de él porque me dijo: ‘mami yo la apoyo’. No fue fácil, pero yo lo miro como que me ama tanto que no me quiere ver así", dijo.
En efecto, su hijo ratifica la idea. "Yo lo veo como el acto de amor más grande que he hecho nunca en mi vida, porque a priori yo necesito a mi mamá, la quiero conmigo, casi que en cualquier condición, pero sé que en sus palabras ya no vive, sobrevive. Ahora estoy enfocado en hacerla feliz, en hacerla reír, en pasar un rato de diversión y que su estancia en la Tierra, lo que le queda, sea un poco más ameno", explicó Federico.
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