El regreso de los simpatizantes “decanos” fue movilizante

El regreso de los simpatizantes “decanos” fue movilizante

Alegría y tristezas formaron parte de las emociones

LA ORQUESTA REGRESÓ. Varias agrupaciones llevaron los instrumentos musicales. Los cánticos y melodías volvieron a sonar en todos los estadios del país.  la gaceta / foto de antonio ferroni LA ORQUESTA REGRESÓ. Varias agrupaciones llevaron los instrumentos musicales. Los cánticos y melodías volvieron a sonar en todos los estadios del país. la gaceta / foto de antonio ferroni

Cuando el fútbol volvió, los jugadores remarcaban el poco ruido, casi silencio, que se percibía en los estadios. La falta de competencia los hacía sentirse como el primer día. No esa primera vez que salieron a la cancha vistiendo la camiseta de algún equipo, sino la ocasión en que por primera vez tenían contacto con una pelota.

Así de drástico fue volver para los jugadores, por qué no iba a serlo para los hinchas. La pandemia atraviesa todo. En el regreso, el público “decano” dio cuenta de que el virus puso una larga pausa a las tradiciones, por ejemplo. Hubo mucha población de bajo riesgo, para hablar en términos pandémicos, que estuvo por primera vez en la cancha con una demora de un año y ocho meses.

Para otros, la tradición desapareció por completo. “Es triste volver porque cuando fue el último partido contra River, había gente que hoy no está”, contó Germán Licheri. “Perdí muchos amigos de la cancha y es muy fuerte volver, sabiendo que ya no están”, lamentó el hincha luleño, que viajó en moto hasta la capital junto a su amigo Patricio Jaimes. Corazón estrujado en una mitad; súper latente en la otra.

Tampoco faltaron los “nuevos enojos” de la “nueva normalidad”. Aunque también tienen antecedentes previos que demandan más prolijidad en los operativos teniendo en cuenta que se vive una situación tan sensible. “Un desastre el operativo que se armó”, se quejó Osvaldo Ortiz. “Tuvieron un año y medio para preparar el operativo. Convocan a las 16 y son 16.30. Encima nos van corriendo”, decía el hombre. Ortiz y tres familiares más iban siendo “barridos”, de manera gentil, por un pequeño cordón policial que les solicitaba ir de 25 de Mayo y Chile hasta la esquina de calle Uruguay. “Aplicación en mano por favor”, dijo en voz alta un policía en ese punto de control. Nueva frase impuesta en “época de coronavirus” para agilizar el ingreso y evitar que se produzcan aglomeraciones. Si se detenía la fila india que se respetó en los accesos, era porque alguno no estaba muy habituado a la tecnología del celular para exhibir la autorización CUIDAR. Otros, papel en mano, intentaban asistirlos, al igual que la fuerza de seguridad para que puedan ingresar rápidamente.

Los que tuvieron un ingreso más ágil fueron los chicos de las inferiores. Además se les cortó la ansiedad. “Estaba muy entusiasmado porque es mi primer partido. Vine dos veces como hincha, pero como jugador del club es especial”, reconoció Enrique Masa. El catamarqueño, empadronado en la lista de los planteles inferiores, forma parte de la Novena división “decana”. Por todas partes transitó Graciela Sayago vendiendo los rosarios del “Deca”. Hace 16 años que lo hace; su testimonio funciona como un termómetro. “Todo cambió. Está peor, pero esto es vida”, celebró la mujer de 66 años. “La base para pasar todo esto, es que la gente se cuide”, aconsejó Sayago que no quiere perderse ni una venta más en cualquier cancha tucumana.

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