Cinco lugares escondidos para hacer trekking en Tucumán

Cinco lugares escondidos para hacer trekking en Tucumán

La primavera es, sin duda, la mejor época para hacer actividades al aire libre. Por eso te traemos algunas increíbles (y desconocidas) sendas que podés recorrer. Trayectos cortos y de baja dificultad.

1- Puesto Zárate

“Es una senda intermedia. Allí ves toda la explosión de la selva de yungas en su esplendor”, cuenta el guía experimentado Carlos Figueroa, de CF Senderismo. El camino se ubica en el Portal Cochuna del Parque Nacional Aconquija, en Alpachiri. Allí existe la posibilidad de avistar especies protegidas como el cóndor andino, el lobito de río, el gato onza y el guanaco, entre otros. El sendero es de dificultad media-moderada, pero es realizable por personas que no cuenten con mucho entrenamiento en este tipo de caminos. Para acceder, el parque pide gestionar una reserva hasta 48 horas antes por la plataforma Evenbrite y acudir con un guía. Su longitud es de un total (ida y vuelta) de 10 kilómetros.

2- Túnel de Lules

La travesía comienza en la Quebrada de Lules, a tan solo tres kilómetros de la ciudad del mismo nombre. “Allí se empieza a caminar, por el circuito de bicicleta, se cruza el río Lules y pasamos la vieja Usina (ex represa hidroeléctrica). Luego de unos minutos de caminata está la entrada al túnel”, cuenta Renzo di Berto, experimentado guía y dueño de Caminantes de Montaña. El túnel es de cuatro kilómetros de largo, hay agua durante todo el recorrido y el guía recomienda ir preparados para la oscuridad. “Sí o sí se necesita linterna porque está completamente oscuro, se ve algún que otro murciélago y podés encontrar alguna rata u araña -afirma-; no es recomendable para claustrofóbicos ni para personas adultas con miedo a las alturas, ya que al final del túnel -desemboca en el ex Dique del medio (ver foto)- hay una escalera empinada”. En total, ida y vuelta, son 12 kilómetros.

3- Peñas Azules

Es una senda ubicada en Potrero del Rodeo Grande, un pueblo de Trancas, que se destaca por sus bellos paisajes de montaña. “A mitad del cerro encontrás una peña azulada; es un lugar bello, que, para llegar, de repente te metés en una especie de cañadón con un arroyo debajo. A su alrededor, sus praderas no tienen nada que envidiarle a las de Heidi, son como esas montañas de pastito bien cortado. El lugar es muy apasible y la gente muy buena”, narra entusiasmado Carlos Figueroa, que aclara que la ruta no es muy conocida ni por los propios senderistas. El camino tiene un recorrido de 10 kilómetros y la dificultad es media-moderada; puede ser visitada por el público en general, tomando todas las precauciones necesarias para este tipo de actividad.

4- Quebrada del Portugués

Se inicia en La Toma de los Reales en la localidad de Yacuchina, un pequeño pueblo muy conocido por los senderistas ubicado en Monteros. Se sube por la Quebrada y se sigue hasta la confluencia del río La Horqueta y el Río Real. Son, en total, 11 kilómetros, con muy poca pendiente y una dificultad baja-moderada. “Es la parte de abajo de la Quebrada y es maravillosa, no tiene esfuerzo y ves ese río, que baja poderoso. El lugar es tranquilo, lo podés cruzar. Te metés en la selva y vas viendo la quebrada”, recuerda Carlos Figueroa. “Está planteado para el turista, de 12 años en adelante”, confirma el senderista. Quién ha visitado la quebrada, dice que su topografía se asemeja a aquel famoso fondo de Windows XP que todos alguna vez tuvimos. Si buscás un lugar tranquilo y silencioso para recorrer, esta es la opción perfecta.

5- Casa de Piedra

Localizada a 30 kilometros de Concepción, la senda está dentro de estancia privada Jaya. “Pidiendo permiso, con un mensajito, podés asistir. Pero para eso estamos los guías”, remarca Renzo Di Berto. Casa de Piedra está en el ingreso del Portal Los Alisos, un camino que pasa Alpachiri y Piedra Grande y sigue hasta el final dónde se encuentra el puente caído del Río Jaya. “Ahí tenés la Casa de Piedra, camino a la famosa Laguna del Tesoro (otro punto que es recomendable visitar). Hay un tractor a vapor que está escondido en la selva, la naturaleza lo está comiendo. Es un camino muy lindo”, agrega. La vista final es la de la grandeza de los valles que rodean el lugar. Por la inmensidad del verde, se recomienda acudir en grupo y concentrarse en el camino para no perderse.

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